La Rioja Gastronomía
Barra de un bar de La Laurel, calle logroñesa famosa por sus pinchos, tapas y restaurantes.

Logroño aspira con el proyecto ‘Enópolis’ a impulsar la capital de La Rioja como ‘ciudad del vino’, a través de integrar patrimonio, cultura, las bodegas, la calle Laurel o la gastronomía, en general. Precisamente, el proyecto se presentó en la última Feria Internacional de Turismo (FITUR), en el estand de La Rioja, por parte del alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, y la concejal de Turismo, Esmeralda Campos.

Logroño es gastronomía, de la de siempre, pero también sofisticada. Con estrella Michelín o con espíritu popular, con un planteamiento cosmopolita o centrados en enaltecer la tradición, los restaurantes logroñeses proponen sabores enraizados en el producto de calidad y en la cultura del vino.

‘Siempre abiertos’.- Bajo este eslogan la nueva campaña promocional de Logroño como destino turístico se dirige precisamente a un púbico cosmopolita que tiene interés por la cultura del vino y la gastronomía, por realizar actividades culturales durante sus desplazamientos y que prefieren destinos poco masificados y descubrir rincones con encanto.

El ‘tapeo’, una forma de vida

La capital riojana tiene una oferta cultural y de ocio vinculada al vino y a la gastronomía que es extraordinaria. La tapa y el pincho son unos de los grandes protagonistas de la gastronomía de la ciudad y, por ende, recursos de atracción turística en sí mismos, explicaba la concejala de Turismo, Esmeralda Campos, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Tapa. Efemérides de este tipo se convierten en una plataforma de proyección de la capital riojana como destino turístico y asentarla como referente nacional en el turismo gastronómico y enológico.

En Logroño existen dos calles representativas para ir de pinchos: la Laurel y La San Juan, que protagonizan una oferta amplísima que se extiende como un reguero por las calles y plazas del Casco Antiguo de Logroño. Sólo en la emblemática calle Laurel hay cincuenta bares y dieciséis restaurantes lo que da idea de la amplia y variada oferta de hostelería en Logroño.

No obstante, la ciudad sigue creciendo y se abren nuevos focos de interés para los amantes del tapeo. El más económico de los jueves y/o viernes, conocido como pinchopote, se ha extendido ya por varias zonas de la ciudad: Gonzalo de Berceo, plaza Luis Braille, calle Chile, La Cava, Siete Infantes, María Teresa Gil de Gárate, Somosierra… Una gran oferta de tapeo para disfrutar de estas pequeñas joyas gastronómicas en una ciudad que es la capital de provincia con mayor concentración de bares por habitante, llegando casi a los 600 establecimientos según la Federación Española de Hostelería.

Para el presidente de la Asociación Hostelería Riojana de la FER, Francisco Martínez Berges, “vivimos en una ciudad en la que el pincho y las tapas son un magnífico ejemplo de nuestra cultura gastronómica, aquella que se desarrolla en los establecimientos hosteleros y en algunas calles emblemáticas de la capital. Nuestras tapas están elaboradas con productos frescos, naturales, de calidad y de la tierra y también son un exponente de la innovación de nuestra gastronomía y representante de la alta cocina que elaboramos”.

Hasta el 30 octubre, todos los fines de semana Campo Viejo Wine Bus, trasladará de forma gratuita en un minibús desde Logroño a Bodegas Campo Viejo a aquellos que quieran disfrutar de este plan de ocio único.

De estrella Michelín o con espíritu popular

La bien merecida fama que cosecha desde siempre Logroño por la oferta de pincho y tapeo puede tener el efecto secundario de difuminar el perfil de sus restaurantes, tan apetecibles una vez se ha despertado el hambre con el aperitivo.

Porque en Logroño hay restaurantes de cuchara en ristre, donde la tradición y un buen plato de caparrones es lo mínimo que se espera llegue a la mesa para reparar cuerpo y espíritu; también encontramos establecimientos donde el toque contemporáneo busca sorprender al comensal y, finalmente, aún nos queda la bodega que quiso ser restaurante y que acabó teniendo un pie en cada mundo.

Todos ofrecen múltiples interpretaciones de una misma partitura, compuesta con la intención de ensalzar el producto de proximidad y valorizar la gastronomía de la tierra, si bien cada uno desde su particular manera de moldear -más que cocinar- sus platos.

Puede que no lo hayamos citado hasta ahora, pero en Logroño se da por descontado que todo plato se degusta mejor acompañado de su vino. ¿Y dónde mejor para hacerlo que directamente dentro de una de las 8 bodegas de la ciudad?

Bodegas Olarra, una de las 8 bodegas de Logroño.

Saborea Logroño

Logroño forma parte de Saborea España, la primera plataforma nacional  que agrupa actualmente a 24 destinos turísticos convencidos de que la gastronomía española es un atractivo turístico de primer orden y la tapa un elemento diferencial de la gastronomía y sociedad española y, como tal, debemos ponerlas en valor dentro y fuera de nuestras fronteras. La Asocación, permite reforzar el papel de los excelentes productos agroalimentarios y potenciar sectores como el enológico y el hortofrutícola, con una variada oferta de experiencias turísticas especializadas en el ámbito gastronómico. El objetivo es dar al turismo gastronómico una mayor presencia en los destinos, darle mayor contenido a los recursos visitables, porque la cultura gastronómica moviliza a millones de turistas a nivel mundial.

Ver en el nº239 de La Prensa del Rioja

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