El mundo del vino a sorbos

No nos referimos a los vinos con colores azules –que parece que tienen incluso su éxito, y todo es bueno con tal de que se consuma vino y si es posible de calidad, mejor– si no de los colores tradicionales de los vinos.

Texto: Antonio Egido

 

Y lo primero que nos dice nuestro buscador en su blog ´santacecilia.es´ sobre “¿Qué determina el color del vino?” es que “los responsables del color definitivo de un vino son los polifenoles, que se dividen a su vez en antocianos y taninos:

Los antocianos se encuentran en la pulpa y sobre todo en la piel de las uvas. Son los causantes del color definitivo del vino tinto.

Los taninos se encuentran en piel, pepitas y raspón. Son los responsables de ese matiz astringente de algunos vinos.

Cuando se trata de vinos jóvenes, hablamos siempre de compuestos químicos muy cambiantes, que se combinan a su vez con otros taninos, forman polímeros más estables, hasta proporcionar el color definitivo del vino. Por otro lado, durante la maceración, los antocianos pasan de tonos azules hacia colores rojizos o anaranjados, así que, como vemos, el envejecimiento deja huella en el color del vino.

En el caso de vinos tintos más jóvenes, es habitual una coloración púrpura, violeta o malva, que según avanza pasa a ser más rojiza o teja, y los bordes tienden a tonos caobas. Lo reservas y grandes reservas suelen tener tonos más apagados y traslúcidos que los más jóvenes.

Los vinos blancos suelen tener tonos más pálidos, limón o pajizos en sus primeros años, con toques verdosos y bordes blanquecinos. Suelen evolucionar a tonalidades doradas, incluso ámbar.

Los vinos rosados evolucionan desde el rosa y poco a poco van obteniendo tonalidades anaranjadas, hasta naranjas más claros, incluso amarillentos.

Además del proceso químico y del envejecimiento, hay razones puramente naturales que influyen decisivamente en el tono y coloración final de un vino, como son el tipo de uva (por ejemplo, la Rossese o la Pinot Noir tiñen menos sus vinos), las condiciones climatológicas (lluvia y horas de sol a las que ha sido expuesta), los métodos de elaboración o su conservación.

Está claro que el color es parte de la experiencia completa de una buena copa de vino. Aunque cuando tomamos un sorbo y entornamos los ojos de placer, nos olvidamos un poco de él para pasa a otras nuevas sensaciones”.

Una primera aproximación que completamos acudiendo a “conchaytoro.com”  donde nos indican que “el color de un vino nos indica si estamos ante un vino sano, bien vinificado, sin defectos. Debe ser claro y transparente, brillante, sin sedimentos ni brumoso.

El color también nos señala la edad y evolución del vino. Mientras mayor diferencia existe entre el centro y el borde de la copa, quiere decir que se trata de un vino de mayor edad.

Por regla general, los vinos blancos, a medida que van envejeciendo, se ponen más oscuros; los vinos tintos, en cambio, se van aclarando.

Pero más importante que la cromática de un vino es la intensidad, brillantez (cuando refleja luminosidad) y limpidez (cuando no muestra sedimentos ni partículas extrañas) que muestra.

Colores de un vino tinto

Dependiendo de la edad y de la variedad, los colores de los vinos tintos van desde el azul violeta hasta el rojo teja o ladrillo, pasando por tonos carmesí o grana.

La gama puede ser: rojo violeta, rojo rubí, rojo cereza, carmesí, rojo ciruela, rojo mora, marrón rojizo, rojo teja.

La intensidad cromática es importante porque nos indica que a medida que van envejeciendo, los vinos tintos van perdiendo su color. También nos dan señales de maduración de la uva, mientras más oscuro mayor madurez. Obviamente, cada variedad tiene su propia coloración.

Resumiendo la gama de los tintos, podemos hablar de rojo franco, rojo violáceo, rojo cereza, rojo grosella, rojo sangre, rojo anaranjado, rojo rubí, rojo púrpura, granate, violeta, teja, marrón”.

Si nos damos cuenta es increíble el pantone de los vinos, pero como esto del mundo del vino tiene mucho de visual, les animamos a que acudan a Internet para ver las gamas de los colores del vino. Es increíble.