Texto: Javier Pascual
Director de La Prensa del Rioja
La amenaza de imponer fuertes subidas arancelarias a los vinos procedentes de Europa -una más de las que ha venido lanzando en los últimos días el actual presidente de Estados Unidos – será sin duda un mal trago para el sector vitivinícola riojano, que todavía celebra la importante recuperación de las ventas que se produjo el año pasado en este mercado estratégico para la Denominación líder de los vinos españoles. La evolución positiva del segundo mercado más importante en valor para Rioja y el tercero en volumen se saldó en 2024 con un crecimiento del 17% de las ventas, que alcanzaron un total de 10,5 millones de litros por un valor aproximado de 72 millones de euros.
Incertidumbre en el sector
Sea finalmente un 2, un 20 o un 200%, lo cierto es que las guerras de todo tipo le sientan mal a un negocio tranquilo y de largo plazo como el del vino, y una guerra arancelaria como la anunciada con tan estrambótica forma de gobernar siembra de incertidumbres una situación de difícil equilibrio como la que viene manteniendo el sector vitivinícola en los últimos años. La patronal europea del vino se ha pronunciado afirmando que “el comercio de vino entre la UE y EE.UU. es fundamental para la sostenibilidad del sector vitivinícola en ambos lados del Atlántico” y debe ser protegido frente a la injusta situación que plantea el que, “junto con otros productos agroalimentarios, se convierta en rehén de una disputa comercial ajena al sector”.
La exportación a Estados Unidos ya soporta una importante carga de márgenes añadidos al precio en origen, lo que convierte al producto en inalcanzable para muchos consumidores. El país se ha convertido en estos últimos años en el primer consumidor de vino del mundo, desbancando en el escalafón al Reino Unido. Pero parece claro que las políticas económicas de la nueva Administración americana cercenarán la dinámica de crecimiento que ha venido experimentando el consumo per cápita de país. Para Rioja, que en los años sesenta del siglo pasado llegó a suponer el 30% de sus exportaciones, con 1,2 millones de litros embotellados, el mercado estadounidense se había convertido en una ‘asignatura pendiente’ que no rompía el techo de los dos millones de litros anuales. La fuerte apuesta por este mercado, con una inversión promocional institucional en las dos últimas décadas que ha superado los 60 millones de euros, permitió situar en torno a los 10 millones de litros el volumen de exportación anual, con uno de los precios medios más elevados. En 2024, Estados Unidos fue el segundo mercado para los vinos tranquilos españoles envasados y el primero para los vinos espumosos, por un valor total de 390 millones de euros.
Reacciones del sector
El director general la Federación Española del Vino, José Luis Benítez, ha asegurado que una medida arancelaria del calibre de la anunciada por Trump sacaría a los vinos españoles y europeos de todo el mercado de EE.UU., “algo que no nos podemos permitir”, por lo que ha urgido al gobierno de España y a la UE a ponerse a negociar cuanto antes y resolver las disputas comerciales que existen con otros productos como el acero y el aluminio. Igualmente, ha pedido a la Comisión Europea que proteja la vitalidad económica y la diversidad del sector vitivinícola eliminando el vino de la lista final de represalias para que no sea utilizado como palanca en disputas comerciales no relacionadas: “el vino no puede ser moneda de cambio”.