Vino y coronavirus
Quizás sea el momento de priorizar la venta en los lineales de los supermercados y minoristas o de poner más atención a la venta online.

El mundo del vino a sorbos
Antonio Egido

Aunque la vida sigue, no debemos ocultar que lo hace en el marco de nuestros propios hogares, si bien siempre tenemos abierta esa ventana al mundo que es nuestro buscador, al que le hemos seguido preguntando sobre los efectos del coronavirus en el mundo del vino.

Porque atendiendo a ‘tecnovino.com’ debemos poner la mirada en “los síntomas de contagio del coronavirus en el mundo del vino” aunque nos advierten que “es pronto para ver las implicaciones pero hay expertos que apuntan que evidentemente puede haber un descenso del consumo. En todo caso puede ser puntual y por un tiempo limitado en función de lo que dure o tarde en resolverse la situación y según mercados.

Posiblemente ante una reducción del consumo en hostelería, bares o restaurantes, en caso de que haya una disminución de la vida en las calles, sea el momento de pensar en otros canales de venta, algo que no implica el abandono de los anteriores, pero quizás toque atender más la venta en los lineales de los supermercados y minoristas… O poner más atención a la propia venta online o en otras plataformas de venta online.

Juan Park, director de la consultoría Wine Intelligence apunta que “a medida que más y más mercados se vean afectados por el virus, continuaremos viendo cambios en la industria del vino”. Menciona que la cancelación de ProWein 2020 “ya afecta a los planes de desarrollo empresarial para muchas empresas a nivel mundial, y esperamos que otros mercados sigan los pasos de los mercados asiáticos: el consumo disminuirá». Esto último en el sentido de que se vea más limitada la vida diaria o se pida una mayor permanencia en los hogares”.

(…) La situación en China no es como para perderla de vista, es el quinto país en consumo de vino y con una tendencia al alza, sin embargo parece que el brote allí y en otros países asiáticos como Corea del Sur se va controlando.

El siguiente país al que mirar es Italia, en una situación delicada, que en turismo es un país relevante y como productor y consumidor de vino también. Aún es pronto para conocer el impacto que el coronavirus tendrá en su economía y en el mercado del vino.

Y por supuesto España también está en el punto de mira, en un estadio aún preliminar, que habrá que seguir de cerca para valorar lo que va suponiendo según las decisiones que vaya tomando el Gobierno y el Ministerio de Sanidad”.

En ‘larazon.es’ asistimos a una nueva víctima del coronavirus: “El coronavirus ataca también al mundo del vino en Valladolid. El 4º Congreso Internacional del Vino Rosado, una de las citas que más relevancia estaba cogiendo en los últimos tiempos en este sector, que se iba a celebrar el próximo 23 de marzo en el vallisoletano castillo de Fuensaldaña con más de un centenar de asistentes, se ha suspendido principalmente por el riesgo a posibles contagios de este virus. Desde la Diputación de Valladolid, organizadora de este certamen, han confirmado a La Razón esta suspensión, y aunque están valorando aplazar este congreso para más adelante hasta ver cómo evoluciona el coronavirus, e incluso han pensado en septiembre coincidiendo con la vendimia, lo más probable es que se suspenda hasta el próximo año”.

Y en ‘elcorreodelvino.com’, su director Javier Sánchez-Migallón, nos habla de “Un enemigo nuevo e invisible”, en estos términos: “Una nueva semana trato el tema del coronavirus, en primer lugar, porque es el tema de conversación y en segundo porque estoy seguro de que cada vez nos está afectando más y de aquí en un tiempo lo hará aún más todavía. Seguro que va a marcar la campaña y que la recordaremos históricamente, como la campaña del coronavirus, y por desgracia no para tener un buen recuerdo

Y es que, si lo normal en estas fechas es estar hablando y preocuparse por las lluvias, por las heladas y otras circunstancias climatológicas, que también preocupan, como es lógico, pero el verdadero tema de conversación y preocupación es el de la repercusión que pueda tener en los mercados lo que está sucediendo a nivel mundial.

Nadie duda ya que nos afectará de lleno y es algo que nunca había tenido, es un actor nuevo en el teatro del comercio mundial de vinos, que nunca había estado en escena y que nadie sabe exactamente como tratarlo, que hay que hacer y qué posibles medidas de emergencia y actuaciones hay que tomar frente a él.

Y es que simplemente hay que aguantar el chaparrón y prepararse para cuando pase. Los pedidos han bajado drásticamente, las importaciones también, por tanto, la compraventa de vino a nivel nacional e internacional o se ha ralentizado o simplemente se ha parado, y contra esto poco se puede hacer. El problema no se soluciona ni con ofertas ni con actuaciones comerciales más o menos atrevidas. No es cuestión de buscar nuevos clientes que remplacen los antiguos, ya que los posibles nuevos están en las mismas circunstancias que los antiguos. Simplemente no se necesita vino y no se compra, porque no se vende, no se consume.

La paralización, primero de China, Italia, España. Indudablemente nos va a afectar. La anulación, por ejemplo, de los viajes del IMSERSO, miles y miles de personas que viajan, en los hoteles les ponen su vino en la comida, ayer salía el director de un hotel de playa hablando de esta anulación y decía que su hotel esperaba 800 personas del IMSERSO, y que se había quedado solamente con 5 clientes y 120 empleados… Y así cientos y cientos de hoteles. La inminente campaña de turismo se va a ver recortada, ese turismo que tanto vino consume. La anulación de las Fallas, cuantas paellas acompañadas de su vinito se han perdido. Si anulan, como parece la feria de Sevilla, donde se consume más de un millón de botellas de manzanilla y fino… En fin, sería interminable y en todos los aspectos. Y lo peor es que repercusión es mundial”.

Análisis que podemos leer desde nuestros hogares pero disfrutando de un vino de calidad entre nuestras manos.

 

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