Desbordamiento del Ebro en el acceso del Barrio de la Estación de Haro.

El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido

Y llegó la gran riada del río Ebro del año 2021, que no podía despedirse con peores presagios -sin tener que recurrir a los datos de la pandemia de la COVID-19- y llegaron, claro, los políticos para intentar dar solución al tema. Una riada que ha arrasado de forma radical con diferentes plantaciones sin que faltaran los anegamientos de las viñas en unos momentos tan delicados como es la de la poda, que sirve para preparar el campo cara a la próxima vendimia. De hecho, es el primer acto que hay que realizar en el campo para sentar las bases de un buen desarrollo anual, teniendo siempre en cuenta la climatología.

El presidente del Gobierno español, junto a la presidenta de La Rioja, la delegada del Gobierno y el alcalde de Alfaro, visitaron durante no más de 10 minutos, otros medios apuntan los 8 minutos, para anunciar que en Consejo de Ministros se iba a aprobar la declaración de las áreas dañadas por el temporal como zonas gravemente afectadas por una emergencia de protección civil indicando que “el compromiso del Gobierno de España para paliar cuanto antes, de forma inmediata, los efectos del temporal”. Como así ocurrió en la consiguiente reunión en Madrid.

Asimismo el consejero de Sostenibilidad y Transición Ecológica y portavoz del Gobierno de La Rioja, Álex Dorado, y la consejera de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población, Eva Hita, visitaron también las diferentes localidades -Calahorra, Alfaro, Rincón de Soto y Aldeanueva de Ebro- para recordar las palabras del presidente del Gobierno español, y al mismo tiempo indicar que  “para tener una fotografía real de los daños hay que esperar a que el agua drene en cultivos y caminos”, recordando que si bien el agricultor tiene suscrito un seguro agrario, lo primero de todo, es necesario dar parte del siniestro y seguir las instrucciones indicadas por Agroseguro, antes de iniciar cualquier actuación sobre el cultivo. En paralelo, han subrayado “la importancia de la contratación del seguro agrario para asegurar la renta del sector en un contexto en el que aumenta la siniestralidad en las últimas campañas por los riesgos meteorológicos”.

No obstante, es el pueblo llano el que siempre da en la diana de la actualidad y por ello escuchamos en la radio a un agricultor de indica claramente lo que hay y no se debe hacer, señalando que “de las indemnizaciones, por mucho que digan los políticos… prometen, prometen… pero hay gente todavía sin cobrar las de 2015… con eso te digo bastante. Dejarse de ayudas y de llenar la boca a los políticos… hay que hacer limpieza del cauce de río”, porque el problema persistirá mientras no haya limpieza de ríos, y de manera especial el Ebro, que cruza esta Comunidad y que, cuando se enfurece, arrasa con todo. Por cierto, un argumento que en los años que llevo viviendo en esta región, he ido escuchando repetida y reiteradamente. Será que yo, a pesar de mi sordera, tengo mejor oído para escuchar las quejas de los profesionales del campo, de los siempre sabios agricultores que no pueden por menos que lamentar que no se quite, cada año “diez o quince centímetros de lodo de las orillas, que son los que hacen que el caudal suba en momentos oportunos como el actual”.

Una reivindicación que ha hecho suya la organización agraria ARAG-Asaja que ha solicitado una solución estructural a las últimas inundaciones que se han producido en la Cuenca del Ebro que consiste necesariamente en limpiar de forma selectiva los cauces de los ríos. «La solución a las inundaciones no es venir y dar dinero, sino limpiar y actuar en los cauces de los ríos porque de lo contrario nos encontraremos con inundaciones cada año con daños que irán a más». En este sentido, han recordado que es una reivindicación histórica del sector y que la última vez que fue trasladada en las alegaciones que realizó el mes de octubre a la revisión y actualización de los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI) del Ebro, señalando a la Confederación Hidrográfica del Ebro que “no solo no está realizando ninguna actuación, sino que, además, las obras que realiza son ineficaces”, por intentar contentar o dar una «imagen falsamente medioambientalista».

No obstante, no se preocupen, como siempre, el pueblo y sus autorizadas voces van por un lado, y los políticos, por otro. Es ley de vida, desgraciadamente. No obstante, y previos a la Navidad, brindemos con todas las seguridades que debemos tomar ante una incidencia que va en aumento de la COVID-19, para poder terminar con salud, este año 2021, y prepararnos con todo lo que vendrá en el 2022, que en principio, no parece ser nada venturoso.

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