El mundo del vino a sorbos
Texto y foto: Antonio Egido

No sé si lo habrán notado, pero ‘el tiempo pasa irremediablemente’, sobre todo cuando has pasado de los 60 o 65 años. Por ello, hemos asistido ya a las vendimias de este año 2022, con llegada a bodegas de una uva “de muy buena calidad”, pero menos cantidades que en anteriores vendimias; el enoturismo está gozando, nuevamente, de una salud envidiable, pues tras los momentos de la pandemia en qué tuvimos que permanecer en nuestras casas, o incluso sin poder salir de nuestra ciudad o comunidad, parece que nos estamos desaforando por visitar otros sitios, otros lugares, de manera especial los relacionados con el mundo del vino, que nos ofrecen un completo catálogo de actividades que van desde la visita en bodega o campo, a las catas, sin olvidar el poder volar en globo, recorrer las viñas en bicicleta o disfrutar en familia de un concierto maridado con vino; pero además estamos en las inmediatas presentaciones de los nuevos vinos del 2022, que en Rioja siempre ‘cede’ el honor a la Bodega Cooperativa San Miguel de Ausejo, posiblemente en la tercera o cuarta semana de este mismo mes de noviembre, pues las tradiciones están para quedarse.

Los enólogos nos contarán entonces las peculiaridades de todos y cada uno de los vinos jóvenes tinto, blanco o rosados, que cara a las navidades, podremos disfrutarlos, junto a los vinos de crianza, reserva o gran reserva que irán seguidamente apareciendo en el mercado, en una pléyade de nuevos vinos -aunque por una ralentización del mercado del mundo del vino- aunque sigan sin aparecer vinos de vendimias que ahora mismo deberían estar a nuestra disposición, por la ralentización que se bien observando en la venta de vinos. No es revelar un secreto que muchos de los vinos que deberían estar ya en el mercado, siguen permaneciendo en las bodegas porque el mercado nacional e internacional, da para lo que da…

No obstante, y cara a estas navidades 2022, podemos celebrar con toda la normalidad aquellas costumbres que nos supuso el parón por culpa de la pandemia. Es decir, las fiestas navideñas que fuimos celebrando en nuestros hogares unas catas individuales o en grupo que íbamos recibiendo en nuestros domicilios y siguiendo las instrucciones de un librito que nos iba indicando los diferentes pasos a seguir, o aquellos que celebramos más sofisticados, a través de la interacción con un experto catador o sumiller, al que dabas entrada en tu hogar vía Internet, en el día y hora que él o tú, podías elegir.

No queremos dar ninguna indicación sobre estas actividades en torno al vino porque el buscador nos facilitará siempre la labor, pero podemos recuperar aquellas actividades que nos ocupaban horas en unas actividades -cuando no podíamos movernos de ellas- y que, todo hay que decirlo, se inventaron algunas bodegas para poder seguir estando en contacto con sus consumidores. Es decir, a la restricción, imaginación con unas atractivas experiencias.

Todo lo que parecía desaparecido nos vuelve de pronto en este final de año 2022 pero no debemos ocultar que la pandemia -sin ser noticia de primera página y a 5 columnas- sigue de manera latente y por ello vamos conociendo que las cantidades de muertos sigue en aumento, aunque no de manera exponencial, por lo que debemos seguir con todas las precauciones encendidas.

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