El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido

Igual que a veces censuramos lo que ocurre en el Parlamento Vasco, no nos duelen prendas aplaudir algunas decisiones que han tomado en mayoría. Como la aprobación el pasado jueves, 2 de noviembre, para pedir al Gobierno vasco que profundice en la prevención en las bodegas, cervecerías y sidrerías para intentar evitar las muertes por el denominado ‘tufo’ del vino, por los gases de CO2 que se emiten durante la fermentación.

Una propuesta que ha gozado del sí final, pactado por PNV, PSE-EE, Elkarrekin Podemos-IU y EH Bildu, es decir por todos los grupos, salvo Vox -que no sé dónde andan, perdón, sí sé, en lo de siempre-, para emplazar al Ejecutivo vasco el “apoyo y asesoramiento técnico a las bodegas vascas” de manera especial para que adapten sus protocolos de prevención, elaboren material concreto para formar y sensibilizar a los trabajadores ante los riesgos. Y todo ello a través de una investigación en el sector para prevenir este tipo de accidentes provocados por el ‘tufo’ que hace poco más de un mes se cobró la vida de dos trabajadores en Lanciego.

En el acuerdo, que partía de una proposición de EH Bildu, se establece que el Gobierno vasco garantizará recursos económicos para introducir nuevas tecnologías y dispositivos en las bodegas, especialmente en las pequeñas y familiares, y que deben reforzar la actividad de la Inspección de Trabajo. Una inspección, que se debe traslucir en el desarrollo de actuaciones específicas en el sector “con el envío de una carta a las bodegas y lagares vascos con la información necesaria para integrar la prevención de riesgos laborales, y sobre las normas de obligado cumplimiento y las consecuencias y sanciones que el incumplimiento de las mismas lleva aparejado”.

Esta proposición no de Ley, busca profundizar la estrategia que ya está en marcha. En este sentido, se enmarca en la aplicación de EuskadiPreben, ya en funcionamiento, bajo la coordinación de Osalan y establece que se haga “con la participación de todos los grupos/colectivos profesionales de su esfera socio-laboral, representantes sectoriales y sindicales y administraciones involucradas” para que se “continúe profundizando en la labor iniciada en el estudio ‘Análisis de factores de riesgo y prevención de accidentes por tufo y espacios confinados en bodegas, cerveceras y sidrerías de Euskadi’, de cara a evitar accidentes laborales provocados por este gas”.

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, en sede parlamentaria afirmó que Euskadi cuenta con “estrategia y medidas” para intentar atajar las muertes en las bodegas por accidentes laborales, pero insinuó que falta “sensibilización” con el tema para que las empresas hagan inversiones suficientes en esta prevención.

En la iniciativa aprobada se hace hincapié en “avanzar en introducción de nuevas tecnologías y dispositivos en las bodegas, especialmente en las pequeñas y familiares, para que con el fin de evitar el riesgo de ‘tufo’, se comprometan a realizarlas adaptaciones necesarias y/o se doten de herramientas preventivas”. Para lo que establece que el Gobierno vasco ponga los recursos necesarios para fomentarlo.

Todos los partidos -salvo el antes mencionado- se han mostrado en sesión parlamentaria muy de acuerdo, de manera especial con las bodegas familiares y más pequeñitas, a las que deben ahora ayudar con dinero. ¿Por qué no extender esta decisión al resto de la Denominación?

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