El mundo del vino a sorbos

Existe en el mundo de Internet una lucha soterrada de opiniones sobre esa bebida de color azul, pues mientras algunos mantienen la conveniencia de que no sea denominada como vino, otros se apuntan definitivamente a él, sonriendo al fondo las empresas productoras del mismo porque lo cierto es que el consumidor lo reclama para probarlo.

Texto: Antonio Egido

De esta forma leemos en el ‘mundo.es’ sobre “el vino azul que da la vuelta al mundo” donde nos dicen que “a ninguno le gusta el vino. Y eso que se están haciendo ricos con ello. El suyo tiene un pequeño matiz que le diferencia de los demás: es azul. Sus creadores son seis chavales que ni se acercan a los 30 sin ninguna idea de enología.

Llevan seis meses con su empresa online, Gik Blue, y ya han vendido por todo el mundo más de 70.000 botellas de su peculiar vino. Lo podemos encontrar en China y hasta en una estación de esquí en Suiza, donde lo venden caliente con un toque de canela. También los hay en 300 bares de toda España y en su página web a 10 euros la botella.

Encontramos a los creadores de este “vino blasfemo” -como lo llaman sus detractores- en su centro de operaciones en Portugalete (Vizcaya). Tienen una oficina de 80 metros cuadrados donde el mayor espacio lo ocupan las guitarras eléctricas y la batería. “Aparte de hacer vino también somos músicos amateurs. Cuando nos aburrimos nos ponemos a tocar”, dice Taig Mac Cathy, diseñador gráfico de 24 años de padre irlandés. El joven se queja de que le hemos hecho madrugar para hacer una foto. “Aquí no tenemos un horario fijo, y con el móvil podemos trabajar en cualquier sitio. A mí me gusta venir a la oficina por las noches. Tenemos mucha libertad de movimiento, sin agobios”, explica Taig.

A su lado está Aritz López, 22 años y recién graduado en Comunicación Audiovisual. Ambos se conocieron en una noche de fiesta por Bilbao cuando Aritz -que los fines de semana pasa del vino a la mesa de mezclas para ser DJ- estaba pinchando en una sala.

La sintonía es buena en el grupo, y las bromas entre ellos son constantes. Iñigo Alday (23) y Gorka Maiztegi (24) son los ingenieros informáticos que gestionan las ventas en la página web. También hay una chica, Sheila Aguilar, mexicana de 22 años que está estudiando Estrategia de empresas. El veterano del grupo es Imanol López (28), experto en márketing y en administración, que está gestionando un pedido de cajas de vino azul para una boda.

La primera pregunta que hay que hacerles es clara: ¿Qué ha llevado a dos ingenieros, dos expertos en administración de empresas, un diseñador y un dj a crear un vino azul?

“Por eso lo hicimos, porque no tenemos nada que ver con el vino. Ni si quiera nos gusta. Hace dos años nos sentamos y buscamos un sector tradicional, en el que hiciese falta una vuelta de tuerca, y que nos apeteciese liarla. Cogimos el vino porque es la bebida que representa la sangre de Cristo, es muy de nuestra tierra y lleva muchos siglos sin cambiar. Y puestos a blasfemar, convertirlo en azul era lo más divertido que podíamos hacer”, cuentan los chicos”.

En Internet también aparece la contradicción de querer llamar vino a algo que no lo es, de hecho en ‘cocinillas.elespanol.com’ leemos que “una vez más se cumple el dicho de que nadie es profeta en su tierra y hace unas semanas, la empresa se vio obligada a parar la producción para cambiar la composición y retirar la denominación de vino en el etiquetado ya que, debido a su inusual color, no se encuentra dentro de ninguna de las 17 categorías de productos vinícolas reconocidos por la regulación europea.

También se les exige el pago de una multa por haber comercializado como vino algo que la ley no considera un vino.

De momento, la empresa ha recurrido la multa y ha vuelto a comercializar la bebida, a la que hora denomina Anti Vino y a la que se ha añadido un 1% de mosto para no estar en la categoría de “vino puro”. Aunque la cosa no acaba ahí, los emprendedores detrás del proyecto siguen sosteniendo que “Gïk no es un vino, es una revolución en el mundo del vino” y, por esa razón, bajo el lema #FreedomOfColor (libertad de color) han abierto una petición en change.org para recoger las firmas de todos aquellos que quieran unirse a su causa exigiendo que el mundo del vino y la legislación se adapte a los nuevos tiempos”.

Y un último enlace para clarificar algo más a los que pueden seguir en la duda. Está recogida en ‘economía.elpais.com’ con el título “El vino es blanco, rosado o tinto, pero no azul”, donde nos indican que: “el vino es blanco, rosado o tinto, pero no de color azul. La aventura comercial en la que se embarcaron cinco jóvenes emprendedores con la elaboración del Gik Live, un caldo afrutado de una tonalidad azul intensa, se ha topado con el rechazo del sector vitivinícola. Una reclamación procedente de los grandes productores del vino se ha resuelto con la prohibición de comercializar el Gik como un vino. Los responsables de este producto aseguran que la demanda ha provocado que las ventas hayan quedado anuladas durante tres meses y el despido de dos trabajadores.

La startup Gik, radicada en Portugalete (Bizkaia), que pretendía “revolucionar una industria tradicional con el primer vino azul del mundo”, ha tenido que reconducir su negocio a raíz de la reclamación presentada por el sector ante la administración competente. Los responsables de la pyme vasca aseguran que en adelante no podrán introducir en el mercado su producto como un vino azul, pese a que está elaborado exclusivamente con uva y solo emplea pigmentos orgánicos para darle la coloración azul. En las nuevas etiquetas no puede figurar la palabra vino y se clasifica en el apartado de “otras bebidas alcohólicas”. “Hemos tenido que cambiar la composición a 99 % vino y 1% mosto para adaptarlo a la legislación vigente”, explica un portavoz de Gik..

“Es injusto, porque Gik es 100 % uva. Representa algo nuevo con lo que el sector no quiere convivir”, se lamenta Aritz López, uno de los cinco creadores del producto. Dos inspectores se presentaron a comienzos de agosto pasado en las instalaciones de la compañía para analizar las características de Gik Live, que hasta entonces se estaba comercializando como un vino azul. Esta firma aseguró que había vendido más de 90.000 botellas en el mercado nacional en un año de actividad, el equivalente a la producción de un viñedo de en torno a 10 hectáreas.

Este atrevido afrutado alcanza los 11,5 grados de alcohol, pero sin edulcorantes artificiales añadidos, según sus creadores, y marida perfectamente con «el sushi, los nachos con guacamole, la salsa tzatziki, la pasta carbonara y el salmón ahumado». Certifican que el vino está regulado por European Food Safety Authority y cuentan con las aprobaciones pertinentes de las instituciones que evalúan de manera continuada la seguridad y condiciones de uso”.

Ciertamente la competencia que tienen las bodegas elaboradoras de vino de calidad es grande, incluso con las empresas que intentan vender vino, cuando no lo es. Quede ahí la anécdota, aunque vendan miles de botellas, aunque nuestro deseo es que todo esto no confunda al consumidor.

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