Bodegas Amaren amplía su catálogo con un nuevo vino que viene a situarse como referencia de los vinos de crianza. Un crianza de nuevo cuño elaborado con la maestría que son seña de identidad de la casa.

 

Bodegas Amaren, creada por Juan Luis Cañas (Bodegas Luis Cañas) en homenaje a su madre, se caracteriza por unos vinos de corte moderno y en el caso de este nuevo vino se adelanta a lo que consideran será el gusto del mercado en un futuro próximo.

Si hay algo que defina a esta familia bodeguera es su pasión por la viña, por la selección de sus uvas hasta su máxima expresión a fin de conseguir a partir de uvas perfectas unos vinos que triunfan en los mercados más exigentes.

Elaborado con un 85% de tempranillo y 15% garnacha de viñas de una edad media de 35 años, sus uvas son seleccionadas en doble mesa, primero los racimos de forma manual y posteriormente los granos. Tras su elaboración el vino se cría durante 12 meses en barricas de las cuales el 50% son barricas nuevas de roble americano y 50% de barricas de segundo año de roble francés.

Al final resulta en un vino tremendamente atractivo donde se transmite la finura y elegancia de la variedad tempranillo y la frescura, delicadeza y frutosidad de la garnacha. Un conjunto armónico que huye de la excesiva complejidad, corpulencia y sobre extracciones para conseguir el objetivo que se marcó la bodega: elaborar un vino “RICO” con mayúsculas. Con una nariz donde su carácter frutal ,con notas florales y de caramelo de fresa, nos acompañará hasta su paso por boca donde se manifiesta con potencia pero con elegancia, envolviéndonos con un gran equilibrio hasta llegar a un final de boca con embriagadoras notas de fruta roja típicas de las mejores garnachas de Rioja Alavesa.

Un vino para disfrutar y dejarse enamorar por su sutileza.