Una tesis doctoral desarrollada en la Universidad de La Rioja por el investigador Pedro Balda ha permitido descubrir dos nuevas variedades tintas minoritarias recuperadas en la DOCa Rioja, además de identificar y estudiar el comportamiento vitícola de otras 24 conocidas, así como las características de los vinos que producen.

 

Dirigida por Fernando Martínez de Toda, catedrático de Viticultura de la UR, la tesis Identificación y caracterización completa de variedades tintas minoritarias de la DOCa Rioja de Pedro Balda logró la calificación de sobresaliente ‘cum laude’ –con mención internacional- y forma parte de un proyecto más amplio de recuperación de variedades minoritarias.

En el caso de las variedades desconocidas hasta ahora, estas han sido encontradas en Badarán. Al realizar los análisis genéticos y cotejarlos con el catálogo europeo de variedades (en el que aparece descrita cada variedad conocida con su correspondiente análisis genético), ninguna otra variedad coincide con estas dos, descritas como B-48 y B-56.

De los vinos elaborados de estas dos variedades desconocidas, la B-48 no parece demasiado interesante para vinos de calidad por ser muy productiva, pero la B-56 muestra buenas aptitudes vitícolas y enológicas; por lo que podría ser tenida en cuenta en el futuro.

La tesis doctoral ofrece a la industria vitivinícola una importante base para tomar decisiones estratégicas de futuro y poder hacer frente a nuevas necesidades: condiciones climáticas adversas, nuevos mercados que demanden otros estilos de vino, etc.

Pedro Balda ha contado con una beca de formación de profesorado universitario (FPU) del Ministerio de Ciencia e Innovación durante los últimos cuatro años. Asimismo, el trabajo de recuperación y preservación de variedades minoritarias fue financiado en sus inicios por dos proyectos del Ministerio de Ciencia y Tecnología (INIA) y por un proyecto del Consejo Regulador de la DOCa Rioja.

Recuperación de variedades minoritarias

A lo largo de la historia de la Viticultura, desde hace miles de años se ha ido acumulando un enorme patrimonio genético varietal que se vio diezmado por la invasión filoxérica. La modernización de la Viticultura durante las últimas décadas también ha contribuido notablemente a su enorme deterioro.

Todas las formas de vid tuvieron, tienen y tendrán sin duda un papel fundamental como fuentes de información genética para responder ante cualquier adversidad que pueda amenazar al viñedo o ante cualquier nueva necesidad de la industria vitivinícola. Por ello, es una necesidad imperiosa preservar los recursos genéticos que aún existen en los viejos viñedos.

Dentro de esta línea de actuación, en el año 1988 se comenzó un proyecto de prospección en los viñedos más viejos de la DOCa Rioja en busca de variedades minoritarias y poco conocidas que pudiesen estar en peligro de extinción.

La diversidad de las variedades minoritarias tintas de la DOCa Rioja ha resultado ser enorme y, por lo tanto, enorme es también el potencial de su cultivo para elaborar vinos diferentes, portadores de la historia de varias generaciones de viticultores y de una larga adaptación a nuestras condiciones de cultivo.

Esta tesis culmina el proyecto iniciado por Fernando Martínez de Toda y Juan Carlos Sancha a finales de los años 80 para preservar el patrimonio de variedades de vid existente en Rioja y que estaba desapareciendo por la reestructuración del viñedo y el arranque de viñas viejas. En él se han analizado más de 700 viñedos y, como resultado del mismo, se han recuperado 76 accesiones, de las cuales 45 eran tintas.

Fue la primera vez en España que se emprendió una iniciativa en este sentido y, tras muchos años de cooperación con cientos de viticultores a través de numerosas cooperativas repartidas por toda la Denominación de Origen, se ha puesto fin a uno de los proyectos de investigación vitivinícola de mayor envergadura llevados a cabo en nuestra región.

El objetivo fundamental del proyecto era identificar todas las variedades recuperadas y hacer una caracterización completa de las mismas para poner a disposición del sector vitivinícola una información que recoge una parte de la historia de la DOCa Rioja y abre la puerta a nuevas posibilidades para el desarrollo de la viticultura y la enología en la región.

Como resultado de la caracterización genética mediante 11 marcadores microsatélite y de la caracterización ampelográfica con 44 descriptores OIV, se identificaron 24 genotipos distintos y dos variantes somáticas en el color de la baya. En total se obtuvieron 26 variedades diferentes, de las cuales sólo dos resultaron ser desconocidas.

La caracterización agronómica realizada en el viñedo detectó una gran variabilidad en los parámetros productivos y se caracterizaron los mostos y vinos elaborados durante dos años consecutivos. Además de los análisis químicos tradicionales para determinar los compuestos mayoritarios, se utilizaron técnicas cromatográficas (HPLC y GC-MS) para describir el perfil completo de antocianos, aminoácidos y aromas varietales.