La pequeña localidad de Cellorigo, encaramada en lo alto de las estribaciones de los Obarenes en la comarca de Haro, es la más noroccidental de La Rioja.

Este próximo lunes, Bodegas Roda presentará su particular experiencia en la llamada ‘viticultura regenerativa’, puesta en práctica en un nuevo viñedo de 10 hectáreas, plantado mediante el sistema Keyline en Cellorigo, la localidad más noroccidental de La Rioja. Se dan así a conocer las primeras experiencias en esta Denominación de viticultura regenerativa, que según afirma la bodega de Haro “supondrá toda una revolución para la viticultura del futuro y los graves problemas a los que se enfrenta, como el cambio climático, la erosión genética y la erosión de los suelos”. Asegura igualmente Roda que su nuevo viñedo “es la mayor plantación realizada por el sistema Keyline en toda Europa”.

Como recordarán nuestros lectores, en junio publicábamos en esta revista una reseña del I Simposio sobre Viticultura Regenerativa organizado por la familia Torres en Villafranca del Penedés, entre cuyos ponentes estuvieron el agricultor australiano Daren J. Doherty, considerado uno de los expertos mundiales en Keyline, y el consultor agrícola Manel Badía, pionero en la aplicación del diseño Keyline en la Península Ibérica. Informaba Miguel Torres Maczassek que, para intensificar su lucha contra el cambio climático, la bodega está llevando a cabo un ambicioso plan agrícola para implementar prácticas de viticultura regenerativa en más de 500 hectáreas de viñedos ecológicos en Cataluña.

Roda se ha significado también por ser una de las bodegas de Rioja más inquietas a la hora de introducir en todo su proceso productivo -tanto en el viñedo como en la bodega- estrategias innovadoras en la lucha contra el cambio climático. El Diseño Keyline o de Línea Clave utilizado por Roda en la plantación de su nuevo viñedo de Cellorigo está basado en una línea o líneas denominadas “claves” que combinan la captación y conservación del agua con técnicas de regeneración de la tierra. Este original sistema fue desarrollado en los años 50 en Australia por P. A. Yeomans ante la creciente erosión y desertificación que observó en el paisaje australiano y que relacionó con la agricultura.

El objetivo del cultivo en Keyline es precisamente aprovechar al máximo los recursos hídricos, lograr que toda la lluvia que caiga penetre en el suelo y se retarde su evaporación para producir tierra fértil, devolviendo al suelo su profundidad y fertilidad. “Con el diseño Keyline aprendemos a mirar la agricultura de otra manera”. Se trata en definitiva de aprender a diseñar y gestionar inteligentemente el paisaje agrícola, descubrir las líneas naturales del agua y las curvas de nivel del terreno, diseñar y construir líneas artificiales de agua, como presas, canales de desviación y riego, todo ello con el fin de mitigar y contrarrestar en la medida de lo posible los efectos negativos del cambio climático. (Más información: El cultivo en Línea Clave)

 

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