La centenaria bodega de Haro apuesta por redefinir su gama de vinos, el enoturismo y la internacionalización sin perder su esencia clásica.

La redefinición de la oferta, el refuerzo del enoturismo, la internacionalización y una puesta al día de su identidad corporativa son algunas de las novedades de la nueva etapa con la que Bodegas Martínez Lacuesta quiere hacer frente a los importantes retos que plantea el siglo XXI. La bodega de Haro, que cumple 126 años, apuesta por innovar sin perder la esencia con que nació en 1895: elaborar vinos de alto nivel, elegantes, atemporales y fieles a su origen, siempre dentro de un perfil clásico y que, sin embargo, siempre permanecen en vanguardia.

La nueva dirección trabaja en una redefinición de la oferta vinícola, volcándose en vinos aún más fieles a su origen y esencia, si cabe, que se adaptan mejor a las demandas de los nuevos consumidores. “En una continua búsqueda de excelencia e identidad, nuestra idea es seguir profundizando en la elaboración de vinos de esta zona, llevando al máximo nivel cada una de las parcelas y variedades, con el sello de un saber hacer centenario que hemos heredado y que nos proyecte al futuro”, avanza Álvaro Martínez, enólogo de la bodega y miembro de la cuarta generación de la familia. Se reducirá la gama de vinos, se matizarán algunos de ellos y se continuará trabajando en la recuperación de variedades autóctonas, al tiempo que se implementarán nuevos proyectos de I+D relacionados con variedades propias de la zona: tempranillo, viura y garnacha.

Otra medida que se ha adoptado en esta nueva andadura ha sido el refuerzo de las áreas de exportación y enoturismo, así como diversas mejoras en los procesos de producción internos, que tienen como objetivo, en definitiva, cambiarlo todo para seguir siendo aún más fieles a sí mismos. “En esta nueva etapa, Martínez Lacuesta pretende, al fin, mostrar al mundo nuestra manera de hacer y de ser que responde a los valores tradicionales de los vinos de Haro. Somos una bodega clásica, en la que la vanguardia convive con la tradición, que todavía emplea técnicas artesanales que no se han modificado desde su nacimiento y que nos aportan un valor añadido. Una bodega con voluntad de adaptarse a los tiempos, reforzando sus valores originales para nunca dejar de ser quien ha sido y es”, explica Javier Bañales, el primer director general en 126 años que no pertenece a la familia Martínez Lacuesta.

Un equipo reforzado

Javier Bañales ocupa desde julio de 2021 la Dirección General de la bodega y es uno de los nuevos profesionales que Martínez Lacuesta ha incorporado para reforzar su equipo directivo y aportar una mirada renovada al futuro. A él se suman Luis del Águila, al frente del departamento de Exportación desde septiembre de este mismo año, y la reciente incorporación en enero de 2022 de Natalia García como nueva responsable del área de Comunicación, Enoturismo y Relaciones Públicas.

A estas incorporaciones hay que añadir el asesoramiento técnico desde hace dos años del prestigioso enólogo Pepe Hidalgo en colaboración con el enólogo titular de Martínez Lacuesta, Álvaro Martínez del Castillo, lo que supuso un primer paso hacia una clara apuesta de futuro.

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