El alcalde de Aldeanueva, Ágel Fernández, y el presentador, José Ramón Jiménez, brindan con los presidentes de los hosteleros Paco Berger y Adolfo Sáenz.

Veinte años para una revolución en Aldeanueva de Ebro: del ‘rioja mesocrático’ a la Aldea global

Texto: Javier Pascual

Una docena de bodegas de Aldeanueva de Ebro presentaron ayer los nuevos vinos obtenidos de la recién acabada vendimia 2023, secundando así la iniciativa del Ayuntamiento para ser la primera localidad de la Denominación que haga público el resultado de una añada que probablemente se recuerde más por el ruido que por las nueces. El ritmo de la vendimia lo han marcado los ‘tambores de guerra’ que sonaban en varios frentes, con un sector en estado anímico inusualmente abatido.

La poco favorable climatología de la última fase del ciclo vegetativo, marcada por el exceso de calor y falta de lluvia, como bien ha explicado José Ramón Jiménez, el Educador en Vinos, ha exigido gran profesionalidad para afrontar el trabajo en bodega de los enólogos -es ‘su año’-. Algo que en Rioja nadie duda de que está plenamente garantizado y, como podía comprobarse en la ‘Sala Entreviñas’, escenario de la presentación, tiene un futuro muy prometedor. En la mayoría de estas bodegas familiares creadas hace veinte años ha tomado las riendas la nueva generación, muy bien preparada con los estudios de Enología impartidos por la Universidad de La Rioja.

Como esas cepas que contra viento y marea se adaptan a las circunstancias y acaban sorprendiendo cada añada con resultados mucho mejores de lo esperado, el alcalde Ángel Fernández, inasequible al desaliento y ya casi vitalicio, sigue impulsando la promoción del nombre de Aldeanueva en el mapa vitivinícola riojano y español. Veinte años no son nada en el mundo del vino, pero han sido suficientes para que Aldeanueva se haya convertido en uno de los ejemplos más significativos de la revolución que ha experimentado la viticultura riojana en todos los aspectos durante las dos últimas décadas.

Los vinos de la última cosecha que presentaron ayer sus bodegas representan perfectamente la diversidad de Rioja y la pujanza general de los vinos blancos, que sorprende especialmente en una comarca tradicionalmente asociada a vinos tintos. Con un territorio diverso, que comprende altitudes entre los 300 y 700 m, la Aldea se convirtió con el cambio de siglo en un hervidero de iniciativas, tanto empresariales como en el campo de la innovación vitícola y enológica. Lejos queda aquel ‘rioja mesocrático’ de principios de los años noventa que menospreciaba un crítico de cuyo nombre no quiero acordarme y que básicamente se producía para complementar con su mayor graduación a los vinos de las otras subzonas de Rioja.

Entre la veintena de bodegas con que cuenta Aldeanueva, las doce que han participado en esta ocasión han sido Viñedos Real Rubio, Bodegas Domeco de Jarauta, Bodegas Pastor Diaz, Bodegas del Medievo, Bodegas y Viñedos Alvarez Alfaro, Viñedos de Aldeanueva Sociedad Cooperativa, Viñedos Ruiz Jimenez, Bodegas Viñas Nuevas, Bodegas Cicerón, Sendero Royal, Finca Montote y Real Agrado. La presentación, exclusiva para profesionales, ha contado con la participación de la Asociación de Enólogos, la Asociación provincial de Hostelería y la Asociación de Hosteleros de la calle Laurel, representadas por sus presidentes Alberto Alcantarilla, Paco Berger y Aldolfo Sáenz respectivamente, además de una nutrida representación de la Cofradía del Vino de Rioja, la Ruta del Vino Rioja Oriental y la ADR La Rioja Oriental, con su gerente Esther Rubio al frente.

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