Texto: Javier Pascual, director de La Prensa del Rioja

Pernod Ricard ha anunciado un acuerdo de venta de su división de vinos, con las riojanas Campo Viejo, Ysios y Azpilicueta incluídas, a Australian Wine Holdco Limited (AWL), consorcio de inversores institucionales internacionales que recientemente se ha hecho también con la propiedad del grupo Accolade Wines, líder mundial del sector con más de 50 marcas. Han pasado veinte años desde aquel mes de julio de 2005 en que Pernod Ricard adquirió el mayor grupo bodeguero de Rioja a la multinacional inglesa Allied Domecq mediante una OPA amistosa. Rioja sigue siendo una tierra de oportunidades para el negocio del vino, capaz de atraer a los grandes inversores y de dar cabida a los más modestos proyectos personales de los jóvenes emprendedores. Muy especialmente en las épocas de crisis es cuando demuestran sus fortalezas las regiones históricas más consolidadas y cuando aparecen las oportunidades para quienes demuestran tener más visión de futuro. ¡Adiós y gracias Pernod Ricard, bienvenido Holdco!

Entre los que tienen un buen conocimiento del sector vitivinícola, pocos dudan de que las bodegas son empresas financieras, en las que es tan importante tener un buen enólogo como un buen financiero. Las dificultades por las que atraviesa el sector en todo el mundo tienen su talón de Aquiles en este ámbito. El director ejecutivo de Accolade Wines reconocía al celebrar su adquisición por AWL que toda la industria del vino se ha visto afectada por “vientos macroeconómicos en contra los últimos años” y que la capacidad de las bodegas para responder a estos desafíos y crecer “se ha visto obstaculizada por un balance insostenible”. Tal como preveían a principios de este año 2024, la recapitalización y el apoyo de los nuevos accionistas es lo que les ha permitido “aprovechar las oportunidades para aumentar las ventas en todo el mundo”. Accolade Wines es un actor a escala global con 50 marcas, focalizado exclusivamente en la industria vitivinícola, que reforzará la posición de la marca líder de Rioja Campo Viejo y le permitirá aprovechar nuevas oportunidades en todo el mundo.

Con este mismo objetivo integró Pernod Ricard en 2005 a Bodegas Campo Viejo, “de forma privilegiada como marca estratégica a nivel internacional en su portafolio, lo que ofrece a Campo Viejo una plataforma extraordinaria para consolidar su posición de liderazgo tanto en España como en el resto del mundo” según aseguraba su director general, Christian Barré, en la presentación del libro ‘Campo Viejo, la revolución de Rioja’ (Ediciones La Prensa del Rioja, Logroño 2012) que tuve el honor de escribir por encargo suyo. El entonces presidente del Consejo Regulador y director de Relaciones Institucionales de la bodega, Víctor Pascual Artacho, celebraba que una bodega nacida de la agrupación de unos emprendedores riojanos y vascos formara parte de “uno de los más prestigiosos grupos de comercialización de vinos del mundo, que le va a permitir seguir jugando un papel muy importante en el desarrollo futuro de nuestra denominación de origen”. El que fuera director general de la bodega, Juan Antonio Mompó, consideraba clave la aportación de multinacionales como Pernod al sector del vino. “La dimensión aporta una clara ventaja competitiva para acceder a los mercados y para poder desarrollar una verdadera estrategia de marca, que es lo que hoy requieren los mercados emergentes al consumo de vino, muy difícil llevar a cabo sin una estructura empresarial que lo soporte”.

En la primavera del 64 brotaron las vides con el esplendor que merecía la que sería una de las cosechas míticas de la historia de Rioja y nacía igualmente una de las marcas que revolucionarían esa historia milenaria: Campo Viejo. El papel de ‘locomotora’ del Rioja jugado por Campo Viejo fue posible gracias a la visión que demostraron tener sus responsables de los cambios en la demanda de los consumidores que se estaban produciendo en la sociedad española de los años sesenta y setenta. “Sin Campo Viejo y otras grandes bodegas –nos aseguraba el fundador, José Ortigüela-, Rioja no sería hoy lo que es, ni tendría el reparto de riqueza que su viñedo proporciona a una importante masa social, aunque este papel de impulso a Rioja quizás nunca se reconocerá suficientemente”. A diferencia de lo que ocurre en otras muchas bodegas de carácter familiar, la marca y la empresa han trascendido a los fundadores y su obra continúa vibrando al ritmo que la catapultó al liderazgo de los vinos de Rioja. Pero esa es otra historia, que contaremos próximamente.

 

 

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