Viñedo excepcional, perseverancia, personalidad, sentimiento y experiencia histórica son algunas de las claves proporcionadas por los bodegueros que han acompañado a Pedro Ballesteros MW en la cata magistral “El viñedo eterno: la grandísima reserva antes de serlo”, ofrecida en la renovada edición del congreso del vino celebrado en el marco de Madrid Fusión Alimentos de España. Los responsables de tres bodegas históricas de Rioja (Marqués de Riscal, R. López de Heredia Viña Tondonia y La Rioja Alta S.A.), así como de Vega Sicilia y Familia Torres (ambas también con bodega en Rioja), desvelaban algunos de los secretos del envejecimiento de los grandes vinos, algo que para esta región vinícola se ha convertido en su principal seña de identidad.

Pedro Ballesteros ha tratado de mostrar los elementos que hay en un vino recién elaborado para poder asegurar que se convertirá en un gran vino con el paso del tiempo. Y lo ha hecho planteando una interesante reflexión que tiene que ver no solo con la uva o el propio vino, sino sobre todo con las personas, con las formas de trabajar tanto en el viñedo como en la bodega. En palabras de Ballesteros, “se necesita el factor humano para entender cómo un fruto se transforma en una bebida y esa bebida en una memoria; ese es el factor del vino”.

Si hay alguien que entienda bien el papel de ese ‘factor humano’ y lo haya asumido con coherencia, es María José López de Heredia, CEO de Bodegas R. López de Heredia Viña Tondonia, que ofreció a catar un tinto de la añada 2019 destinado a convertirse en un Gran Reserva. Opina la bodeguera de Haro que “si para comenzar un proyecto hay que ser valiente, cuando eres la cuarta generación, sobre todo hay que ser perseverante”, dando por hecho que la uva tiene que ser muy buena, la selección acertada, que hay que vigilar el corcho…

“El vino bueno mejora con el envejecimiento, porque es un sentimiento, no un producto”, ha asegurado Guillermo de Aranzábal, presidente de La Rioja Alta S.A., otra bodega histórica del Barrio de la Estación de Haro. “No podemos seguir modas, pero sí tendencias. Nuestro único objetivo es elaborar los vinos que más placer dan y por ello los hemos adaptado, manteniendo la personalidad de la marca. Ahora nuestros vinos salen mucho más frescos y con mayor potencial de envejecimiento”.

Por su parte, el director técnico de Marqués de Riscal, Francisco Hurtado de Amézaga, tiraba de galones, pues no en vano su bisabuelo Camilo Hurtado de Amézaga fue uno de los más insignes introductores de los métodos de envejecimiento del vino al estilo bordelés a mediados del Siglo XIX. Por ello ha apelado al valor de los archivos de su bodega a la hora de comprender cómo ha ido evolucionando el vino de Rioja a lo largo de los años. Un guía útil para aprender del pasado y afrontar el futuro sin cometer los mismos errores.

Otras dos prestigiosas bodegas españolas, implantadas en Rioja desde hace poco más de una década, aportaban su visión sobre la forma de predecir el futuro de algunos de los mejores vinos españoles en su juventud. El consejero delegado de Vega Sicilia, Pablo Álvarez, que ofreció la cata de uno de sus grandes vinos ‘en premier’, consideraba que lo más importante “es mantener la personalidad de los vinos, algo que se puede hacer aunque evoluciones”. “Es bueno que el mundo del vino evolucione para que, en el fondo, nada cambie”, concluía.

Familia Torres, que en Rioja elabora el tinto ‘Ibericus’, ha participado en esta cata magistral con un vino que, como ha descrito Ballesteros, “está destinado a mejorar durante decenios, un Priorat delicado y complejo que pone en valor el terruño y la recuperación de variedades”. Miguel Torres Maczassek, director general de la bodega, ha destacado la singularidad y el valor del viñedo de Mas de la Rosa para concebir grandes vinos.

El prestigioso enólogo Peter Sisseck ha puesto la nota final a la cata asegurando que “Pingus no es una bodega, es un viñedo”. “Con los años se aprende y las grandes bodegas lo son porque han tenido mucho tiempo para aprender”, reconocía el fundador de Dominio de Pingus, bodega afincada en Ribera del Duero que sin duda aspira a estar entre ese selecto club de las marcas históricas.

Seis bodegueros inauguraron las catas magistrales de Madrid Fusión The Wine Edition de la mano de Pedro Ballesteros MW para desvelar los ‘secretos’ del buen envejecimiento de los vinos más emblemáticos. En la foto, el director técnico de Marqués de Riscal, Francisco Hurtado de Amézaga.