Maria José López de Heredia, quinta generación de una familia bodeguera con hondas raíces históricas, ha recibido el premio ‘Gueridón de Oro’ que otorga ‘San Sebastián Gastronomika’ como reconocimiento a la labor de los profesionales de sala y a las actividades vinculadas al restaurante fuera de la cocina. María José sucede a Txomin Rekondo como ganadora de un galardón que reivindica así la importancia de la figura de los bodegueros en la restauración.
El director del área de Gastronomía de Vocento, Benjamín Lana, destacó en el acto de entrega la trayectoria de más de 150 años de la bodega R. López Heredia Viña Tondonia y elogió la figura de María José López de Heredia, “una mujer que contra viento y marea ha seguido defendiendo esa forma de hacer vino”. La bodeguera se mostró “muy emocionada” por recibir el galardón en “la meca de la gastronomía” y, muy especialmente, por recibirlo en el año del “reencuentro”, tras año y medio de pandemia. Aludió igualmente al protagonismo de la gastronomía francesa en el congreso, asegurando que “si hoy hemos escuchado en San Sebastián Gastronomika lo importante que es Francia para la cocina, imaginad lo que es para el vino en general y para la historia del vino de Rioja en particular”.
Al frente de la bodega durante los últimos veinte años, responsabilidad que comparte con sus hermanos Mercedes y Julio César, Maria José López de Heredia en un ejemplo de respeto a “un acervo familiar que se transmite de generación en generación”. “Nuestra labor cotidiana -asegura- está arraigada en la perennidad de la tradición y en la convicción profunda de la validez y vigencia de nuestros métodos”. Aclara, no obstante, que la tradición no es sinónimo del inmovilismo. Se trata para ella de “un concepto dinámico y estético emanado del mantenimiento de unos valores y criterios que se definen y permanecen a lo largo del tiempo, lejos de modas más o menos pasajeras”. Un concepto que en absoluto resulta contradictorio con “la apertura al cambio, la flexibilidad en los criterios, el inconformismo y la autocrítica”.
Consciente de la permanente evolución de los gustos del consumidor y de las innovaciones que se producen en el mundo vitivinícola, Maria José sintetiza el compromiso actual y de futuro de su bodega en dos lemas: “la profesionalidad y la ética”. “Profesionalidad para ofrecer al consumidor un producto diferenciado, de calidad suprema, en nuestra faceta de artesanos, viticultores y elaboradores de vino; y ética como norma de conducta empresarial y de talante personal”. En definitiva, se trata de la filosofía de una empresa familiar que siempre ha mantenido una personalidad diferenciada. Aalgo tan sencillo y complejo a la vez como “fortalecer la creencia, si cabe, en nuestro propio modelo, en nuestra idiosincrasia, y contribuir al disfrute de clientes y amigos, aportando lo mejor de nuestros sueños y anhelos”.
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