investigación vitivinícola

Es uno de los 5 investigadores del ICVV que forman parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos

Texto: Antonio Egido 

Raquel Campos Herrera se licenció en Biología en 2001 por la Universidad de León, recibiendo el Premio Extraordinario de Licenciatura y se doctoró en Biología por la Universidad Complutense de Madrid, gracias a su trabajo “Los nematodos entomopatógenos de La Rioja y sus bacterias simbiontes

Durante más de ocho años realizó investigaciones postdoctorales que tenían como eje central los nematodos entomopatógenos, pero abordando investigaciones tanto básicas como aplicadas en agricultura. La primera oportunidad vino gracias a la concesión de una beca postdoctoral Ramón Areces que le llevó a trabajar a Florida (Estados Unidos) en el Citrus Research and Education Center (CREC). Allí desarrolló herramientas moleculares para la identificación y cuantificación específica mediante PCR cuantitativa a tiempo real de nematodos entomopatógenos y fauna asociada. Esta estancia fue prolongada por dos años más gracias a la concesión de un contrato IOF Marie Curie de la Unión Europea. De allí pasó al ICA (CSIC) y se unió como joven líder de grupo al laboratorio del Prof. Ted Turlings en la University of Neuchatel (Suiza).

A finales de 2015, comenzó a dirigir su propio laboratorio gracias a la obtención en Portugal de un contrato IF-Investigador FCT. Desde julio de 2018, gracias a la concesión de un contrato Ramón y Cajal, lidera en el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) el grupo “Innovación  Agroecológica de la Viña” (In-Vid, http://www.icvv.es/invid), cuyo objetivo a largo plazo es proporcionar herramientas ecológicamente sostenibles que permitan reducir la dependencia de los agroquímicos tradicionales y garantizar rendimientos óptimos y estables.

Su trayectoria investigadora, con más 60 artículos científicos en revistas internacionales con revisión por pares, un libro como editora (Ed. Springer), 5 capítulos de libro y más de 100 contribuciones en congresos, le ha llevado a recibir varios premios como joven investigadora. Participa regularmente en paneles de evaluación de proyectos tanto nacionales como internacionales, y ha co-dirigido 2 tesis doctorales (University of Neuchâtel, Suiza), con otras 4 más en curso.

Todo ello le ha servido para formar parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos, y publicado en la prestigiosa revista ‘Plos Biology’. Los autores de la publicación han elaborado un ranking a partir de un exhaustivo análisis que ha tenido en cuenta más de 40 factores diferentes, en el que incluyen a un grupo formado por tan solo el 2 % de los científicos de todo el mundo, que tienen la mayor influencia a nivel internacional porque sus publicaciones son las más referenciadas hasta mediados del año 2020.

Para Raquel Campos Herrera, aparecer en este ranking “ha sido una muy grata sorpresa, ya que, normalmente, las investigaciones relacionadas con la Zoología y la Agricultura no gozan de tanta repercusión. Profesionalmente, considero que aparecer en este ranking es una forma de premiar no sólo a mí como investigadora de forma puntual, quizás hasta accidental, sino a todos mis mentores que apoyaron la línea de investigación y a todos los compañeros que aportaron su pequeño o gran granito para construir esta senda. Ni que decir tiene que desde un punto de vista personal o familiar es todo un orgullo que, de alguna forma, contribuye a contrarrestar los momentos duros de lucha, falta de tiempo para compartir con ellos y el estrés de verte sin trabajo en la siguiente convocatoria”.

Ahora mismo, liderando el grupo In-Vid tiene como reto, a largo plazo, “reducir la dependencia de los agroquímicos tradicionales en el control de plagas, con especial énfasis del viñedo, centrándose en dos retos específicos: desarrollar bio-herramientas de control de plagas y entender cómo el manejo agronómico impacta en el agroecosistemas para identificar las actuaciones más sostenibles”.

De esta forman, buscan, por un lado, nuevas alternativas no químicas de manejo de plagas de la vid de bajo impacto medioambiental basadas en la aplicación de nematodos entomopatógenos o metabolitos secundarios producidos por sus bacterias simbiontes. Y además, evalúan su aplicación directa en la parte aérea de la vid y la forma de mejorar su eficacia frente a tres artrópodos clave en el viñedo: Lobesia botrana, Tetranychus urticae y Philaenus spumarius (vector de Xylella fastidiosa). Asimismo, también “abordamos si la aplicación de nematodos entomopatógenos en el suelo puede despertar el “sistema inmune natural” de las plantas, mediante la activación de la resistencia inducida. Finalmente, se está comenzando a evaluar el impacto de esos manejos de la vid en la calidad de la uva”, indica la investigadora.

Paralelamente, promover una biodiversidad funcional elevada que es clave para la sostenibilidad de la viticultura. “Los nematodos del suelo son un grupo modelo excelente para su evaluación ya que forman complejas redes tróficas, lo que permite estimar índices de madurez y estado de degradación del agrosistema. No obstante, esta información es escasa y casi nula si se consideran en relación con el control de las plagas/patógenos, o en las mejoras del cultivo. Para aportar nuevos indicadores del impacto del manejo en la fauna beneficiosa del viñedo, se están realizando varios estudios de la red trófica de los nematodos entomopatógenos en viñedos bajo distintos manejos”, indica Raquel Campos Herrera.

Esta combinación de investigación básica y aplicada en la interfaz entre ecología de suelos y agricultura ha sido clave para resultar un investigador de alto impacto, referente en muchos campos de estudio relacionados con los nematodos entomopatógenos como son dinámica de poblaciones, interacciones multitróficas y la apuesta por el control biológico por conservación. Sin duda, el desarrollo de técnicas moleculares de vanguardia y su aplicación a estudios de ecología del suelo han sido determinantes en apoyar su presencia en este ranking.

¿Qué importancia tienen estas investigaciones para el sector? Raquel Campos Herrera afirma que las investigaciones desarrolladas por In-Vid responden a la urgente demanda social de desarrollar estrategias sostenibles y ecológicamente sólidas para controlar las plagas de artrópodos actuales y ahondar en la resiliencia de los viñedos. Los consumidores son cada vez más conscientes del valor de los productos bioseguros y sus actitudes de compra se están desplazando hacia productos de alta calidad en sentido amplio, considerando también mejorar el impacto social y medioambiental, como los derivados de la producción orgánica. Por lo tanto, proporcionar nuevas estrategias de manejo de plagas e indicadores de la calidad y salud del suelo que apoyen a este sector en crecimiento también es un valor socioeconómico adicional”.

Sobre el futuro de la investigación en España, Raquel Campos Herrera tiene opiniones encontradas, pues si bien “uno de los puntos positivos que se le pueden atribuir a la pandemia es la puesta en valor de la sociedad de la importancia de la investigación y de la necesidad de invertir en Ciencia. Desafortunadamente, esta tendencia pasará una vez nos veamos de vuelta a la antigua realidad, pero al menos, la ciencia, por un tiempo, estuvo presente en las tertulias y en el día a día de la gente”. No obstante, no olvida que “da mucha pena ver que tras luchar tantos años para volver a España y dar lo mejor como investigadora, la nueva Ley de la Ciencia no vaya a ser un apoyo para el sector, sino una forma más de precarizar la investigación que no apoya la investigación independiente. Es incomprensible que el prestigioso contrato Ramón y Cajal de 5 años, que ha servido para atraer a talento de todo el mundo y de hacer posible la vuelta de investigadores que llevamos muchos años fuera, va a ser sustituido por un contrato de 4 años, con posiblemente una dudosa selección mediante concurso-oposición y cuya renovación no va a ser por méritos del candidato sino por cuestiones administrativas. La carrera científica es como hacer una maratón, pero esprintando para los 100 metros lisos desde el principio, y eso es insostenible”. Algo más positiva se muestra al hablar de la investigación en el mundo de la viticultura y el vino, al tratarse de “un sector muy fuerte y que apoya bastante la investigación, pero quizás aún demasiado conservador como para apoyar firmemente investigaciones en el área de la biodiversidad, impacto del cambio climático o estrategias de control biológico por conservación. Estoy segura de que en un futuro cercano estas investigaciones serán más generalizadas y en colaboración entre el sector público y privado”.

Suscríbete gratis a nuestro boletín.¡Pincha aquí!