Con más de 300 referencias para descubrir, degustar y compartir, La Vinoteca del restaurante de Juan Carlos Ferrando es un “rincón donde el vino tiene el protagonismo que merece”
Texto: Mirian Terroba
redaccion@laprensadelrioja.com
«Para nosotros, el vino es un hilo conductor dentro del restaurante. Nos encanta compartirlo como parte de la experiencia gastronómica». Con su pasión por el vino y la gastronomía, Juan Carlos Ferrando ha logrado fusionar ambos mundos, ofreciendo una experiencia que explora lo mejor de la cocina y el vino. Fruto de esta estrecha unión, el chef ha creado un nuevo espacio en su restaurante de Logroño: La Vinoteca. Esta incorporación va más allá de ser una simple cava de vinos; es un complemento que enriquece su oferta gastronómica.
Lo que comenzó con una pequeña cava ha crecido hasta albergar más de 300 referencias de vinos, en un espacio diseñado para ofrecer a los comensales una selección bien conservada y organizada, lista para ser disfrutada en cualquier momento. Además, «es un lugar donde los clientes pueden venir, elegir su vino y probar algo sencillo, como un jamón o un aperitivo. Hay botellas muy curiosas», señala Ferrando. La Vinoteca reúne etiquetas de Rioja, Cataluña, Galicia, Francia, Argentina y otras regiones del mundo, reflejo del interés del chef y de Zuriñe Ortiz, jefa de sala del restaurante, por la excelencia vinícola.
«Queríamos crear un rincón donde el vino tuviera el protagonismo que merece, un espacio para compartir, descubrir y disfrutar sin prisas», comenta Ferrando. Aunque acaba de ponerse en marcha, este espacio no solo está pensado para quienes disfrutan de una buena comida en el restaurante, sino también para aquellos que desean llevarse una botella de vino a casa. Los turistas extranjeros, menos sensibles al precio, valoran especialmente esta opción. De hecho, según Zuriñe Ortiz, “las botellas más caras las hemos descorchado para clientes extranjeros”, un perfil cada vez más frecuente en La Rioja, atraído por el enoturismo.
Conocer bien el vino y el proyecto que hay detrás
A la hora de seleccionar los vinos que incorporan a su carta, Ferrando tiene claro su criterio. “Nos tienen que gustar tanto el vino como el proyecto que hay detrás. Para vender un vino, tenemos que contarle al cliente de dónde viene, cómo está hecho, quién lo elabora… De esta manera, el comensal puede conectar con la bodega y disfrutarlo de una forma más completa”.
El chef destaca que «probamos muchos vinos a lo largo del año, porque es la única manera de aprender, educar el paladar y ampliar nuestro conocimiento». Y en su restaurante, los consumidores de vino se dividen en dos perfiles bien diferenciados: “Por un lado, está el cliente que sabe qué le gusta, es fiel a ciertas bodegas y no se deja recomendar. Y por otro, el que pregunta y al que nosotros aconsejamos”. Este segundo grupo busca descubrir vinos nuevos, especialmente de bodegas pequeñas y menos conocidas.
La influencia de la prensa especializada y las redes sociales ha sido clave en este fenómeno. “Muchos de estos vinos han ganado visibilidad gracias a buenos puntajes y reseñas. La gente viene preguntando por vinos que han visto recomendados o que han encontrado en nuestra carta”, explica Ferrando.
La cultura del vino ha crecido en los últimos años, algo que el chef percibe en sus clientes: «Hoy en día, la gente sabe mucho más de vino que antes. Las redes sociales, los blogs especializados y las catas han permitido que más personas se interesen y aprendan sobre el vino».
Una carta de vinos basada en sensaciones
La carta de vinos en el restaurante de Juan Carlos Ferrando está estructurada de manera descriptiva, facilitando la elección según las características de cada vino. En lugar de clasificar los vinos únicamente por denominaciones o tipos de crianza, han optado por una clasificación basada en el perfil sensorial de los vinos. Así, por ejemplo, los vinos blancos pueden ser frescos y ligeros, aromáticos y untuosos o concentrados y estructurados, y los tintos, persistentes y largos o con más fruta. Este enfoque permite a los clientes elegir un vino según sus preferencias de sabor y textura en lugar de limitarse a etiquetas tradicionales como crianza o reserva.
Ferrando y Ortiz destacan que el interés por los vinos blancos ha crecido enormemente en los últimos años. «Cada vez más clientes descubren los blancos de Rioja. Ya no son solo para aperitivos, sino que se están produciendo grandes vinos blancos capaces de acompañar un menú entero», afirma Ferrando.
Zuriñe Ortiz subraya que la demanda de blancos está en aumento, incluso entre consumidores más mayores, quienes tradicionalmente se inclinaban por los tintos. Además, ya no hay una estacionalidad tan marcada en su consumo: “Antes se veía el vino blanco o rosado como algo más propio del verano, pero ahora se consume todo el año”.
Best of Wine Tourism 2024
El restaurante Juan Carlos Ferrando ha sido reconocido con el Best of Wine Tourism 2024 por su “excelente maridaje y servicio de vinos para acompañar la gastronomía del chef”. Según el jurado, «la combinación de estos dos elementos convierte al restaurante en un referente enogastronómico en la ciudad de Logroño».
La propuesta gastronómica de Juan Carlos Ferrando fusiona la tradición riojana con técnicas culinarias contemporáneas. Su cocina se caracteriza por sabores sofisticados, delicados y refinados, invitando a los comensales a disfrutar de una experiencia culinaria que refleja la esencia de La Rioja.
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