“La lista ‘Parker’ se maneja de forma simplificada y a veces distorsionada. Se ha exagerado la influencia y el valor de la opinión, que tiene su peso, pero no es para volverse loco”.
El escaso interés personal de Robert Parker por los vinos españoles lo evidencia el hecho de que no viajó nunca a España a recorrer sus zonas vinícolas y catar vinos como, por ejemplo, sí lo hacía periódicamente con Burdeos. Su única visita a Rioja fue en 2009 con motivo de la celebración en Logroño del congreso ‘Wine Future’, donde dejó entrever por primera vez que su percepción sobre esta Denominación podía cambiar sustancialmente y que algunos grandes vinos de Rioja de añadas antiguas también podían formar parte de su cotizado universo de vinos favoritos. Su elección del catador español Luis Gutiérrez para ‘Wine Advocate’ en 2013 marcó un punto de inflexión en la trayectoria de la influyente publicación en cuanto se refiere al nivel de consideración que le habían merecido históricamente los vinos españoles en general y los de Rioja en particular. Vinos que han ido ocupando paulatinamente los puestos de honor que en justicia podían corresponderles por su historia, prestigio, calidad e innovación. Algo para lo que ha sido determinante el espíritu libre, comprometido y riguroso de Luis Gutiérrez, el paladar español de Parker.
Texto: Javier Pascual / Fotos: Miguel Herreros
P- ¿Ha sido una forma de desagravio con la pujante vitivinicultura española que Parker haya elegido por primera vez un paladar español para ‘Wine Advocate’?
R- A mí no me hicieron una entrevista de trabajo, ni nada parecido, sino que me plantearon qué tenían que hacer para que me incorporara a trabajar con ellos, pues me habían seleccionado porque consideraban que era el experto que querían. Para mí, que trabajaba en Tetra Pack desde hacía 22 años, el vino era solo un hobby, aunque muy intenso. La afición surgió hace mucho tiempo y por mi carácter impulsivo-obsesivo me metí en ello como un loco, pasando todo el día leyendo, estudiando, viajando, comprando vinos… En el año 2000 me metí en plan bestia en el hobby, pues pusimos en marcha elmundovino.com con Víctor de la Serna y escribíamos a un ritmo frenético. Además de publicar algún que otro libro, como “Mil y un vinos que hay que probar entes de morir”, también estuve dos años colaborando con Jancis Robinson antes de que me buscaran para Wine Advocate a principios de 2013. Me aseguraron que tendría libertad total, pues querían que hubiera diversidad y cada catador tuviera su estilo personal de catar y opinar, sin marcar pautas concretas, una línea o un gusto común a seguir. Si me hubieran dicho “te tienen que gustar los vinos así o asao”, seguramente no hubiera sido capaz de hacerlo.
P- El año 1999 escribí en La Prensa del Rioja que “para un malévolo periodista norteamericano los tres peores enemigos del vino de calidad en este siglo empiezan por P: Phylloxera, Pasteurización y Parker, sin que se me alcance bien la razón de esta última inclusión ni la justeza de las anteriores”. ¿Representa un cambio importante la diversidad que comentas respecto a la trayectoria anterior de Parker y su estilo y gustos muy reconocibles?
R- Pues sí, bastante. Yo he sido también crítico con ello, como todo quisque. Pero al final se trata de una simplificación y un estereotipo que lo sacamos de contexto. Parker tiene su gusto y opinión, como lo puede tener cualquiera, pero el problema es que todo el mundo se ha vuelto loco siguiendo eso sin pensar si coincide con tu gusto o no. Además, tampoco es tan estricto como parece. Cuando le conocí y le comenté que tenía que ir a San Sebastián me dijo: “¿por qué no haces una cata de chacolí, que no hemos hecho nunca y me encanta?”. Así que ya ves, ¡cosa más antiparker que el chacolí no se me ocurre nada! Al final le gusta un poco de todo, le gusta comer y beber como a una persona normal, pero se ha exagerado y creado un estereotipo que no corresponde a la realidad.
P- Todos reconocemos lo que mucho representa la firma ‘Parker’ en el mundo del vino, pero actualmente ya no es la firma de una persona. ¿De qué estamos hablando?
R- ‘Wine Advocate’ es una empresa en la que el Sr. Parker sigue siendo presidente, aunque ha vendido una mayoría accionarial importante y cuenta con un equipo de gestión y una mayor estructura de empresa (antes lo hacía prácticamente en su casa). Sigue siendo la publicación de vinos más citada en el mundo y de ahí la responsabilidad: con la repercusión que tiene, no puedo opinar de cosas sin saber. De hecho, cuando me incorporé en abril de 2013 para catar, además de España, los vinos de Chile y Argentina, tuve un estrés brutal durante los primeros meses, no podía ni comer ni dormir, trabajando 18 horas diarias para empaparme. Lo pasé mal, pues me podía la responsabilidad de que de repente me hubieran nombrado experto de algo que no tenía ni idea, pues Chile y Argentina venían como parte del paquete. Me lo tomé muy en serio.
La entrevista completa se encuentra en el nº 218 de La Prensa del Rioja