Clara Canals y los siete magníficos vinos que elabora en Ysios.

HISTORIAS EN FEMENINO DE UN RIOJA CENTENARIO (III)

TEXTO Y FOTOS: Javier Pascual / Director de La Prensa del Rioja

Cuando Clara Canals, enóloga de Bodegas Ysios, fue reconocida por la revista británica The Drinks Business como una de las 100 personalidades más relevantes del mundo dedicadas a la elaboración del vino, no resistí la tentación de descubrir quién y cómo era este nuevo valor emergente de la enología riojana. Tras el encuentro en aquella mañana primaveral de 2024, probablemente muy sugestionado por la ruta entre dólmenes prehistóricos y cepas centenarias, volví a la ciudad convencido de haber dado con el titular que reflejaba a la perfección mis impresiones: ‘LA MAGIA DE CLARA ILUMINA YSIOS’. Sin embargo, entendí que su saber hacer y su discreta elegancia eran algo quizás menos llamativo, pero más valioso tanto en lo profesional como en lo personal.

Satisfecho su deseo de conocer mundo haciendo vendimias en Nueva Zelanda, Australia, Suráfrica y Argentina, durante casi una década fue cogiendo tablas en Campo Viejo de la mano de Elena Adell. Una experiencia personal que considera “un auténtico lujo por disponer de todos los medios técnicos que puedes desear y tener la oportunidad de trabajar con un equipo humano del máximo nivel”. Ya en plena madurez profesional, con la dosis ideal de juventud y experiencia, asumió la dirección del equipo enológico de Ysios en mayo de 2020.

Clara entendió entonces que su trabajo en esta bodega tan especial le exigía aportar “una visión vanguardista” que permitiera descubrir nuevas posibilidades para enriquecer la oferta enológica de una bodega a la que consideraba “ejemplo del buen hacer y del respeto por el legado vitivinícola de nuestra región”. Bajo esta premisa, afrontó el reto de encontrar el equilibrio perfecto entre lo vanguardista y la recuperación de valores tradicionales que conservan su hábitat natural en unos viñedos y un entorno paisajístico tan especial como el que se cobija al amparo de la Sierra de Cantabria. Un lugar que le entusiasma y le motiva, empezando por la atención permanente que presta al viñedo.

La ‘joya’ del mayor grupo bodeguero

Bodegas Ysios fue creada en 2001 por el grupo Bodegas y Bebidas como una bodega boutique de vanguardia y diseño (obra del arquitecto Santiago Calatrava), con viñedos propios en su entorno. La orientación inicial hacia un modelo único de vino como referente de la bodega se ha convertido actualmente en una auténtica ‘colección’ de vinos de alta gama, de ediciones muy limitadas y a cuál más singular: Ysios Selección, Ysios Blanco, Ysios Rosé, Ysios Lagunazuri, Ysios El Nogal, Ysios Grano a Grano, Ysios Finca Las Naves y Club Ysios.

Con unas breves y precisas pinceladas exentas de florituras verbales, Clara Canals nos describe la esencia de los vinos que vamos catando. Comenzamos por el blanco y hablamos de la ‘revolución’ que ha supuesto la admisión de nuevas variedades. Cree que su desarrollo está aún en fase de experimentación. Y se pregunta: ¿para qué más chardonnay en el mundo si las viuras plantadas en las cabezadas de nuestros viñedos hace más de medio siglo son una maravilla?

La personalidad que caracteriza al tempranillo en el entorno de la bodega es la base de los vinos tintos de Ysios. Vinos complejos y con carácter, que destacan por la finura y elegancia que son capaces de alcanzar una vez ‘domados’. Su expresión varietal se identifica con la comarca, pero no deja de sorprenderle “la gran diversidad que es capaz de ofrecer, la diferencia que puedes encontrarte entre parcelas separadas por apenas 200 metros”. La nueva categoría de ‘Viñedo Singular’ permite actualmente disfrutar de estas peculiaridades en algunos de sus vinos (‘El Nogal’, ‘Las Naves’). Clara considera imprescindible esa diferenciación, que evite caer en la uniformidad, si bien apela igualmente a la necesidad de que Rioja mantenga una ‘tipicidad’ que permita identificar el denominador común que representa el ‘estilo Rioja’.

El ‘efecto Foehn’ propicia un microclima muy especial en la vertiente sur de la sierra de Cantabria.

Para Clara supone todo un reto profesional seducir con sus elaboraciones a quienes visitan la bodega, sabedora de que lo hacen atraídos por su singular arquitectura con firma de autor famoso. Se siente motivada, al tiempo que presionada por querer estar a la altura del envoltorio. En el fondo, su convicción de que la misión de una bodega es hacer vino contribuye a mantener viva su ilusión por crear, por innovar, por ‘domar’ unos vinos que necesitan ese trabajo para alcanzar la finura y elegancia que constituye la verdadera esencia diferenciadora de Rioja, su gran logro desde el Siglo XIX. No tenemos duda de que esa demanda tan selectiva a la que Ysios destina su actual oferta de vinos, recomendará la visita a sus amigos refiriéndose a la magia de ‘Claratrava’ (permítaseme el juego de palabras) como su principal atractivo.

Mitos y leyendas

Un halo de misterio se extiende por toda la comarca sonserrana, meciendo el verde manto de viñedo que la cubre. Los ecos de rituales ancestrales, sin frontera entre lo sagrado y lo profano, resuenan suspendidos en el tiempo, disueltos en la densa niebla que se descuelga ladera abajo por el flanco sur de la Sierra de Cantabria. Un momento fugaz, tan efímero como la existencia de toda una generación en la historia milenaria de una comarca que han habitado los humanos desde el Paleolítico. Mitos y leyendas, artesanía y tecnología, magia y ciencia…, conceptos tan esenciales como contradictorios, que Clara ilumina con la sencillez que le caracteriza y la seguridad con que expresa sus ideas.

En plena temporada de labores de ‘espergura’, caminos e infinitas parcelas de viñedo se pueblan tempranamente de vehículos y trabajadores del campo, mientras los rayos de sol se abren paso con la fuerza del solsticio de verano. La magia de ‘Claratrava’ ha despertado el sueño de Ysios y Eolos se divierte susurrando a las cepas los conjuros que escapan del Dolmen de La Hechicera, a escasos metros de la bodega. Un lugar en el que la cultura del vino tiene raíces muy profundas, un territorio nacido para el vino y unas gentes que transmiten con pasión el saber hacer de varias generaciones.