Texto: Javier Pascual / Director de La Prensa del Rioja
Una vez más tenemos que lamentar el fallecimiento de otro miembro de esa generación de bodegueros que en el último tercio del Siglo XX impulsaron la segunda revolución industrial del Rioja. Unos lo hicieron con la creación de nuevas empresas bodegueras, otros con la modernización de las ya centenarias, como es el caso de Luis Ignacio Vallejo Chalbaud, cuarta generación de la familia Real de Asúa fundadora de la Compañía Vinícola del Norte de España (Bodegas CUNE) en 1879. Un ejemplo significativo de la gran implicación histórica que han tenido los inversores vizcaínos en la industria vinícola riojana desde el Siglo XIX.
Luis Vallejo fallecía a los 84 años en su casa familiar de Guecho el pasado 21 de noviembre. Licenciado en Derecho, dirigió la bodega fundada por su bisabuelo durante las tres décadas que situaron a la Denominación Rioja entre las grandes regiones vinícolas del mundo. Un salto cualitativo debido, entre otras razones, a la modernización de las propias empresas bodegueras, como CUNE, y a las decisiones estratégicas que marcaron el rumbo actual de la Denominación, cuyo éxito ha demostrado la gran visión de futuro y capacidad de liderazgo que tuvo esa generación de bodegueros coetáneos de Luis Vallejo. Con solo 20 años fue nombrado consejero de la bodega, con 33 se incorpora a trabajar como Director Gerente (era el año 1969) y solo cuatro años después asume la presidencia de la sociedad, en la que permanece hasta pasar el testigo a su primo Víctor Urrutia Vallejo el 28 de abril de 2004.
Hombre afable, elegante y siempre muy discreto, no se prestó nunca a la proyección pública de otros o al protagonismo en las instituciones. Incluso cuando le tocó presidir la asociación bodeguera ARBOR, en época de agrias polémicas internas del sector, parecía sentirse incómodo, buscando permanecer en segundo plano. Al menos esa fue mi percepción, la imagen que me transmitió cuantas veces tuve ocasión de charlar con él. La imagen de un empresario de naturaleza optimista, capaz de afirmar que “a veces se toman decisiones en contra del interés crematístico y en favor de la satisfacción de obtener un vino del que sentirse orgulloso”. Lo decía en la entrevista que protagonizó por estas fechas de noviembre del año 1987 en el nº 21 de La Prensa del Rioja, dejando muy claras sus prioridades cuando nos aseguraba que poder ofrecer un vino como Imperial -su favorito- “proporciona una satisfacción no comparable con nada”. Y sobre todo cuando consideraba que en el vino “hay una tradición familiar, un nombre, un prestigio, difíciles de evaluar en términos económicos y que, sin perder de vista el aspecto empresarial, llenan mucho más”. También nos dejaba una muestra de su natural optimismo cuando, tras apuntar a la política de calidad como mejor garantía de futuro y al creciente interés por el Rioja como beneficio más concreto de la entrada de España en el Mercado Común, finalizaba la entrevista asegurando que “podemos darle al vino un mayor valor añadido si sabemos aprovechar las oportunidades del mercado actual”. Un reto que tres décadas después sigue siendo prioritario para Rioja.
Luis Vallejo supo también contar con profesionales de la talla del enólogo Basilio Izquierdo y del empresario José Madrazo, impulsor junto a la familia Pérez Villota de la creación de Viñedos de Contino en 1973, el primer “château” de La Rioja, del que Luis se sentía especialmente orgulloso. También representó para él un hito muy importante -el de su despedida al frente de la compañía- la inauguración de la nueva e innovadora bodega Viña Real en Laguardia, junto a la finca de Contino. Desde La Prensa del Rioja, nuestras condolencias a su esposa, Mª Pilar Garay, y a toda su familia.
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