Luis Cañas recibió el pasado 8 de septiembre un emotivo homenaje en conmemoración de su noventa aniversario, homenaje que tuvo como escenario la bodega que lleva su nombre en Villabuena de Álava y contó con la asistencia de más de un centenar de invitados, vinculados personal y profesionalmente al protagonista a lo largo de su fecunda trayectoria como viticultor y bodeguero. Una trayectoria vital que glosaron algunos de ellos en representación de empleados, proveedores, clientes y amigos de la bodega, y ha quedado plasmada en un libro biográfico editado por La Prensa del Rioja y escrito por su director, Javier Pascual.
Con el título “LUIS CAÑAS, LABRADOR DE UN SUEÑO”, el libro narra las vivencias de ‘un cosechero humilde, tenaz y emprendedor’, como afirma el subtítulo, cuyo espíritu perfeccionista es una de las facetas más destacadas de su personalidad. El mismo espíritu que ha impregnado a su hijo Juan Luis Cañas y que pone de manifiesto cuando afirma que “nuestro reto es la búsqueda de los vinos perfectos”. Un ejemplo de ello es el vino especialmente embotellado para la ocasión con el simbólico nombre de ‘90’ en referencia a las nueve décadas vividas por Luis Cañas, que su hijo considera importante no solo festejar, sino también conservar en la memoria “para no perder la perspectiva de cuáles son nuestros orígenes y saber mantener, desde la humildad, el rumbo correcto”.
Un largo recorrido que ha culminado en una realidad que supera de largo las más altas expectativas con las que hubiera podido soñar la familia Cañas en los inicios de su actividad comercial en los años sesenta y, especialmente, cuando Juan Luis Cañas tomó el relevo en 1988 para convertirse en el gran impulsor del modesto negocio vinatero creado por su padre. Como subrayó Luis Cañas en su breve intervención de agradecimiento, era el sueño de una familia -el recuerdo de Ángeles y su importante papel sobrevoló toda la celebración-, sueño forjado sobre dos principios básicos: “trabajo e inversión”.
Nos sumamos por todo ello desde la Prensa del Rioja al homenaje que tan merecidamente ha recibido Luis Cañas, así como a la felicitación por esas nueve décadas preñadas de recuerdos que hemos tenido el honor y la suerte de poder escuchar de su propio protagonista, un ameno narrador de historias. Como se puede leer en la última página del libro, “seguro que en más de una ocasión podremos continuar allí (en la finca El Regollar) escuchando las muchas historias que todavía le quedan a Luis por contar, junto a un blanco y unas aceitunas”.