Es el mayor viticultor de Rioja con 825 hectáreas de viñedos propios y acaba de recibir la certificación Sustainable Wineries for Climate Protection (SWfCP) de la Federación Española del Vino (FEV), posicionándose así como una de las bodegas líderes en la transición hacia la elaboración sostenible de vino en España.
Este reconocimiento ratifica el compromiso medioambiental de El Coto de Rioja, que en los últimos meses ha impulsado un plan de actuación que ha supuesto cambios estructurales en la bodega y en la gestión de sus procesos. “Tenemos un firme compromiso con el entorno y, por ello, nuestra prioridad es ser pioneros en la consolidación de prácticas sostenibles en la industria vitivinícola española desde un punto de vista integral, estableciendo un marco para la mejora continua y la innovación”, afirma Vanesa García, Directora de Calidad y Sostenibilidad de la bodega.
Además de la reconversión de más de 48 hectáreas de viñedo a agricultura ecológica, el nuevo plan de actuación medioambiental de El Coto de Rioja contempla distintas medidas en materia de eficiencia energética como minimizar las oscilaciones térmicas o renovación de las luminarias por modelos de bajo consumo. Además de la gestión hídrica, y de residuos, la mejora más notable es en materia de energías renovables con instalación de un parque fotovoltaico en la bodega que “nos permite generar un 12% del total de la energía consumida en la bodega, lo que contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, ayuda a preservar los recursos naturales al no necesitar agua ni producir contaminantes durante su funcionamiento”, explica Vanesa García
Un nuevo packaging más sostenible
El plan de actuación medioambiental de El Coto de Rioja también contempla mejoras en todos los elementos del packaging para hacerlos más respetuosos con el planeta, lo que ha permitido reducir un 26,3% el gasto energético y la huella de carbono de sus productos.
La nueva cápsula reutiliza el 98% del disolvente empleado durante el proceso de pintado; el papel de la etiqueta se ha sustituido por uno 100% reciclado, mientras que el de las cajas es procedente de bosques certificados FSC y ha desarrollado un nuevo modelo de botella más ligera, que reduce el impacto ambiental derivado de la fabricación y la logística, además de disminuir el residuo de vidrio generado.