Es un vino reflejo de viñedos de cultivados de forma ecológica, en zona fría del valle del Najerilla, en las parcelas del abuelo y que se elabora en el calado de una casona del siglo XVI.

“Clemente García Garnacha te descubrirá la esencia del Alto Najerilla, nuestro excelente valle de Rioja Alta a través de una variedad de uva típica de la zona y que he recuperado trabajando los viñedos que plantó que mi abuelo” explica Clemente García. La garnacha le permite conseguir esa autenticidad e identidad en las 10.000 botellas que elabora de este vino en cada añada, sobre el que se apoya su proyecto en una renovada bodega familiar en una casona del siglo XVI.

Este vino es fruto de una mimada selección de las mejores uvas garnacha sus viñedos de entre 25 y 75 años, “que trabajo de forma ecológica y plantados en parcelas que varían desde los 570 a 700 metros de altitud en la localidad de Baños de Río Tobía. Vendimio la uva de forma manual en cajas de 16 kg y que después fermenta en depósitos de hormigón y acero inoxidable para después seguir una crianza en madera francesa durante 14 meses”.

«Es un vino color rojo cereza, capa media alta, intensidad alta en nariz y elegante, aroma frutal, con mucha fruta roja. Equilibrado en boca con una nariz marcada, sensación de plenitud y de frescura, invita a tomar otro sorbo y reflejo de viñedos de la variedad garnacha cultivada en zona fría”, concluye.

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