
Proyectos de viticultura avanzada, mejora genética, microbioma del suelo y fertilización inteligente consolidan la competitividad, la calidad de la uva y la diferenciación de marca, posicionando a Rioja como referente mundial en viticultura innovadora y sostenible
Texto: Mirian Terroba
redaccion@laprensadelrioja.com
La DOCa Rioja ha hecho de la investigación un eje estratégico frente al cambio climático y a la creciente demanda de calidad. Dentro de este ecosistema, las bodegas de Rioja impulsan proyectos concretos que van más allá de la conservación del viñedo y la mejora enológica, generando beneficios económicos y estratégicos claros: optimización de costes, incremento de la eficiencia productiva, diferenciación de marca y fortalecimiento del posicionamiento en mercados nacionales e internacionales.
Las bodegas de la DOCa Rioja han situado la investigación y la innovación en el centro de su estrategia, entendiendo que la sostenibilidad del viñedo es la base de la excelencia enológica y de la competitividad del sector. Frente a los desafíos que plantean el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la erosión de suelos y la variabilidad de las cosechas, estas iniciativas buscan garantizar la calidad de la uva, proteger el patrimonio vitícola y aumentar la eficiencia productiva, con un impacto estratégico y económico tangible para las bodegas.
Estas iniciativas no actúan de manera aislada, sino que se complementan y generan sinergias que benefician a todo el sector y a la DOCa Rioja en su conjunto. Desde la recuperación de viñedos históricos y la mejora genética de variedades de élite, hasta la optimización del manejo del suelo, el estudio del microbioma y la fertilización avanzada, cada proyecto aporta soluciones aplicables de forma transversal y contribuye a reforzar la competitividad global de la denominación.
Posicionan a las bodegas como referentes en innovación vitícola, fortaleciendo su reputación y generando valor para clientes, distribuidores y mercados de alta gama. La producción de uvas de calidad diferenciada, imprescindibles para vinos premium, aumenta el valor añadido de los productos y la rentabilidad del sector.
En este reportaje presentamos algunos ejemplos recientes de investigación desarrollados por bodegas de Rioja, que ilustran cómo la innovación, la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático se traducen en mayor resiliencia del viñedo, reducción de costes, incremento de la calidad de la uva y del vino, y consolidación de la diferenciación de marca en mercados exigentes. En conjunto, estas iniciativas posicionan a Rioja como referente mundial en viticultura innovadora y sostenible, ofreciendo un modelo replicable para otras regiones y asegurando la competitividad y el liderazgo del sector vitivinícola en el siglo XXI.
Estrategias de plantación
La Rioja Alta, S.A. ha desarrollado un enfoque integral que abarca sus viñedos en Rioja, Rioja Alavesa, Ribera del Duero y Rías Baixas, sumando más de 80 hectáreas replantadas o de nueva creación. En Torre de Oña /Rioja Alavesa), la implementación del proyecto Viñedos Artesanales combina la recuperación de microparcelas centenarias con técnicas de plantación en vaso y el sistema keyline, que sigue las curvas de nivel del terreno para optimizar la distribución del agua y minimizar la erosión del suelo. La selección de parcelas por altitud, orientación y potencial vitícola asegura condiciones óptimas para producir uvas de máxima calidad.
El impacto estratégico es doble: asegura la producción de uvas de calidad diferenciada, imprescindibles para vinos premium, aumentando el valor añadido; y, al mejorar la eficiencia hídrica y la resiliencia del viñedo frente al cambio climático, reduce pérdidas y costes asociados al estrés de la planta.
Estos esfuerzos han permitido obtener vinos como El Camino (cosecha 2021), que combinan tradición y expresión contemporánea de Rioja Alavesa. Paralelamente, la bodega ha replantado 12 hectáreas en Páganos y ha iniciado la plantación de 13,5 hectáreas en Kripán, incluyendo parcelas que superan los 800 metros, convirtiéndose en algunos de los viñedos más altos de la DOCa. La altitud, junto con alta densidad de plantación y manejo diferenciado, mejora la maduración y favorece un perfil aromático más complejo, reforzando la competitividad y el valor añadido de los vinos.
Áster, en Ribera del Duero, ha creado el primer viñedo en espiral de España para estudiar la vid según orientación solar y microclimas, generando información clave sobre adaptación varietal y calidad del fruto. Por su parte, Lagar de Fornelos, en Galicia, ha replantado 17,44 hectáreas de Albariño y variedades autóctonas, combinando espaldera y emparrado, lo que garantiza la identidad varietal, refuerza la diferenciación de marca y mantiene su posicionamiento en mercados premium.
Bodegas RODA ha incorporado la viticultura regenerativa en Cellorigo (La Rioja), aplicando el sistema keyline en un viñedo de diez hectáreas. Esta metodología optimiza la distribución de agua, evita la erosión, mejora la fertilidad del suelo y potencia la biodiversidad, generando impactos directos sobre la productividad y la calidad de la uva. La experiencia acumulada durante cuatro años se ha compartido en jornadas técnicas con más de 50 profesionales, consolidando la reputación de RODA como referente en innovación vitícola y generando conocimiento aplicable a toda la DOCa Rioja. La recuperación de suelos y la mejora de la resiliencia del viñedo se traducen en reducción de costes de manejo, menores pérdidas por estrés hídrico y mayor estabilidad en la producción, factores que repercuten directamente en la rentabilidad.

Conservación de viñedos antiguos y material genético
En Rioja Alavesa, Alma Carraovejas desarrolla el proyecto REVIVID, que aborda la reposición de marras y la preservación del material genético histórico de viñedos antiguos, donde al menos el 70% de las 26,7 hectáreas de Aiurri son pre-1980. El proyecto combina técnicas de visión artificial mediante drones con mapeos manuales para diagnosticar la incidencia de marras, estrategias de reposición con acodo, injertos en vivero y plantas americanas como base, y estudios sobre la salud del suelo, especialmente frente al hongo Armillaria mellea.
Además, se ha iniciado la identificación y multiplicación de biotipos de variedades autóctonas y minoritarias, creando un banco de germoplasma que asegura material de reposición para futuras plantaciones. Este enfoque permite recuperar la productividad de viñedos heterogéneos y mejorar la rentabilidad de parcelas históricas, al tiempo que conserva la diversidad genética y la calidad diferenciada del Field Blend. El desarrollo de un Protocolo de Buenas Prácticas extenderá los beneficios a todo el sector, reforzando la competitividad y la sostenibilidad económica de la viticultura en Rioja Alavesa.
REVIVID permite mantener parcelas históricas productivas, evitando la pérdida de uvas con características únicas y reforzando la identidad de los vinos. Económicamente, reduce la necesidad de replantaciones costosas y permite estabilizar rendimientos en viñedos heterogéneos, consolidando la resiliencia y la competitividad de la bodega y del sector.
Investigación genética y mejora varietal
VITELITE24, coordinado por Bodegas RODA junto con Bodegas Martín Códax y Vitis Navarra, persigue la mejora de variedades de élite —Albariño, Viura, Tempranillo y Garnacha— mediante selección genómica y fisiológica, identificación de variantes clonales resistentes a estrés hídrico y térmico, construcción de bancos de germoplasma y análisis de maduración del fruto. Este enfoque permitirá producir vides más resilientes sin comprometer la calidad enológica, aumentando la eficiencia productiva y reduciendo pérdidas asociadas al estrés climático.
El proyecto, con un presupuesto de 913.034 € cofinanciado por CDTI y fondos FEDER y una duración de 36 meses, genera también un valor estratégico al sector, pues el conocimiento obtenido podrá aplicarse en la mejora de viñedos tradicionales de toda España, aumentando la competitividad y el atractivo de los vinos de élite en mercados internacionales.
Los beneficios estratégicos son significativos: el desarrollo de clones más resilientes garantiza continuidad productiva y calidad constante, mitigando riesgos de pérdidas por cambio climático. Económicamente, se optimiza el uso de recursos y se incrementa la productividad por hectárea, mientras que los vinos resultantes mantienen estándares de calidad frente a mercados internacionales exigentes.
Microbioma del suelo: una nueva herramienta de sostenibilidad
Bodegas Bilbaínas participa como única representante riojana en el proyecto Mycowine, junto a cinco bodegas de Castilla y León, Vitartis y la empresa biotecnológica IDForest. Los estudios han demostrado que ciertos hongos micorrícicos y bacterias del suelo mejoran la absorción de agua y nutrientes, aumentan la productividad y potencian la calidad de la uva, además de fortalecer la resiliencia del ecosistema frente a estrés hídrico, calor y patógenos.
Los próximos pasos incluyen la multiplicación e inoculación de microorganismos beneficiosos en parcelas piloto, la elaboración de un Manual Práctico de Viticultura Sostenible y la creación de un Sello de Gestión Sostenible de Suelos. Este enfoque microbiológico reduce la necesidad de fitosanitarios, disminuye costes de producción y aporta un valor añadido comercial al certificar prácticas sostenibles, reforzando la imagen de marca y la confianza de consumidores conscientes de la sostenibilidad.
El impacto económico se traduce en reducción de fitosanitarios, optimización del riego y menor riesgo de pérdidas de cosecha. La multiplicación e inoculación de microorganismos y la creación de un sello de gestión sostenible generan estándares replicables en todo el sector.

Fertilización sostenible y calidad del vino
Bodegas Muga lidera el proyecto Newterroir, que busca optimizar la fertilización de viñedos en zonas vulnerables a nitratos mediante estrategias órgano-minerales. Este enfoque reduce el impacto ambiental sobre acuíferos y suelos, al tiempo que mejora la nutrición de la vid y la actividad del microbioma, con repercusiones directas en la producción y calidad del vino. La aplicación de técnicas estadísticas avanzadas permite estudiar las interacciones suelo-planta-microbioma-mosto/vino, asegurando que las soluciones adoptadas sean eficaces y replicables.
El proyecto, con un presupuesto superior a 460.000 € y colaboración del IIVV-ULE y ADER, permite a la bodega posicionarse como referente en sostenibilidad.
Publicado en nº 252 de La Prensa del Rioja











