Bodegas Ontañón, pionera del enoturismo ha dado un giro a su oferta de visitas para recuperar, de una forma divertida, “las dosis de espiritualidad que son innatas al mundo del vino”, explica Jesús Arechavaleta, responsable de Enoturismo de la bodega.
La iconografía de dioses y héroes del vino de la cultura clásica que se encuentra en la bodega, “sirve de perfecto punto de partida para la redefinición de espacios, la nueva fragmentación de públicos y el diseño de los distintos tipos de experiencias que a partir de ahora ofrece la bodega. Como muestra, la colosal figura de Gamínedes, el copero de los dioses y primer sumiller de la historia, que recibe desde la fachada del Templo de Ontañón”.
El visitante podrá acceder al Templo del Vino por la nueva recepción, desde donde le dirigirán a los distintos espacios en función de las experiencias que vaya a disfrutar: “las salas de depósitos, barricas (donde el vino descansa vigilado por su Dios, Dioniso) y botellero; el altar, ese lugar sagrado en el que se vela su imagen; o el Wine Bar, La Sacristía, donde tal y como los monjes guardaban sus herramientas para el culto, Ontañón conserva los elementos necesarios para realizar el sagrado ritual de la cata”.
El ‘Viaje iniciático al vino’ es la experiencia más novedosa de la bodega, una actividad pensada para acercarse al vino de una manera estimulante y divertida en la que se ponen a prueba los sentidos para saber recibirlo y apreciarlo.
Las visitas al Templo del Vino se ofrecerán todos los días, incluidos los fines de semana, “para que los curiosos de este culto puedan conocerlo más, tanto a través de los diferentes espacios, como catando los vinos vigilados por dioses y héroes”.
También se ofrecen la ‘Cata 5 vinos, 5 ritos’, ‘Folos el Centauro de Ontañón’, ‘El Consejo de Sabios’ y, la visita más exclusiva, ‘El Origen de Ontañón’. Experiencias, todas ellas, que invitan al visitante a descubrir diferentes tipos de vinos con actividades que sorprenden y fomentan este culto.
Ontañón abrió las puertas de su bodega de Logroño en 1999. Desde sus inicios hizo una apuesta firme por el enoturismo. La Familia Pérez Cuevas mantiene su bodega original en Quel, tipo ermita, sus vanguardistas instalaciones de Aldeanueva de Ebro y ha expandido también su culto a otras denominaciones de origen como Ribera de Duero, Rueda y Navarra.