Marqués de Riscal combina tradición e innovación para mostrar su legado, explica Cristina Pérez Martín, responsable de Relaciones Públicas de la bodega elegida como la mejor del mundo y «que no deja indiferente a nadie».

Texto: Mirian Terroba / redaccion@laprensadelrioja.com

En el corazón de la Rioja, la prestigiosa bodega Marqués de Riscal ha alcanzado un hito histórico: ha sido reconocida como la Mejor Bodega y Viñedo del mundo en el ranking de World’s Best Vineyards 2024. Este logro, que la coloca en el primer puesto de entre las 50 mejores bodegas del mundo, es un reconocimiento no solo a la excelencia de sus vinos, sino también a su capacidad para ofrecer experiencias enoturísticas inolvidables. Este éxito también la lleva al exclusivo Salón de la Fama de la lista, reservado para aquellos viñedos que han alcanzado el codiciado primer lugar.

Una bodega con historia y vanguardia

Visitar Marqués de Riscal es sumergirse en un mundo donde la tradición y la modernidad se fusionan para ofrecer una experiencia única. Desde la antigüedad de sus bodegas originales hasta la vanguardia arquitectónica de su hotel, cada rincón de la Ciudad del Vino invita a descubrir y disfrutar el legado de una de las bodegas más prestigiosas del mundo.

Fundada en 1858, Marqués de Riscal ha sabido combinar tradición e innovación para posicionarse como un referente mundial en el sector vitivinícola. Su oferta no solo incluye vinos de calidad excepcional, sino también un icónico complejo arquitectónico que atrae a visitantes de todo el mundo. El emblemático Hotel Marqués de Riscal, diseñado por el renombrado arquitecto Frank O. Gehry, destaca como un símbolo de modernidad frente a los históricos edificios de piedra arenisca de la bodega.

Desde su inauguración en 2006, Marqués de Riscal ha redefinido el concepto de enoturismo. Este complejo es mucho más que un destino: es un viaje que combina tradición, historia y placer sensorial con su característico diseño ondulante y colores metálicos, que ofrece a sus huéspedes además la exquisita gastronomía local maridada con los mejores vinos de la bodega en su restaurante, liderado por el chef Francis Paniego.

La visita recorre puntos emblemáticos como La Plaza del Reloj, el corazón de la bodega, donde se puede admirar la Bodega Original de 1860 -que alberga la Botellería de vinos antiguos, una colección de incalculable valor histórico- o El Palomar, una ampliación de 1883 con estilo arquitectónico bordelés, donde se producen los vinos premium de Marqués de Riscal.

Como contrapunto, la modernidad del hotel Gehry se integra perfectamente con la historia del lugar. El complejo también ofrece un Spa de vinoterapia de Caudalie, donde el vino se transforma en una fuente de bienestar, así como espacios para eventos y convenciones.

Un destino para todos

Cristina Pérez Martín, responsable de Relaciones Públicas, destaca la diversidad de los visitantes que llegan a Marqués de Riscal. «Tenemos un perfil muy variado de clientes; público general, aficionados al vino, amantes de la arquitectura, interesados por conocer el recinto de la Ciudad del Vino Marqués de Riscal y aprender unas pinceladas sobre la elaboración del vino de Marqués de Riscal. También contamos con los huéspedes del Hotel Marqués de Riscal que, en su mayoría, visitan la bodega, movidos por la curiosidad sobre su historia y orígenes del lugar en el que están disfrutando«, comenta. Además, un 35-40% de los visitantes provienen del extranjero, con Estados Unidos liderando el mercado internacional, seguido por Alemania, Francia y Reino Unido.

«Les impresiona la antigüedad
de los edificios originales de la bodega
y les sorprende el volumen y grandiosidad
del Hotel Marqués de Riscal”

Aunque los enoturistas nacionales suelen llegar con un conocimiento previo sobre Rioja, los visitantes internacionales son atraídos principalmente por la icónica arquitectura del hotel Gehry y por el prestigio de la marca Marqués de Riscal. «La mayoría de nuestros visitantes ya conocen el vino y lo han probado en su país de origen. Es un orgullo comprobar que algunos visitantes vienen de muy lejos para visitarnos y conocer el origen de un producto que ya han probado», explica Pérez Martín.

También reciben a algunas personas que no consumen vino habitualmente. “Por un lado, vemos que utilizan la visita a la bodega como un momento en el que probar el vino que se les ofrece y, por otro lado, vienen atraídos por la cultura del vino, no tanto por el consumo. Nuestros visitantes se acercan al mundo del vino de formas muy variadas, pero sobre todo prima la curiosidad por nuestras novedades”. 

Lo que todos comparten es la fascinación por la historia y los imponentes edificios originales de la bodega, así como la impresión que causa el hotel Gehry. «Les impresiona la antigüedad de los edificios originales de la bodega, palpan con sus propias manos la historia de Marqués de Riscal. Y, les sorprende el volumen y grandiosidad del Hotel Marqués de Riscal. El volumen de los ‘canopies’ del hotel impresiona a todo el que se acerca unos metros. Por mucho que lo hayan visto en pantalla o papel, el efecto 3D del edificio es impresionante, no deja indiferente a nadie», concluye.

 

 

 

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