CVNE da un paso más en su apuesta por acercar el mundo del vino a todos los públicos y adaptarlo a la personalidad y los gustos de cada uno, y desde ahora cuenta en la centenaria bodega de Haro con el primer fotomatón para personalizar los vinos con la imagen de sus clientes. La máquina de aire vintage, ubicada en el WineBar y disponible en el horario de visitas, hará las delicias de los visitantes, ya que podrán salir de la bodega con su propio vino personalizado.
Se trata de una iniciativa pionera, por la que las personas que se acerquen a este fotomatón podrán realizarse autorretratos que se imprimirán sobre una etiqueta personalizada que podrán colocar sobre dos opciones: una botella de Cune Reserva, de 75 cl., que con etiquetas personalizadas tendrán un coste de 13 euros; y botellines de Cune de 18,7cl., en formato de recuerdo para un evento, y el pack de 24 unidades tiene un coste de 71,03 euros.