Premios 2024 de la Academia Riojana de Gastronomía

La tercera edición de los Premios de la Academia Riojana de Gastronomía ha estado protagonizada por las Jornadas de la Verdura de Calahorra, hermanos Echapresto de Venta Moncalvillo en Daroca de Rioja y Vicenta Pérez de Casa Masip en Ezcaray. Todos los asistentes coincidieron en elogiar el desarrollo de la gala, tanto por el acierto en la elección de los premiados, como por la gran emotividad y autenticidad que estos fueron capaces de transmitir en sus intervenciones de agradecimiento. El presidente de la Academia, Pedro Barrio, en sus palabras de felicitación a los premiados, hizo extensiva dicha “felicitación para todos nosotros, que vivimos este momento fecundo y esplendoroso de la gastronomía riojana, que la Academia seguirá apoyando e impulsando”. La Academia instauró estos premios para reconocer el trabajo de aquellas personas, instituciones, establecimientos, grupos o actividades que en el ámbito gastronómico se signifiquen por ser ejemplo de calidad y bien hacer, por su influencia positiva en la sociedad y por su aportación a la imagen y promoción de La Rioja.

Este año la Academia ha reconocido con uno de sus premios anuales a Las Jornadas de la Verdura de Calahorra -cuya alcaldesa, Mónica Arceiz, recogió- por su compromiso mantenido en el tiempo con la excelencia de las verduras de la huerta riojana, base de la identidad gastronómica de La Rioja. En el caso de Carlos e Ignacio Echapresto del restaurante Venta Moncalvillo, un restaurante gastronómico que atrae visitantes nacionales e internacionales a un pequeño pueblo como es Daroca y que este año acaba de conseguir la segunda estrella Michelín, el Premio de la Academia reconoce su gran labor por dignificar y dar visibilidad al medio rural riojano con una oferta gastronómica basada en la sostenibilidad. Vicenta Pérez, matriarca de la familia Masip, recogió personalmente el homenaje que le tributó la Academia “por toda una vida dedicada a hacer felices a los demás con sus guisos”. A sus 91 años, Vicenta Pérez representa la tradición culinaria y el amor por el trabajo abnegado y discreto, alma de la mejor tradición gastronómica cerca siempre de los fogones, donde aseguró estar dispuesta a seguir mientras pueda junto a su hijo Pedro Masip y resto de la familia que regenta el hotel y restaurante Casa Masip en Ezcaray.

Los salones del Círculo Logroñés acogieron de nuevo la entrega de los Premios de la Academia el pasado 11 de abril en presencia de más de 150 invitados, autoridades regionales y una amplia representación de la gastronomía riojana. Intervinieron Goyo Ezama, director general de Diario LA RIOJA, que colabora en la organización de la Gala, Conrado Escobar, alcalde del Ayuntamiento de Logroño, y Gonzalo Capellán, presidente del Gobierno de La Rioja, entidades que colaboran en el patrocinio. Presentado por el académico Fernando Canals “como un verdadero hombre de ciencia, con rigor y criterio”, Antonio Tomás Palacios García, doctor en Ciencias Biológicas, enólogo y profesor de cata de la Universidad de La Rioja, pronunció la conferencia “Maridaje entre las verdaderas leyendas y los falsos mitos en el mundo del vino y la gastronomía”.

Conferencia de Antonio Tomás Palacios.

Recordó Pedro Barrio que la Academia cumple 20 años desde su fundación en San Millán y que desde entonces, ha venido desarrollando sus actividades con el objetivo de dar a conocer la calidad de nuestros productos y el valor de nuestra gastronomía dentro y fuera de nuestras fronteras. “Hemos pretendido estimular y servir de acicate a los protagonistas del amplio y transversal sector gastronómico para que sigan el camino de la calidad. Hemos traído a ejemplos de excelencia para que sirvieran de modelo y guía en ese camino; hemos propiciado ciclos de conferencias, debates, etc. que sirvieran de revulsivo al sector gastronómico que tantas implicaciones sociales, económicas y culturales tiene. Tratamos de apoyar y dar visibilidad, también internacional, a La Rioja enogastronómica atrayendo a prescriptores y líderes de opinión para dar a conocer lo que tenemos, lo que somos. Este camino de prestigio nos ha llevado a vivir un momento ilusionante. Nuestra gastronomía brilla en el mundo gastronómico y eso, con la sinergia del enoturismo, constituye un importante patrimonio que debemos cuidar. Hoy La Rioja es un destino deseado por aficionados a la gastronomía y al enoturismo. La Rioja se está convirtiendo en un territorio gourmet. Pero no debemos relajarnos: sólo desde la búsqueda constante de la excelencia en todos los niveles y desde la honestidad los éxitos serán duraderos”.

 

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