Bea Fernández y Rodrigo Fernández de Arsa

 

Con 19 Soles Repsol y 8 Estrellas Michelin en seis restaurantes, la cocina riojana sigue cosechando éxitos y consolidándose como un referente culinario

Texto: Mirian Terroba
redaccion@laprensadelrioja.com

La Rioja vive un momento excepcional en el panorama culinario, consolidándose como uno de los grandes referentes gastronómicos de España. Con un total de 19 Soles Repsol y 8 Estrellas Michelin repartidas en 6 restaurantes, la región reafirma su prestigio gracias a una cocina que combina tradición, innovación y un profundo respeto por el producto local.

Susana Eguizábal y Demetrio Domínguez, de Sopitas

El reconocimiento de la Guía Repsol ha sumado este año cuatro nuevos establecimientos distinguidos con un Sol: Arsa y La Quisquillosa, en Logroño; Alboroque, en Haro; y Sopitas, en Arnedo. Estas incorporaciones elevan a 19 el número de restaurantes galardonados en La Rioja, reflejando el talento de sus chefs y su apuesta por una gastronomía de calidad.

Más allá de estos premios, la cocina riojana sigue destacando por su equilibrio entre raíces y vanguardia. Los chefs de la región han sabido reinterpretar los sabores tradicionales con una mirada innovadora, logrando que La Rioja sea un destino imprescindible para los amantes de la buena mesa. Su prestigio vinícola, unido a esta efervescencia culinaria, refuerza su posición en el mapa gastronómico nacional e internacional.

 

Raul Muniz y Laura Gómez, de Alboroque

Dinamismo culinario 

Estos reconocimientos no solo avalan la excelencia de la cocina riojana, sino que también confirman su capacidad para seguir sorprendiendo. Con cada plato, los cocineros de la región reivindican la riqueza de su despensa y la creatividad con la que transforman cada ingrediente en una experiencia única.

La propuesta gastronómica de La Rioja está en consonancia con las tendencias que apunta la Guía Repsol: “La esencia de las ‘casas de comidas’, que se extiende por el sector, dibuja un nuevo escenario y propone un vuelco en la relación entre cocineros y comensales. En 2025, destacan los proyectos donde el cariño y el conocimiento del oficio crean un clima relajado y convierten cada mesa en un refugio en el que olvidarse de todo lo que no sea disfrutar. Sabores emocionales explotan en platos alegres, que parten de productos de cercanía y de recetas intuitivas, interpretadas con códigos y técnicas actuales”.

Joaquin Aragón y Raquel Moutinho, de La Quisquillosa

Según la Guía, las ciudades han cedido parte de su hegemonía al campo. Los pueblos se benefician de la diversificación y atraen a un viajero encantado de poder descubrir restaurantes interesantes en cualquier lugar. En este sentido, la excelencia gastronómica de La Rioja no se concentra únicamente en Logroño, sino que se extiende por toda la región, con restaurantes reconocidos en numerosos pueblos y localidades. Desde Ezcaray hasta Daroca de Rioja, pasando por Haro, Fuenmayor, Casalarreina, Arnedo y Préjano, los chefs riojanos han sabido poner en valor los productos de su tierra y ofrecer experiencias culinarias únicas en entornos llenos de encanto. Este dinamismo demuestra que la alta cocina riojana no es exclusiva de la capital, sino que se vive y se disfruta en cada rincón de la comunidad.

Estos nuevos Soles son un testimonio del buen momento que vive la gastronomía riojana. La región cuenta ahora con un restaurante con Tres Soles, cinco con Dos Soles y trece con Un Sol, lo que reafirma su riqueza gastronómica y su apuesta por la calidad y la creatividad.

Un recorrido por los Soles de La Rioja

La Guía Repsol 2025 confirma que La Rioja es tierra de una gastronomía en constante evolución. En lo más alto de la clasificación, con Tres Soles, brilla El Portal del Echaurren (Ezcaray), la joya gastronómica de la familia Paniego.

Entre los distinguidos con Dos Soles, Venta Moncalvillo (Daroca de Rioja) se ha consolidado como un referente de sostenibilidad y producto local. Nublo (Haro) apuesta por una cocina innovadora en un entorno singular, mientras que en Fuenmayor, Alameda mantiene viva la esencia riojana con una propuesta sofisticada. En Logroño, la fusión de influencias ecuatorianas y riojanas brilla en Íkaro, mientras que la tradición nipona alcanza su máxima expresión en Kiro Sushi.

En la categoría de Un Sol, la oferta es amplia y variada. En Logroño, destacan Aitor Esnal, Juan Carlos Ferrando, La Cocina de Ramón, La Galería, Arsa y La Quisquillosa, cada uno con su sello propio. Casalarreina suma reconocimiento con Lumbre y La Vieja Bodega, dos espacios con identidad bien definida. En Ezcaray, la tradición sigue viva gracias a Casa Masip y Echaurren Tradición, mientras que en Préjano, la cocina con raíces tiene su espacio en Posada del Laurel. Finalmente, en Haro, Alboroque moderniza el concepto de casa de comidas sin perder su esencia, y en Arnedo, Sopitas combina creatividad y respeto por la tradición en cada plato.

Gastronomía riojana
Seis cocineros con ‘estrella’ de La Rioja durante una ponencia en Madrid Fusión en 2022

Una gastronomía con Estrellas

La región mantiene sus ocho estrellas Michelin, repartidas entre seis restaurantes que destacan por su creatividad, respeto al producto y compromiso con la tradición. Además de los reconocimientos de la Guía Repsol, La Rioja es la región española con más estrellas Michelin por habitante y ha reafirmado su lugar entre los grandes destinos culinarios del mundo, según la Guía Michelin 2025.

Aunque este año no se añadieron nuevas distinciones, la región retiene con orgullo sus ocho estrellas Michelin, repartidas entre seis restaurantes que destacan por su creatividad, respeto al producto y compromiso con la tradición, a través de propuestas que van desde la cocina de vanguardia hasta la reinterpretación de la tradición.

El Portal del Echaurren, con dos estrellas, y Venta Moncalvillo, con otras dos, son los pilares de la alta cocina riojana. Junto a ellos, La Rioja cuenta con cuatro restaurantes más que han conquistado una estrella Michelin: Kiro Sushi, Íkaro, Nublo y Ajonegro.

Más allá de los reconocimientos oficiales

La Rioja es mucho más que sus prestigiosas estrellas Michelin o sus Soles Repsol. Su riqueza culinaria se despliega en cada pueblo, en cada mercado y en cada bodega, ofreciendo una experiencia gastronómica que combina tradición, producto de calidad e innovación.

Desde los asadores que mantienen vivas las recetas ancestrales hasta los restaurantes que exploran nuevos caminos en la cocina de vanguardia, la oferta gastronómica riojana es tan diversa como su geografía. Sus huertas producen algunas de las mejores verduras y hortalizas del país, como las alcachofas, los espárragos y los pimientos del piquillo, ingredientes esenciales en la cocina local. La ganadería aporta carnes de un sabor inconfundible, destacando el cordero lechal, ya sea asado en horno de leña o en chuletillas al sarmiento, impregnadas con el aroma de las viñas.

En los pequeños pueblos, la tradición sigue marcando el ritmo de la cocina, con platos transmitidos de generación en generación. Guisos como la caldereta de pastor o las patatas a la riojana forman parte del recetario popular, junto a embutidos caseros, quesos artesanos y el característico pan de pueblo.

Pero si hay algo que define el alma gastronómica de La Rioja es su cultura del tapeo. En ciudades como Logroño, el ritual de recorrer bares y degustar pequeñas delicias es una tradición tan arraigada como el propio vino. Más que una forma de comer, el tapeo riojano es una celebración del buen vivir, donde cada bocado es una muestra del equilibrio entre sabor, producto y tradición.