El mundo del vino a sorbos

El mundo del vino tiene sus tiempos y durante el invierno es el tiempo de la poda, que algunos agricultores todavía no han realizado por lo que le hemos pedido a nuestro buscador que nos guíe sobre lo que en Internet se dice sobre esta tarea agrícola.

Texto: Antonio Egido

La primera e inmediata respuesta la tenemos en la página ‘ehowenespanol.com’ donde partiendo de que “La poda anual de tus viñedos es esencial para obtener buenos rendimientos en la calidad de la fruta. El mejor momento para podarlos es cuando las viñas están latentes. Las vides producen frutos sólo después de tener más de un año de edad. Y necesitan ser podadas a partir del segundo año. El cómo podar depende de si cultivas las uvas para comer o para hacer vino”,  para seguir sobre los tipos de podados  “Hay dos tipos básicos de poda. La poda por impulso es cuando se podan los brotes que están creciendo fuera de los brotes que tienen un año de edad. Si estás cultivando uvas para hacer vino, debes dejar alrededor de 30 brotes por cada planta. Si las uvas son para comer, debes dejar alrededor de 80. Se trata de estimaciones. Pueden variar según el tipo de uva. La «fórmula equilibrada» para la poda sostiene que debes dejar 30 brotes de la primera libra (450 gramos) de caña que quitas más 10 brotes por cada libra (450 gramos) de caña que quitas después. La poda bastón se refiere a la eliminación de la madera en la vid que tenga un año de edad. Debes identificar al menos dos o tres espolones más cercanos al tronco de la planta y eliminar todas las otras cañas. Los brotes en estos espolones van a producir tus uvas en la estación de crecimiento” y finalizar la información con el mejor momento para la poda, resuelta así: “La mejor época para podar las uvas es en el invierno cuando la planta está inactiva y no en un crecimiento activo. Sin embargo, las vides no se deben podar durante el frío invernal más severo, así que tarde o temprano suele ser el mejor momento. El momento más adecuado depende de las características del clima invernal en tu área. En la mayoría de las áreas, el mejor tiempo de poda es en algún momento entre enero y marzo.

El Ministerio de Agricultura en su página ‘magrama.gob.es’ nos desvía hacia una de sus ‘Hojas divulgadoras’ fechada en Madrid en el mes de marzo de 1966 titulada “Poda de invierno en la vid” escrito por Antonio Larrea, ingeniero agrónomo y que parte definiendo esta labor como una “Práctica esencial del cultivo de la vid, la poda es una de las operaciones con frecuencia descuidadas por los viticultores; y, sin embargo, el decaimiento de las viñas, la baja cíe cosechas, etc., no tienen otro origen en muchos casos que una mala poda. Por ello, todo lo que se escriba y divulgue sobre lo que es poda y sus fundamentos esenciales, nunca será tiempo perdido, sino ttna contribución al aumento de riqueza en un cultivo tan extenso e importante en España como es el cultivo de la vid. ¿Qué es la poda? Es una operación de cultivo que consiste en cortar ramificaciones de la cepa, en una cierta medida y en determinadas épocas, con objeto de darle forma, vigorizarla y, también, regular y aumentar la producción”.

Y finalmente nos quedamos en ‘extension.org’ donde se desarrolla todo el tema de la poda de las plantas de vid, si bien nos quedamos en la respuesta a la pregunta que ellos mismos plantean: ¿Cuáno podar?, aquí está la respuesta de esta web: “Podado de los tallos llamados espuelas (spur). Crecimiento de los tallos llamados espuelas y de las yemas durante la estación de crecimiento, y el tallo llamado espuela durante la siguiente estación. Imágenes cortesía de Eric Stafne, Misisispi State University. Adicionalmente a mantener del proceso de guiado de la vid, la poda reduce la producción de frutos ya que remueve las yemas frutales.

Variando la cantidad de material vegetativo que se poda durante el periodo de latencia es uno de los métodos que determina el nivel de la producción de uvas. El término “conteo de yemas” (también llamado conteo de nudos o número de nudos) es usado para determinar el número de yemas en periodo de latencia que se conservarán después de la poda. Generalmente, el conteo de yemas considera únicamente a las llevas que tienen claramente definidos los internudos en ambas direcciones (Wolf and Poling, 1995), por lo tanto los nudo basales no están incluidos en este conteo. Las yemas basales, algunas veces llamadas “yemas que no se cuentan”, no se incluyen en el conteo porque frecuentemente estas yemas no producen brotes, y si producen brotes normalmente estos brotes son no fructíferos.

Los productores de uva frecuentemente podan sus vides con la intensión de alcanzar un balance entre la producción de fruta y un adecuado pero no excesivo crecimiento de los brotes o tallos. Incrementado el número de yemas se incrementa el número de brotes o tallos, lo cual, en exceso puede provocar que el dosel (canopy) sea demasiado denso y se incremente el sombreado.

Los niveles de producción también se incrementan cuando el número de yemas aumenta, sin embargo la planta de vid puede que no sea capaz de madurar todos los frutos que emergerán de todos los brotes o tallos. Un gran número de yemas producirá un gran número de brotes o tallos, pero el crecimiento de los tallos se reducirá y como consecuencia de esto, el número de clústeres por tallo será menor (Coombe and Dry, 1992).

El podado excesivo –conservado muy pocas yemas– provocará que la producción de fruta sea limitada. La remoción de yemas frutales reducirá la cosecha, ya que el número de brotes o tallos será menor. Cuando existen pocos rebrotes o tallos en relación a capacidad de crecimiento de la planta de vid, la vid compensará este déficit aumentando el vigor de los rebrotes o tallos restantes, produciendo un excesivo crecimiento lateral de la planta y estimulando el desarrollo de rebrotes en yemas secundarias y terciarias así como de yemas latentes. La consecuencia de esto será la presencia de doseles o canopies sobre cargados, lo que provocará un medio ambiente muy pobre para la maduración del fruto”.