Excelentes ‘Catas literarias’ ofrecidas entre el 7 y el 10 de julio, comenzando con el protagonismo de María José López de Heredia y Roberto Rivera
Texto: Antonio Egido
La nueva fórmula de las ‘Catas Literarias’ tuvo como punto de encuentro las Bodegas López de Heredia Viña Tondonia, S.A. de Haro, rodeados de viejas tinas de madera de roble de diferentes capacidades, que fue presentado por Francisco Quintero, encargado de este programa organizado por el Instituto de Estudios Riojanos (IER) y Xacobeo 21-22 La Rioja, con la colaboración de Bodegas López de Heredia.
¿Y que planteaba este atractivo programa de ‘Catas literarias’? Básicamente en enfrentar, en este primer caso, a una bodeguera como es María José López de Heredia -licenciada en Derecho y Teología en la Universidad de Deusto en Bilbao pero que decidió seguir con la bodega familiar Viña Tondonia en su cuarta generación, tras una preparación previa en vinicultura y enología- y Roberto Rivera, un periodista que fue seleccionado más por su faceta de escritor de éxito -suyas son las obras de teatro reunidas en el libro ‘El ruedo clásico’, que contiene las obras ‘Aquiles, el hombre’, estrenada en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida en 2016; ‘La sexta ola’ y ‘Catilina’, sin olvidar ‘República de Roma’, con estreno en junio de este año en el Teatro Bretón de Logroño- que además mostró su faceta de poeta.
En esta puesta de largo -a lo grande- de estas ‘Catas literarias’ el periodista se situó, como no podía ser de otra forma, en el Camino de Santiago para situarse alegóricamente en ‘La partida’, el ‘Cruce de caminos’ y el ‘Destino’ vital, y convertirlas en poemas que fueron leídos magistralmente, lo que le daba pie a María José López de Heredia para relacionar estos poemas con la historia de esta bodega y descubrirnos cartas, recuerdos de la larga historia y sus vinos que además fueron maridados con tres diferentes alimentos. Un maridaje perfecto que todos los participantes a esta ‘Cata literaria’ pudieron seguidamente disfrutarlas en la misma bodega.
De esta forma, entre poema y recuerdos, se produjeron momentos mágicos en un escenario extraordinario que olía a vino y cuyos protagonistas nos llevaron a un público que llenó las sillas dispuestas, al mundo de los sentimientos, relacionados con los vinos y la gastronomía.
De esta forma Roberto Rivero recitaba que “Para ponerse en marcha/es necesario renunciar a todo lo vivido/y sumergirse a dentelladas en el universo/de lo incierto,/aferrándose a las mañas y secretos/que revela el recorrido previo,/alimentándose de brisas que adormecen/lo que pasó y ya no conocemos”, para que María José López de Heredia diera su réplica descubriendo una carta que su bisabuelo y creador del proyecto de López de Heredia, escrita a sus 20 años, y donde mostraba su paso por Bayona y la llegada a Haro, donde encontró su “porvenir”. Y relacionado con esa parte de la historia, habló del vino Viña Cubillo “un clarete fino” que se convirtió en un “clarete riojano”, y que fue maridado con un bollo preñao.
Sobre el ‘Cruce de caminos’ Roberto Rivera concluía su poema con estas palabras: “El sexto, el que impulsa el motor/de la felicidad sin freno,/se encargó de retomar el rumbo así,/hacia el mundo de lo desconocido,/allí donde quería estar y ser”. Siendo respondido por María José los difíciles momentos que ha vivido esta Bodega lo que fue provocando una serie de decisiones en los momentos más difíciles y junto a ello la lucha por seguir dichas decisiones al pie de la letra, recordando que, entre otras circunstancias, en la historia de Bodegas López de Heredia no debemos olvidar que pasaron por la filoxera, la 1ª Guerra Mundial, la Guerra Civil española e incluso la 2ª Guerra Mundial, entre otros acontecimientos importantes. Y en este ‘Cruce de caminos’ recordó su Viña Bosconia, que maridó con las delgadillas, plato típico de Haro.
Y finalmente, el ‘Destino’, que Roberto Rivera iniciaba con estos versos: “Llegué de noche./Con el último destello de una estrella/que se desprendía/sobre los acantilados del reloj/en caída libre./ Como lo hicieron mi hatillo,/mis hombros,/ el umbral ausente de mis párpados,/el formato inquebrantable/hasta ese día/de mis piernas.”. Pero para seguir el camino de la historia, María José afirmó rotundas frases como que “seguir otros 150 años más para elaborar vino es un continuo camino, porque un año sale bien, pero hay que seguir luchando para que siga bien al año siguiente y al año siguiente, cuidando esa viña, cuidando esa naturaleza. Es la viña la que nos ha hecho llegar hasta aquí”, por lo que presentó el Vino Tondonia, citando a Quintiliano o leyendo un texto escrito en 1930 por Ortega y Gasset, que hablaba del porvenir, pero antes de finalizar sus explicaciones, y para no dejar mal sabor de boca, María José López de Heredia leyó el poema escrito por el jarrero Fernando González Sarasa en la entrega Premio Excelencia a Pedro López de Heredia en el año 1999. El Vino Tondonia lo quiso maridar con pulpo gallego.
Las `Catas literarias’ continuaron los siguientes días para reunir en las Antiguas Escuelas de Ollauri el coloquio entre Miguel Ángel Muro y José Uríszar; el hotel Santa María de Briones, por la mañana, para juntar a Andrés Pascual y Santiago Vivanco y por la tarde en la Sala de catas de Bodegas Vivanco con Ferrán Centellés y Santiago Vivanco y concluir el trepidante fin de semana en el hotel palacio Tondón de Briñas con las intervenciones de Rosa Villacastín, Francisco Quintero y Gonzalo Ayala. El que pudo acudir a todas estas citas lo hizo con entrada gratuita.