El mundo del vino a sorbos
Es una búsqueda arriesgada la que hemos querido someter esta semana a nuestro buscador, pero como casi siempre, no nos ha decepcionado. Queríamos buscar la relación del vino con el cómic y hemos dado con tres joyitas que, a poco que sea usted curioso y buen amante del vino, le van a invitar a acercarse a cualquier librería para buscar los libros de los que les hablamos.
Texto: Antonio Egido
En ‘edicioneslacupula.blogspot.com.es’ nos hablan de un cómic que tarde o temprano debemos adquirir y leer. Ellos afirman que “Los ignorantes es un libro importante por varias razones. En primer lugar porque es un muy buen cómic, una lectura absorbente de la que se sale enriquecido. Luego está lo que cuenta, que es una historia de amistad, curiosidad y relaciones humanas narrada en la tradición francesa, con esa habilidad asombrosa que los autores vecinos tienen a veces a la hora de ejercer el costumbrismo. Y en tercer lugar está lo que trata, que a nuestro parecer son dos temas capitales para conseguir una vida plena y feliz: el vino y los tebeos.
En Los ignorantes, que se subtitula “Relato de una iniciación cruzada”, Étienne Davodeau (de quien recordamos álbumes como La mala gente) propone una colaboración con el viticultor Richard Leroy y nos narra el intercambio cultural entre ambos especialistas: Davodeau sale de la soledad de su estudio para introducir a Leroy en el mundo del cómic, le ofrece lecturas, le presenta a profesionales, le consulta su parecer y le explica los procesos creativos y la historia del medio; mientras Leroy, hombre de campo y piel curtida, lleva a Davodeau a conocer los tiempos del vino, las particularidades de semillas, meteorología y cosechas, las propiedades de cada caldo, los intríngulis de la cata y la magia de la fermentación.
Los ignorantes es una lectura muy apreciada por los aficionados y profesionales de cualquiera de los dos ámbitos, el de las viñetas y el de los vinos, pero es también un libro acerca de lo fascinante que resulta cualquier oficio cuando se nos explica desde la pasión y, antes que nada, un relato acerca de lo bello que es vivir si sabemos extraerle a la experiencia sus mejores tesoros”.
En ‘tacovin.com’ nos encontramos con el texto de Santiago J. Suarez Sosa titulado ‘El vino en la viñeta’ con un punto de partido que les animará a saber más de esta relación: “El mundo del cómic y el mundo vitivinícola mantienen una encubierta relación estrecha que no ha sido suficientemente aprovechada por ambos sectores. La razón estriba en que precisamente la unidad primordial
y necesaria para desarrollarse uno y otro parte, en su origen del mismo elemento, esto es la planta de la vid. Si tenemos presente que el sector vitivinícola no podría desarrollarse plenamente sin sus parras de vid; de manera sorprendente el mundo de la historieta tampoco se hubiera desarrollado hasta los niveles actuales sin contar con su unidad básica de representación, esto es la viñeta. Una viñeta que procede directamente de la viña. No obstante, el protagonismo consiguiente que el sector vitivinícola ha tenido dentro de los márgenes del noveno arte ha sido reducido, y más que hablar de series o personajes de comics que se desarrollan o ambientan en el corazón del espacio vitivinícola como verdaderos protagonistas, únicamente podemos destacar una serie de múltiples guiños a dicho sector procedentes de la historieta”. Sinceramente vale la pena seguir este relato, pues nos recuerdan, por ejemplo, que la raíz de la palabra viñeta procede del francés vignete, diminutivo de vigne o lo que es lo mismo vid y viña.
Y algo más que seguramente es un descubrimiento para muchos. Lo leemos en ‘vintae.com/blog’ donde con el título de “Vino y cómic, maridaje sorprendente”, Raquel Viejo Orna nos dice que “Hoy hablamos de vino y comics, concretamente de un manga que ha revolucionado los hábitos de consumo en varios países asiáticos.
En Japón, o en Corea del Sur, uno de los grandes responsables del aumento de la pasión por el vino, y también de su cultura, es un manga llamado “Kami no Shizuku”, o “Las gotas de Dios”. Que un cómic consiga elevar las ventas de vino en un 30% en un país como Corea del Sur, o que determinadas referencias se agoten en Japón por aparecer en él, no deja de sorprendernos en occidente, pero tenemos que tener en cuenta que en estos países los comics no son cosa solo de niños y jóvenes, son lectura habitual para todas las edades. En el caso de este manga con el vino como protagonista, la mayoría de sus lectores están entre los 30 y los 50, algo poco común por aquí ¿no?
Los responsables de crear semejante furor por la cultura del vino, que surgió hace ya unos años, son los “mangakas” (dibujantes de manga) Yuko y Shin Kibayashi. En la historia que cuentan hay un poco de todo, porque evidentemente no solo de vino vive el manga, y para darle una buena dosis de emoción, en la historia que cuenta “Kami no Shizuku” hay rivalidad ente dos hermanos por una herencia, amor, escena subidas de tono…
Os contamos el argumento. Un conocido crítico de vinos, Kanzaki Yutaka, fallece dejando una herencia valorada en 20 billones de yenes, guardados en su bodega. Su hijo biológico Kanzaki Shizuku, es un joven que reniega del mundo del vino y se dedica a la venta de cerveza. Tras la muerte de su padre, descubrirá que tiene un hermano, Tomine Issei, renombrado crítico de vinos que su progenitor ha adoptado recientemente. Ambos se disputarán la herencia del sensei teniendo que identificar a lo que el padre llama “Los doce apóstoles”, una docena de vinos legendarios. Aunque a priori pueda parecer que Issei será el ganador, el joven Shizuku descubrirá que tenía más habilidades de las que creía”.
Vino y cómic, una buena combinación y es que si nos damos cuenta, semana a semana, el vino liga muy bien con todo lo que es cultura. Brindemos por ello.