El mundo del vino a sorbos
Partimos de la idea de que no es necesario, ya que, la verdad es que para disfrutar del vino no resulta imprescindible encontrar una excusa, muy al contrario, el propio vino nos invita a la conversación, a la tranquilidad, a hacer un parón en nuestra vida diaria, a gozar de la gastronomía… pero si en cierto momento no tiene excusas para abrir una botella de vino, catarlo en una copa de vino y sentir nuevas sensaciones, le hemos pedido a nuestro buscador que nos dé ‘excusas para disfrutar del vino…’. Este es el resultado.
Texto: Antonio Egido
En ‘expansion.com’ nos dicen en el artículo “El vino, una buena excusa para beber en negocios diferentes” que: “Los buenos negocios y los momentos inolvidables se suelen celebrar alrededor de un buen vino, y eso lo saben muy bien algunos emprendedores que, animados por el atractivo de un producto en alza, se han atrevido a innovar. La economía y la cultura española están profundamente marcadas por el fruto de la vid, tanto que este año España ha superado por primera vez a Italia en producción vinícola y se ha colocado en segunda posición mundial (por detrás de Francia), según los informes del Instituto de Servicios para el Mercado Agrícola de Italia y el Ministerio de Medio Ambiente español.
Ahora el negocio se reinventa para ofrecer mucho más que vinos (por excelentes que sean) y así captar nuevos perfiles de consumidores. El gerente de Bodegas Benifadet, Luis Anglés, ha conjugado su formación como ingeniero químico y MBA para desarrollar una variada cartera de productos: mermeladas, quesos, gominolas, productos de belleza, helados de vino y, como no, vino. El telón de fondo de esta oferta es el paisaje menorquín. «El clima y el terroir idóneos, unidos al millón de visitantes que recibe la isla todos los años nos llevó a intuir que había una buena oportunidad en el mercado».
Con esa visión global del negocio, Benifadet ha reorganizado sus instalaciones para ampliar su cartera de servicios. Uno de sus puntos fuertes es su espléndida terraza, que durante los meses de verano es un lugar perfecto para relajarse y escapar del calor”.
En ‘cincodias.com’ con el título “El vino como excusa para conocer más” nos hacen una propuesta muy interesante que comienza con estas palabras: “Buenos caldos, sin duda, pero también una experiencia hecha a medida para los amantes de la intrahistoria de una región, el disfrute de un agradable alojamiento rural o el deleite de la gastronomía local. Embarcarse en una ruta del vino está transformando la oferta turística de los municipios de España gracias a visitantes cada vez más abiertos a salirse de la fórmula de sol y playa.
La prueba es que Fitur se llena cada año de nuevas propuestas de interior para recorrer el encanto ligado al vino de multitud de regiones. La Ribera del Duero ha sido una de las últimas en descubrir sus talentos. A la cultura y tradición de sus cuatro municipios -Burgos, Segovia, Soria y Valladolid- se suman imponentes caldos, «ahora mismo entre los mejores de España», explica Jesús Camacho, director de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin).
Al visitante le esperan en esta región increíbles vistas de la Ribera desde la atalaya de las fortalezas que jalonan esta tierra, y la oportunidad de acercarse a la historia de las civilizaciones que la han poblado, visitar yacimientos arqueológicos o recorrer bodegas subterráneas, como las del casco histórico de Aranda, un enjambre de siete kilómetros de túneles y galerías que fueron excavados entre los siglos XIII y XVIII, idóneos para la elaboración de vinos por sus niveles de humedad y temperatura constante, entre los 11 y 13 grados.
La diversificación de las regiones de tradición vitivinícola está ganando adeptos, curiosamente, gracias a la crisis, apuntan desde Acevin. Por ello, rutas como la de la Ribera del Duero ofrecen experiencias tan distintas como una sesión de vinoterapia o la visita del refugio de rapaces de Montejo, cuna del buitre leonado, el águila real o el halcón peregrino.
Una atmósfera completamente distinta ofrecen los vinos de la Rioja alavesa, donde la visita de la espectacular bodega de Marqués de Riscal, creada siguiendo la estela del Museo Guggenheim de Bilbao del maestro Frank Ghery, o la degustación de sus vinos se transforman en la mejor excusa para adentrarse en el misterio medieval de esta tierra.
El éxito de su turismo enológico ha empujado a esta región a lanzar iniciativas como el enobús, una visita guiada y un itinerario a medida para recorrer sus bodegas, la gastronomía y el encanto de sus villas medievales sin necesidad de conducir ni aparcar ni planificar la visita. El recorrido abarca 15 municipios y cambia cada semana para abrirse a experiencias diferentes desde Eibar, Bergara, Arrasate, Bilbao o Vitoria, todas conectadas con la Rioja alavesa. El enobús ofrece el traslado y un programa de visitas acompañados por un guía a un municipio y a una bodega con degustación, recorrido panorámico y tiempo libre para descubrir sus gastronomía y perderse por sus rincones.
A un universo distinto llevan los caldos de las Rías Baixas, a la tradición de los monjes del monasterio cisterciense de Armenteira (Pontevedra), los primeros en cultivar la vid, según la leyenda. Hasta 33 ayuntamientos de esta mitad occidental de Galicia tejen esta ruta del vino, ofreciendo al turista igual número de personalidades a través de sus paisajes de costa, de interior, de la magia del camino de Santiago o el misterio de su frontera con Portugal”.
Después de todo esto, ¿tenemos que seguir poniendo alguna excusa para disfrutar del vino? ¡Pues claro que no!