La Cofradía del Vino de Rioja recibió en su sede, dentro de las charlas informativas y formativas que ofrece a sus cofrades, la visita del director del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), José Miguel Martínez Zapater, correspondiendo la presentación del doctor en Biología e investigador del CSIC, al Gran Maestre, Javier Gracia Lería quien trazó la biografía del invitado.
Zapater, antes de iniciar la explicación de lo que es y lo que se hace en el ICVV, dejó en el aire las preguntas que normalmente suelen hacerle a él: ¿Por qué investigar sobre un vino de calidad?, a la que respondió porque si bien en esta Denominación se trabaja mucho con los conocimientos adquiridos a través de la tradición, no debemos ocultar que cada vez hay más investigación y tecnología, que aportan el cómo y el por qué gracias a la ciencia, y nos permite abordar problemas desde el conocimiento científico y no solo desde el conocimiento empírico. Y junto a ello, les hizo reflexionar sobre el tipo de vida que ahora nos encontramos en la que todo va a una velocidad increíble, para rematar con que “un instituto de investigación es el mejor seguro para el futuro”.
A partir de ese momento, habló de las tres titularidades del ICVV –CSIC, Gobierno de la Rioja y Universidad de La Rioja– que está dedicado al sector del vino e imbuido en dos líneas de investigación: Viticultura y Enología, deteniéndose en la cronología de este instituto desde el 2005 hasta el 2017 en que fechó la puesta en marcha de las instalaciones científicas. Un instituto que está asentado en la zona de La Grajera de Logroño, en una finca de 250 hectáreas de las cuales 90 están dedicadas al viñedo donde se realizan todo tipo de investigaciones. Se refirió también a la bodega experimental donde se realizan 200 vinificaciones cada año. Citó al invernadero. Y comentó que en el ICVV hay una colección de más de 500 variedades de uvas y más de 1.700 accesiones, es decir mutaciones de diferentes variedades de uvas.
Zapater se refirió también al personal que está trabajando en el ICVV, casi 100 en este año 2019 –aunque la capacidad de los edificios puede duplicar este número– contando con 22 investigadores permanentes.
Sobre las grupos de investigación en Viticultura ahora mismo se están investigando en siete diferentes líneas: nuevas técnicas vitícolas; producción vitícola y técnicas de manejo; viticultura de precisión; interacciones de la vid con el medio biológico; intensificación agroecológica de la viña; intensificación agroecológica de la viña; genética y genómica de la vid y genética y mejora de la vid. Paralelamente en Enología, se están desarrollando 8 líneas de investigación: metabolismo de levaduras, genética y biotecnología; biotecnología enológica; cuestión química y microbiología de fermentaciones; análisis químico y sensorial de enología; innovación enológica; viticultura y enología aplicadas; dieta mediterránea, vino, polifenoles y salud y bioinformática estructural para las ciencias del vino.
Cercano al final de la exposición, José Miguel Martínez Zapater, citó a las unidades asociadas al ICVV que son: Universidad de Navarra y EEAD-CSIC de Zaragoza con temas de fisiología del estrés en plantas; la Universidad de las Islas Baleares sobre el uso eficiente del agua en la vid; la Universidad de Zaragoza con análisis del aroma y enología, y desde este mismo año, con colaboraciones con el CIBIR de Logroño para investigar sobre nutrición y salud, y el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona con los que se desarrollarán temas de bioinformática. Y antes de las preguntas en un ameno intercambio de dudas, el director del ICVV ofreció algunos datos sobre la financiación y la producción de trabajos o patentes, de las que ya han firmado 7, sin olvidar la importante relación que mantienen con el sector industrial.