El beso del ángel’ Franco-Españolas
Una novela, que invita a sus lectores a recorrer los escenarios logroñeses por los que transcurre su ficción como la ‘Bodega 1521’, que no es otra que Bodegas Franco-Españolas

Texto: Antonio Egido

Si me preguntaran que definiera la última novela del riojano Andrés Pascual, ‘El beso del ángel’ (Espasa Narrativa, Editorial Planeta, 2020), con una sola palabra, indicaría que es: ‘bestial’. Bestial porque comienza con un acto un poco bestia, porque sigue una trama que se va centrando en la búsqueda de la bestia que es capaz de cometer tres asesinatos a mujeres, aunque no deje de ser “un animal asustado” e incluso porque el autor te mete en una narración bestial que casi te deja sin aliento y más en estos tiempos de pandemia en la que conviene llevar puesta la mascarilla.

El escritor de éxito sigue anclado en La Rioja y en esta ocasión se fija en Logroño, por donde pasea, o mejor dicho corre, su principal personaje, la periodista Camino, que vive los acontecimientos en primera persona y por ello toda la narración nos la hace vivir paso a paso, o mejor, a su paso. No obstante, Andrés Pascual hace ‘vueltas al pasado’ para poder mejor comprender el presente.

Sus personajes son: Fabiola Martín, una rica heredera de una bodega de prestigio de nombre ‘Bodegas 1521’ que ha sabido adaptarla a los nuevos tiempos. Estuvo casado con Claudio Tejada el prestigioso chef de ‘Los Estorninos’, con Estrella Michelín, pero separados en pleno embarazo de ella. Claudio se ha casado nuevamente con Conchita, con quien ha tenido dos hijos: Lucas, el personaje más buscado de la novela y la propia protagonista, Camino, que está unida sentimentalmente a Marcos, inspector jefe de la Policía Nacional. Bugatti, un lector de filosofía; Sor Blanca, de la Cocina Económica; Penélope, joven poetisa y reina de Internet; Amparo Loza, confidente de Fabiola y presidenta de Afammer (Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural) madre de Terry; Darío Soto, exnovio de Penélope y empresario; Yasmina, una venezolana, pareja, actual, de Darío; Fidel Gil, un trabajador de la bodega que ha inicio una relación con Nuria Herce; Didier, un enólogo francés, que estuvo un tiempo en ‘Bodegas 1521’; el psiquiatra doctor Ochoa o la investigadora, de la Policía, Santolaya… pero también es protagonista San Vicente Mártir, patrón de los viticultores o el perro Tonga… sin olvidar a diferentes personajes del mundo periodístico.

Una novela ambientada en el mundo del vino, pero que va más allá, y muestra parte de la gastronomía riojana, por lo que aparecen tapas o platos como: el canapé de trucha ahumada del Najerilla con cebolla de escabeche; ensaladilla; vieira asada con celeé de malvasía; foie gras de pato maridado en taninos de cuatro varietales; torrijas con canela y leche caramelizada; bocadillo de salchichón pasado previamente por la plancha; paella con conejo; caracoles confitados; pastas de nata; rosquillas; caparrones rojos de Anguiano con berza y sacramentos; tapas de champis, zapatillas de jamón, hamburguesitas de Kobe, bocatitas de bacalao desmigado con guindilla u oreja o pimientos rellenos…

Y además, muy cuidadoso el autor con sus palabras, nos deja frases para ponerlas en el frontispicio de cualquier puerta de casa o como poco, en el felpudo de entrada al hogar para no olvidarlas: “más allá de la solidaridad, lo importante es creer en las personas y en sus posibilidades de construir un futuro mejor para los demás y para nosotros mismos”; “ningún discurso ha hecho historia por largo”; “la desconfianza y el caldo de ave nunca son suficientes”; “la genialidad y la locura están relacionadas”;  “para que algo sea noticia debe atentar contra el orden”; “tanto hacer lo urgente olvidamos lo necesario” o estas sobre el mundo del vino: “los sacacorchos son la llave de los sueños”; “el mejor vino con mala compañía sabe a vinagre, pero si lo bebes con la persona querida, hasta uno de mi bodega te sabe a gloria” o “el vino empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios”, escrita por el médico, filósofo, científico… Avicena, aunque Andrés Pascual no se olvida de citar al poeta Prudencio de Calahorra.

Una novela, que como en las anteriores de Andrés Pascual, va a invitar a sus lectores a recorrer los escenarios logroñeses por los que transcurre su ficción, que es múltiple y variado: la ‘Bodega 1521’, que no es otra que Franco-Españolas; Casa de las Ciencias; la playa del Ebro; Teatro Bretón; Torre Blanca; Parque de Gallarza; Mercado de Abastos de San Blas; Casas Baratas; concatedral; iglesia de Santiago el Real; calles Rodríguez Paterna, Teresa Gil de Gárate, Daniel Trevijano Capitán Gallarza; San Juan o Gran Vía; estatua de Espartero en El Espolón; barracas de San Mateo, campo de golf de La Grajera, monte Cantabria o edificios como la Cocina Económica y Urbanización Montesoria. También hace citas fuera de la capital, para llevarnos al Cortijo, la Virgen de Valvanera, Sierra de Cantabria; Achichuelo del Iregua; Santa María de la Piscina o las localidades de Arnedo, Ábalos o Rincón de Soto. Andrés Pascual también deja nombres de prestigio de la comunidad riojana como la Escuela de Hostelería de Santo Domingo de la Calzada, el Museo del Vino de Vivanco, los picaos de San Vicente de la Sonsierra, la BTT Extreme Valle de Ezcaray; o instituciones como la Cofradía del Pez, Cofradía del Vino, Academia Riojana de Gastronomía, Asociación de Informadores Gráficos o el Agosto Clandestino, que organiza anualmente actividades en torno a la poesía desarrolladas en el mes de agosto.

Y además la novela se desarrolla entre los días de La Rioja (9 de junio) y San Bernabé (11 de junio) donde se degusta el pez, el pan y el vino en recuerdo de la resistencia y el triunfo logroñés al asedio francés en 1521, cifra que utiliza el autor para nominar a la Bodega. El próximo año se celebrará por ello, el quinto centenario de este hecho histórico.

Por cierto, ‘el beso del ángel’ se refiere a esa manchita en la piel que se tiene desde el nacimiento y que no abandona a la persona. Expresión que también es conocida como la “mancha de la bruja” o “la mancha del vino de Oporto” que recuerda el autor una sola vez, pues no quedaría bien en el mundo del Rioja donde se desarrolla este novelón, recurrir a ciertos ‘extranjerismos’.

Novela bestial y de ficción muy recomendable para un verano de lectura. El autor conoce sobradamente las claves para llevarnos por una trama que inquieta al lector pero al mismo tiempo le incita a la lectura para saber cómo va a rematar las diferentes historias cruzadas de sus personajes. De 12 sobre un máximo de 10.

El beso del ángel
Andrés Pascual
Espasa Narrativa
396 páginas
PVP: 19,90 €

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