El mundo del vino a sorbos
El mundo del vino, como cualquier otro que entre en el apartado de alimento, se debe someter a una serie de controles que, cuanto más rigurosos sean, mayor tranquilidad van a dar al consumidor. Hoy hemos pedido al buscador que nos ofrezca resultados a la expresión ‘control en el mundo del vino’ y estos son los resultados que nos encontramos en la web.
Texto: Antonio Egido
El primero, de ‘acenologia.com’ nos plantea la pregunta “¿Por qué informatizar el mundo del vino?”, respondiendo que “donde hay información hay posibilidades de informatización. Esto, que parece tan evidente, resulta difícil de aplicar en entornos que están despertando a la innovación. Afortunadamente, la mayoría de los enólogos confía ya en las ventajas que les puede llevar a computar el control y la gestión de la información que manejan. Como afirman los profesores Arola y Mas, de la Universitat Rovira i Virgili, en un reciente artículo sobre investigación enológica, «la elaboración de un vino de calidad no es especialmente compleja. Requiere uvas adecuadas, un proceso de fermentación controlada, la utilización de materiales y equipamientos convenientes y, especialmente, técnicos bien preparados que conozcan a fondo la enología». Las herramientas informáticas, aunque obviadas de la fórmula citada, están presentes en cada uno de los epítetos que han utilizado sus autores: adecuado, controlado, conveniente, preparado y a fondo.
Cualquier enólogo quiere hacer un vino de calidad y cualquier elaborador pretende, además, obtener un rendimiento. No olvidemos que la bodega es una empresa de la industria transformadora que, como cualquier otra del sector, está en la necesidad de gestionar un complejo proceso productivo”, para seguir desarrollando la importancia que tiene para el bodeguero poder controlar todos los procesos de su bodega o todas las bodegas, si es que tiene varias y cada una en una Denominación diferente.
Por su parte la página de la Denominación de Origen Rioja ‘es.riojawine.com’ nos anuncia que “con motivo del inicio el pasado día 1 de diciembre del periodo oficial de sesiones de cata para la calificación de los vinos de la cosecha 2014, el Consejo Regulador ha presentado las importantes novedades introducidas este año en los procedimientos utilizados para la evaluación organoléptica de los vinos. Unas novedades que consisten fundamentalmente en la aplicación de las nuevas tecnologías informáticas y en los protocolos establecidos por el Consejo para la selección y formación del Panel de catadores que realiza la calificación.
Como ha señalado el presidente del Consejo Regulador, Luis Alberto Lecea, cuando se cumplen treinta cosechas desde la puesta en marcha en Rioja de un plan de calificación de los vinos, que fue determinante para la obtención de la superior categoría de ‘CALIFICADA’, el Consejo Regulador ha dado un paso más en la mejora de los procedimientos utilizados con el objetivo de seguir ofreciendo a los consumidores las máximas garantías de rigor y eficacia en el proceso de certificación, algo que ha resultado fundamental para que los vinos de Rioja se hayan convertido en un referente de los vinos de calidad.
En la calificación de la cosecha 2014 se ha introducido como novedad la aplicación de las nuevas tecnologías informáticas a las catas. Según informó José Luis Lapuente, director general del Consejo, se ha diseñado para ello un programa específico que los catadores utilizan mediante una tableta en cada sesión de cata, lo que reportará indudables ventajas a la hora de mejorar los procedimientos, agilizar la obtención de resultados en tiempo real y realizar análisis estadísticos posteriores a partir del gran volumen de información que se maneja. Con todo ello se da respuesta a uno de los objetivos estratégicos del Consejo, como es la obtención de información cualitativa, y no solo cuantitativa, de los mercados, ya que los controles analíticos y de cata se realizan tanto de los nuevos vinos elaborados cada cosecha (más de 4.000 muestras anuales), como de muestras tomadas en el almacén de producto terminado las bodegas (unas 1.400 muestras) y de muestras recogidas en los puntos de venta de los principales mercados (1.880 muestras en el último año), entre las que también se incluyen vinos de otras regiones”.
Un control del vino pero también de todos los elementos que le aportan las industrias auxiliares, como es el tema de la botella y del corcho, sin olvidar las etiquetas o las cápsulas, un conglomerado de elementos que tienen como función final ofrecer no solamente el vino de mayor calidad sino que el mismo haya pasado todos los controles necesarios para presentarse en la mesa como lo que es, un alimento más de la dieta diaria.