Burdeos ha sido el protagonista de la primera jornada del ciclo de seminarios sobre enoturismo en otras regiones vitivinícolas del mundo, organizado por Proyecto Enorregión – Campus Internacional del Vino (Universidad de La Rioja).
Catherine Leparmentier, general manager de Great Wine Capitals Global Network, y Lucie Lefevre, responsable de enoturismo de la Cámara de Comercio de Burdeos, han explicado cómo Burdeos se ha convertido en un destino enoturístico imprescindible con un pormenorizado análisis de estrategias, acciones y datos de la emblemática región vitivinícola.
Según ha indicado Leparmentier en el seminario celebrado en el Politécnico de la UR, los ingredientes de la ‘receta del éxito’ son una ciudad accesible, bien comunicada; servicios turísticos de alta calidad; una oferta gastronómica diversa; y actividades diversas en los viñedos, entre otros. Ha defendido que es una ciudad muy atractiva por su conjunto urbano y arquitectónico: con la excepción de París, es la ciudad francesa con más edificios protegidos de Francia. De hecho, en 2007 fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Un hecho que ayuda mucho por la publicidad y promoción que genera y, además, por el esfuerzo de mantenimiento y cuidado de la ciudad para seguir siendo patrimonio.
Con este contexto, se ha pasado de 2 millones de turistas en 2006 a 6,8 millones en 2019. Se baja a 6,4 millones en 2023, con un claro efecto de la pandemia.
Buenas comunicaciones
El turista, han indicado las expertas bordelesas, se plantea cada vez más preguntas, busca también sostenibilidad, limitar la repercusión climatológica del transporte. Y en esta idea influyen las comunicaciones.
Así, el aeropuerto de Burdeos recibe 5,7 millones de pasajeros al año y desde la ciudad se vuela a 92 destinos diferentes. Burdeos, además es un puerto de escala al que llegan cruceros y también tiene turismo fluvial. En cuanto a las conexiones, uno de los puntos fuertes es la accesibilidad: está a dos horas de París y a dos horas de España.
Leparmentier ha indicado que el enoturismo trabaja mucho con la Renfe francesa para facilitar los traslados y en la ciudad se fomenta el uso del tranvía como medio de transporte entre espacios enoturísticos.
El turismo en la zona es tanto de ocio como de negocios. Cabe reseñar que hay cuatro centros de congresos y 19 restaurantes con estrellas Michelin, cinco de ellos en los viñedos.
El impulso de la Ciudad del Vino
Para atraer al turismo, se fomentan y desarrollan espacios y actividades temáticas. De hecho, hay una Ciudad del Vino (La Cité du Vin), inaugurado en junio de 2016, que se ha convertido en el cuarto museo más visitado en Francia (fuera de París). El espacio es muy dinámico y atiende a las preferencias de los visitantes, adaptando su oferta a las tendencias del vino.
A su vez, la ciudad hace la fiesta del vino (Burdeaux Fête le Vino) desde 1998: durante 4 días la ciudad atrae más de 600.000 visitantes. Por otro lado, en cuanto a actividades para el turista, se desarrollan proyectos ad hoc como un circuito de senderismo en el viñedo, un circuito sonoro, vinotecas o bistrós.
Enoturismo, un trabajo colectivo
Leparmentier ha destacado que una clave fundamental del éxito del enoturismo en Burdeos es el trabajo en conjunto entre instituciones, organizaciones y bodegas. En Burdeos y Nueva Aquitania, las organizaciones trabajan codo con codo para el desarrollo común de un destino de excelencia.
A su vez, cabe reseñar que la región ha desarrollado una etiqueta propia -‘vignobles and découvertes’- para operadores de enoturismo. Este sello de calidad enoturística se obtiene tras pasar un examen para determinar unos mínimos de calidad y competencia. A esto se añade la marca colectiv ‘Burdeaux wine trip’ y una revista propia, ‘Pulpe’.
Aire libre como nueva tendencia
En cuanto a nuevas tendencias Leparmentier y Lefevre han destacado que después de la pandemia, el turista quiere salir y disfrutar al aire libre. Por eso, los viñedos son un escenario perfecto. Se busca más acercamiento al terruño y se percibe un mayor interés por la biodiversidad.
Se han puesto de moda las meriendas y los picnics al aire libre (guinguettes) en un ambiente relajado. También actividades vinculadas al bienestar y un ‘turismo lento’, de disfrute calmado.
Para captar nuevos públicos se hacen ‘escape games’, fiestas de cluedo, despedidas de solteros… A su vez, para la clientela local se están fomentando las actividades para después del trabajo (after works).
En la jornada de la Universidad de La Rioja también han participado Marc Verpaalen, Hospitality Manager de Chateau Guiscours, y Jean-Pierre Darmuzey, director general de Chateau Castera.