Las crónicas del ‘VINUBIQUO 2021’ (II)
La crónica de Mavi Balabanian
David Sáez de Ojer Tobalina, director general de Bodegas Altanza, y Stephanie Abel Guardia, Relaciones Públicas y directora de Marketing y Comunicación de la bodega, nos recibieron al grupo de seis socios que habíamos elegido brindar en este primer VINUBIQUO de la Asociación de Sumilleres de La Rioja en sus instalaciones de Fuenmayor. Entramos a la recepción de la bodega donde nos explicaron la historia y filosofía de Altanza y nos introdujeron brevemente su porfolio. Comentamos junto a Stephanie todo el trabajo de equipo que les ha conllevado el restyling de sus etiquetas y el cambio de naming, buscando homogeneizar el estilo, mejorando el posicionamiento de marca y facilitándole la labor al consumidor con el recuerdo de su nombre. Junto a David comentamos cómo van las exportaciones, la situación actual del mercado y las esperanzas de mejora de cara al futuro.
Nos despedimos de David y proseguimos la visita junto a Stephanie. Conocimos el Club de vino Altanza donde se encuentran las barricas personalizadas y el nicho de botellas de añadas antiguas y especiales, entre ellas su Colección de Artistas Españoles. Conversamos junto a ella cómo va reactivándose el enoturismo, el cual lleva parado bastante tiempo debido al confinamiento perimetral. Con vistas a que todo mejore y la gente se vaya animando de a poco, nos adelantó un evento que van a realizar en Semana Santa en sus jardines. Aprovechando todo el espacio al aire libre con el que cuentan, sacarán varias mesas para que grupos reducidos de amigos puedan brindar y tomar un picoteo, todo animado con hilo musical de fondo bajo el sol de la primavera. Llegamos a la sala de elaboración donde subimos a ver las vistas desde las alturas de sus impresionantes depósitos de acero inoxidable, y tuvimos la oportunidad de catar un vino de autor que aún no ha salido al mercado, de la añada 2014. Una nueva creación de Altanza que está elaborando Carlos Ferreiro, el enólogo de la bodega, quien apareció justo en ese momento para explicarnos cómo y de dónde había surgido la idea de este vino aún inédito. Proseguimos y visitamos la sala de barricas, donde justo estaban realizando su lavado y trasegado. En una sala anexa con tinos de madera, donde reposan y ensamblan varios de sus vinos, pudimos catar directamente de uno de ellos su vino de Familia.
Terminada la visita, nos esperaba Olga, la cocinera, con un picoteo especial con embutido típico de la zona en los jardines interiores que dan al porche. Allí catamos el aceite ecológico virgen extra de la variedad Arbequina junto al clarete Alma Bohemia de Altanza 2020 y Altanza Club 2012, una degustación amena e informal que culminó con un brindis conjunto haciendo honor al evento que nos había congregado, este primer VINUBIQUO de primavera. Como anécdota de la visita, comentar que hubo un séptimo participante, Matías, un bebé recién nacido, que pudimos llevar sin problema, ya que nuestros anfitriones estuvieron todo el tiempo súper atentos e incluso me facilitaron una sala de sus instalaciones para amamantar.