El vino de la semana
Bodegas Tobía lanza al mercado uno de sus vinos más redondos, Óscar Tobía Reserva 2014, un reserva que se defiende con solvencia para conquistar los paladares más exigentes, pero a la vez busca sorprender a quienes se han asomado recientemente al mundo del vino, o incluso están iniciando su andadura.
Un vino “muy vivo”, en palabras de su autor, Óscar Tobía. Ribetes completamente violáceos, agradable en nariz, y capaz de conjugar el carácter del clasicismo riojano con componentes de modernidad: “sobre todo el sotobosque, una madera muy bien integrada, con mucha elegancia, con mucha redondez”, opina Raúl Martínez, reconocido sumiller riojano, con quien se ha contado para las primeras catas de este vino. Martínez también destaca “el 7% de uva graciano, aporta un carácter divertido, que acompasa con el 93% restante de tempranillo, súper maduro, de viñedo hincado”.
“Está empezando a mostrar su extraordinaria longevidad y es un poco lo que se busca en Bodegas Tobía: que todos los vinos tintos tengan una vida larga, y sobre todo buena. Que se hagan viejos, sí, pero que sigan corriendo, que sigan haciendo maratones”, explica el propietario de la bodega. “Es un gran vino -asegura- aunque todavía tiene que hablar y hacerse mayor. Tiene una muy buena acidez, y será en un futuro, un gran clásico de la DOCa Rioja”.
La larga trayectoria del Óscar Tobía Reserva 2014 está asegurada gracias a que reúne una frescura muy alegre, con abundante carnosidad y una notable potencia, que hoy ya empiezan a redondearse para dejarlo en un punto óptimo para el consumo. Así, para el enólogo de la bodega, Diego Orío, es importante destacar “ese punch final, esa longitud, esa persistencia, con una fruta ciruela muy madura junto a unas notas un poco más balsámicas y mentoladas”.
Por otra parte, Martínez señala “hay muchísimos registros en este vino para disfrutar. La persona menos entendida lo va a entender porque no es agotador, es fresco, te ayuda, te invita. Y creo que es importante encontrar vinos que te inviten. El vino yo lo entiendo cuando me entra, que es cuando está conseguido”, añade, antes de juzgar a Óscar Tobía Reserva 2014, en su opinión, como “un vino redondo, un vino baluarte de momentos especiales, de cerrar un negocio, de celebrar a nivel familiar un acontecimiento muy personal”. Apreciación que coincide con la de Tobía, su autor, quién afirma que “tenemos que perder la percepción de que los Reservas son vinos para celebraciones clásicas, hay que banalizar un poco ese exceso litúrgico. Hay que ser un poco más atrevidos”.