Bodega Carlos Moro, que comenzó su andadura en el mundo del enoturismo hace dos años, renueva su oferta enoturística para ofrecer al visitante un apetecible plan para Semana Santa. Son tres visitas diferentes las que el turista puede seleccionar, dependiendo del tiempo y el presupuesto del que disponga, que van desde los 40 minutos hasta las dos horas y cuarto y desde los 15€ por persona hasta los 35€.
La excelente situación geográfica de Bodega Carlos Moro, ubicada en San Vicente de la Sonsierra, permite al visitante disfrutar de una propuesta enológica en plena Denominación de Origen Calificada Rioja y de todas las opciones que ofrece esta bodega riojana, de moderna implantación e impactante calado completo de barricas, cuyos vinos comenzaron a ver la luz el año pasado bajo las marcas CM y Oinoz.
San Vicente de la Sonsierra vive en Semana Santa una de las más populares manifestaciones religiosas de España en la que los disciplinantes de la cofradía de la Santa Veracruz, conocidos como “Picaos”, son los protagonistas.
La bodega se ubica en una ladera con excelentes vistas a la localidad de San Vicente de la Sonsierra, Rioja, en un entorno de enorme riqueza paisajística y cultural. El objetivo de Bodega Carlos Moro de impulsar la cultura del vino se ve fortalecido por la experiencia enoturística en esta zona desde hace décadas. La Bodega, completamente accesible, da a conocer a los visitantes también sus viñedos, ubicados en excelentes localizaciones, para mostrar el trabajo que se realiza durante todo el año en el campo, y acercar los diferentes estados fenológicos.
A través de un elevador acristalado los turistas pueden recorrer cómodamente las diferentes plantas y salas de elaboración de vino para contemplar el proceso productivo enológico. El edificio consta de un diseño con diferentes niveles entre las distintas dependencias de elaboración, crianza, embotellado y expedición que permite el manejo de la uva y el trasiego de los vinos por gravedad y máximo cuidado de la uva.
En su impresionante calado subterráneo, de 1.200 m2 de superficie, los visitantes pueden pasear y disfrutar del descanso del vino en las mejores barricas de roble francés y americano e incluso catar los caldos que allí descansan. Además, los visitantes pueden pasear por la tienda y disfrutar de los vinos en el Wine bar o en la sala de catas.