Cuando Bodegas Valdemar decidió  abrir las puertas al enoturismo, lo hizo con un claro objetivo: “ir más allá de la clásica visita a bodega para ofrecer experiencias que reflejaran cómo somos y cómo es nuestro día a día. Y para conseguirlo, diseñamos recorridos específicos: en bodega, en viñedo y, por supuesto, en familia. Nuestra historia es la de cinco generaciones de una familia compartiendo una pasión, así que queríamos transmitirla a todas las que nos visitaran”. La familia Valdemar considera al visitante como un huésped que vivirá toda una experiencia.

 

Por ejemplo, para disfrutar con los más pequeños de la familia Bodegas Valdemar ha diseñado una actividad muy original. Mediante diferentes pruebas, los niños tendrán que ayudar al Conde de Valdemar a encontrar las uvas mágicas que se han perdido en la Bodega. Se divertirán aprendiendo, degustarán mosto y tendrán una zona de juegos solo para ellos. Al mismo tiempo, los adultos degustarán 3 vinos maridados con un aperitivo.

La bodega propone una visita amena y muy activa para conocer de primera mano todo lo que la familia Valdemar hace para crear sus mejores vinos.  Un recorrido sensorial por las dos bodegas de la familia: Conde Valdemar e Inspiración Valdemar.