DATADOC.- Liderado por el Consejo Regulador de la DOCa Rioja y desarrollado junto al ICVV y SIASV, es un proyecto pionero orientado a evaluar el efecto del cambio climático mediante una red de parcelas sensorizadas y estaciones agroclimáticas. “El avanzado sistema de monitoreo desarrollado permite medir variables en tiempo real, y tomar así decisiones rápidas y eficientes basadas en información científica. La monitorización en vivo posibilita una mayor visibilidad sobre el estado de las plantaciones, lo que permite detectar cualquier necesidad al momento”, declara Pablo Franco, director técnico del Consejo Regulador de la DOCa Rioja.

Investigaciones y herramientas en los distintos frentes (II)

La Inteligencia Artificial (IA) y las tecnologías están proporcionando herramientas avanzadas para optimizar y mejorar la producción de vino, lo que promete un futuro donde la precisión y la calidad sean las características distintivas de la producción vinícola

La Inteligencia Artificial (IA) y las tecnologías están redefiniendo la industria vinícola, proporcionando herramientas avanzadas para optimizar y mejorar la producción de vino. La integración de estos sistemas promete un futuro donde la precisión y la calidad sean las características distintivas de la producción vinícola.

En 2023 el control de la producción se ha aplicado al cien por cien del viñedo de Rioja logrando que todas las hectáreas estén sujetas a los mismo criterios. Ha sido posible gracias a la implantación de la inteligencia artificial en el sistema de monitorización que ha pasado de trabajar con 160 variables a manejar hasta 1.600 para lograr así un resultado de garantía.

El modelo predictivo, explica Pablo Franco, director técnico del Consejo Regulador ayuda a los viticultores de la DOCa Rioja y al equipo técnico del Consejo en sus labores de seguimiento, gestión y predicción de la producción de los viñedos y control de rendimientos, apoyándose en tecnología de alcance e Inteligencia Artificial, ya que permite detectar, identificar y cuantificar variables agronómicas de forma automática.

El sistema se nutre de diferentes fuentes de datos, como el estudio del histórico de campañas anteriores, información climatológica y meteorológica -con variables pluviométricas, térmicas, horas de insolación, etc.- así como imágenes multiespectrales de satélite, analizando e interrelacionando en total más de 1.600 variables que permiten incrementar en gran medida la precisión de los datos, si bien es imprescindible el equipo humano, es decir, la validación final de los datos obtenidos por el equipo de técnicos de campo. Los resultados obtenidos año tras año sirven para seguir perfeccionando el modelo, que mejora progresivamente a medida que se le alimenta de mayores cantidades de información y variables.

Aunque estas innovaciones se han popularizado recientemente, su aplicación en el sector lleva décadas produciéndose, consolidando a las redes neuronales y la IA como herramientas fundamentales en diversas áreas. “Estas tecnologías mejoran las condiciones y la calidad del trabajo humano, actuando como colaboradores eficientes y precisos”, explica el asesor técnico enológico de Parsec, José Ignacio Hernández.

En la industria vinícola, las herramientas de IA se utilizan comúnmente para monitorear los parámetros en tiempo real durante procesos clave como la fermentación alcohólica, la evaluación de uvas y mostos, la extracción de color y la segunda fermentación de vinos espumosos. Los sensores recogen datos sobre temperatura, densidad, CO2, oxígeno disuelto, azúcares, compuestos fenólicos y antocianinas, proporcionando información valiosa sobre la evolución de estos procesos. “Los datos almacenados alimentan algoritmos de aprendizaje automático y modelos predictivos, anticipando problemas de fermentación y optimizando la combinación de insumos”, explica José Ignacio Hernández. Además, la IA juega un papel crucial en la prevención del riesgo oxidativo, midiendo parámetros críticos relacionados con la exposición al aire y ajustando los procesos de manipulación del vino.

*Reportaje completo publicado en el nº 248 de La Prensa del Rioja

 

 

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