La búsqueda de vinos cada vez más equilibrados y saludables es una de las claves de Ontañón Natura 2020, un monovarietal de tempranillo que brota de tres de los viñedos más emblemáticos de Ontañón en la Sierra de Yerga y en el que han prescindido por completo de la utilización de sulfitos tanto en la viticultura como durante su elaboración.
Como explica Rubén Pérez Cuevas, enólogo de Ontañón, la idea de este vino surge de la inquietud por ofrecer vinos más saludables y con la intervención mínima. “No contiene sulfitos, pero está sobrado de emociones”, apostilla. Rubén hace hincapié en el origen de las uvas del Ontañón Natura: “Buscamos la naturaleza más íntima del vino y nos vamos a los viñedos más recónditos de Rioja. Subimos hasta los ochocientos metros de altura de Yerga, donde encontramos espacios absolutamente únicos para el tempranillo y extremos para la viticultura más racional y natural, por eso lo hemos llamado Ontañón Natura, porque es pura naturaleza”.
El enólogo queleño señala que “en este vino no utilizamos sulfitos ni en el viñedo ni durante su elaboración en la bodega. Una de las condiciones esenciales es mantener un perfecto estado sanitario durante toda la vinificación”. Las uvas se vendimian a mano y se transportan en pequeñas cajas a la bodega. Se realiza una rigurosa selección y tras el despalillado, se introducen en lagares con nieve carbónica para evitar cualquier proliferación bacteriana. La fermentación se desarrolla durante siete días en los que mediante la técnica del bazuqueo se introduce el sombrero en el mosto para lograr una extracción muy alta y suave de aromas y color. Solo se descubra el mosto yema (el que fluye por sí mismo) y realiza la maloláctica con temperatura controlada en barricas durante dos semanas. Para evitar la utilización de sulfitos, practican una decantación natural antes de pasar a barricas de roble americano en los que se cría durante quince meses previo al embotellado.
Explica Rubén Pérez Cuevas que Ontañón Natura también nace de la idea del primer Ensayos Capitales de Queirón, la bodega más íntima de Ontañón Familia sita en el histórico barrio de bodegas de Quel: “La filosofía de los Ensayos Capitales es precisamente ésa, buscar nuevas técnicas, fórmulas inéditas que nos abran caminos diferentes. Fue el primer ensayo, se hizo con una variedad minoritaria como es el graciano, sin sulfitos y fue un verdadero éxito. Ahora ponemos en práctica todo ese bagaje en los vinos más insólitos de Ontañón”.
Puro Yerga, viñedos de altura
Las uvas de Ontañón Natura provienen de varios de los viñedos más emblemáticos de Ontañón Familia: Los Palos de Tanis, La Pasada y Viña María, en la Sierra de Yerga, un paraíso de Rioja Oriental con un suelo muy pedregoso de textura franca. Se comenzaron a plantar a principios de los años noventa del siglo pasado y cuentan con una altura media que discurre desde los 680 metros a los 800 en diferentes perfiles orográficos. La Pasada es un viñedo situado en la zona más agreste de la sierra de Yerga en la que hace más de treinta años Gabriel Pérez plantó tempranillo en un espacio excepcional por su altura y en el que se concita la confluencia de los tres climas que definen la Rioja de los vinos. La influencia atlántica de la Sierra de Cantabria; la continental de las estribaciones de la Sierra de la Demanda y la luz mediterránea y cálida de la apertura hacia el valle del Ebro. Para llegar a los Palos de Tanis hay que encaramarse a los 675 metros en las faldas queleñas que se asoman al Pico Gatún. Ya estamos en cotas que comienzan a coquetear con los límites de cultivo del tempranillo, el lugar exacto en la que esta casta esencial de la viticultura riojana ofrece su extremada elegancia y longevidad. Viña María es la finca más solitaria y abrupta de Ontañón. 800 metros de altura que aportan la finura y la elegancia del tempranillo atlántico en plena Rioja Oriental.