¿Qué puede tener en común el mejor vino, un selecto whisky o una exclusiva cerveza artesana? Sencillo: su paso por barrica. La madera lleva a la excelencia. Basta echar un ojo a los puestos top de los críticos más afamados para darnos cuentas de que la crianza es indispensable en todos ellos.
Tonelería Gangutia, dedicada desde hace más de un siglo a la fabricación de barricas, lo tiene claro. En los últimos años licores como el whisky, el vodka… han sufrido un auténtico boom. Junto a las grandes destilerías, han aparecido pequeños elaboradores con muchas ganas de hacer cosas nuevas, comprometidos con la calidad. En Japón, India o aquí mismo, en España. Para ellos, esta tonelería cenicerense ha puesto en marcha una pequeña línea de fabricación de barriles Premium especialmente dirigidos a estas ‘destilerías de garaje’.
“Nosotros no nos podemos plantear hacer 2.000 barriles de bourbon porque no seríamos competitivos. Sin embargo, sí somos capaces de diseñar un producto nuevo; experimentar con otras maderas y buscar la diferenciación jugando con los tostados”, explica Fernando Gangutia. “Después de muchas consultas nos animamos y las primeras experiencias están siendo muy positivas. Nos hemos dado cuenta, además, que los trabajos en la selección de la materia prima y las técnicas no interfieren con las barricas de vino, es más se crean sinergias de las que ambos mercados salen beneficiados”.
El tostado de las barricas para licor cobra una importancia capital. Las temperaturas se llevan al extremo y, en muchos casos, la barrica llega a arder. “Aquí es distinto. Dentro del carbonizado, se juega con tostados más suaves si perseguimos aromas más frutales y especiados o con subir la intensidad para potenciar la vainilla y el color”.
Gangutia ha puesto a disposición de sus clientes de vino toda esa gama de tamaños: desde los barriles de 53 galones a la de 500 litros. Las barricas con más capacidad tienen una especial acogida en las bodegas que elaboran blanco, ya que la proporción entre madera y vino se dulcifica en beneficio de la fruta.
Un objetivo que también ser persigue con el domado por inmersión, recientemente implantado en la tonelería para algunas de las barricas de blanco. “Permite el lavado de los taninos y salvaguarda la frescura de la variedad”, resaltan desde la tonelería. Y es que sin perder de vista su pasado tradicional, la empresa invierte en Calidad, Formación, I+D… consciente de que sin mejoras te quedas atrás.