Vinícola Riojana de Alcanadre presenta Aradón Garnacha 2012, una cuidada evolución del monovarietal Aradón Garnacha 2010. Este vino 100 % garnacha, está elaborado con el objetivo de ofrecer un vino de máxima calidad que exprese todo el potencial de la variedad garnacha, variedad clásica y emblemática de la tierra de la que procede.

Su nombre lo recibe del milenario término de Aradón, situado en Alcanadre, de gran peso histórico, donde la arquitectura romana está muy presente. Su historia inspiró la creación de la nueva etiqueta, un diseño basado en el acueducto romano de Puente Moros, del siglo I d.c, que allí se ubica y en la calzada romana por la que transcurre la Ruta del Ebro del Camino de Santiago.
 
La bodega seleccionó en campo sus mejores y más antiguos viñedos de garnacha. Viñedos de más de 50 años, cultivados en laderas a más de 500 m de altitud en suelos con canto rodado y de escasa materia orgánica que producen bajos rendimientos por cepa. Esto permite una lenta maduración y un gran equilibrio de los frutos. Después, se realizó un minucioso seguimiento del ciclo vegetativo de dichos viñedos para determinar con exactitud la fecha de vendimia manual de la uva. La uva se sometió a una esmerada elaboración, con suaves remontados que permitieron la extracción del elegante y sedoso tanino presente en el vino. Su posterior crianza durante 8 meses en barrica nueva de roble francés redondea el carácter y potencia la personalidad del vino.
 
El resultado es Aradón Garnacha 2012, un vino rojo cereza, brillante y nítido. En nariz destaca su perfil floral y frutal que hacen de él un vino fresco y muy perfumado con aromas a fresas y toques de frutas cítricas que acompañan al sotobosque y las finas hierbas de tocador. Las especias y suaves fragancias del roble se ensamblan con la fruta y se envuelven con un toque mineral. En boca es cremoso, complejo y divertido, con un tanino goloso que le da vida.
 
Tecnología y tradición para garantizar la máxima calidad

La bodega fundada y establecida en 1957, aúna experiencia, ilusión y pasión por hacer vinos de calidad, siempre trabajando la viña y mirando a la tierra como su principal activo. Su filosofía se basa en aplicar la tecnología a la forma tradicional de cultivo de la viña y elaboración del vino, para extraer al máximo, el carácter único de sus viñas, que se relacionan armoniosamente con los suelos y el clima de la zona, apoyados y guiados por la sabiduría ancestral de sus viticultores. Todo ello, hace que los vinos Aradón expresen ese carácter propio y marcado de la tierra en la viven y trabajan sus gentes.