El viaje de la diversidad, de zonas, variedades y estilos propuesto por la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja, con la presentación del I Salón de Vinos de Pueblo, despertó un extraordinario interés entre los profesionales de la distribución y de la hostelería madrileña, que desde las 13 a 21 horas, abarrotaron la séptima planta del Hotel Only You de Atocha. Más de trescientos profesionales y medio centenar de medios de comunicación asumieron el ‘reto’ de degustar los vinos, nuevas añadas y novedades, de treinta y una bodegas familiares con viñedo propio.
Representantes de grandes distribuidoras como Lavinia, El Corte Inglés o Makro; de portales de venta de vinos como Vivino o Bodeboca; de distribuidoras especializadas como Unique Wines, Alma Vinos Únicos, ATEM, Aseuniv, Pyfema, A y V, ATEM, Aseuniv, Grupo Dysver…; sumilleres de decenas de restaurantes madrileños como Zalacaín, la Mercería, el Astorgano, El Chato, La Cannibal, Los Gastos, El Viejo Fogón, La Máquina, Angelita, La Antojá, El Bocaíto…, viajaron por diferentes comarcas geográficas a través de una extraordinaria ‘paleta’ de vinos muy diferentes pero con un denominador común: Rioja. De las garnachas de Yerga y Tudelilla a las garnachas del Najerilla, de los ‘fríos’ tempranillos de Obarenes a los de la Sonsierra, las Riberas del Ebro, los viñedos del Iregua y del Leza, varietales de tempranillos blancos, maturanas tintas y blancas, gracianos, maceraciones carbónicas, vinos ecológicos, naturales…, en un salón exclusivo para profesionales, los asistentes pudieron conocer la ‘otra Rioja’ en la que casi todo está aún por mostrar.
Nombres históricos del sector como Custodio López Zamarra o José Peñín, además de periodistas como Amaya Cervera, Ignacio Pérez Lorenz, Federico Oldenburg, Paz Ivison, Maite Lapresta, Raúl Serrano, Roberto Brasero…, conocieron también algunos de los primeros vinos aspirantes a ser etiquetados como Riojas de Viñedo Singular, la nueva categoría de Rioja que vincula el origen de las uvas y el vino a un único viñedo y que exige una edad mínima de 35 años, rendimientos de producción notablemente más reducidos, así como una doble calificación excelente en cata antes de salir al mercado. Riojas de ‘pata negra’ que, junto con el desarrollo de los vinos de pueblo, suponen el inicio del viaje hacia el origen de los viñedos de la región vitícola más importante del país.
En este sentido, Juan Carlos Sancha, vicepresidente de las Bodegas Familiares de Rioja, recordó la importancia de esta nueva apuesta que pone el foco en la madera de las viñas más allá de las barricas: “Hacer un vino es como hacer una película. Hay un actor principal y un actor secundario. Rioja y otras zonas han desarrollado un modelo de negocio basado principalmente en la crianza en barrica de manera, pero nosotros siempre hemos defendido que el protagonista no es la barrica sino lo que hay dentro. Yo soy viticultor no maderero”.
La diversidad de Rioja en un mismo espacio, a través de diferentes suelos, valles, laderas, variedades, viñedos, vinos y de estilos de las Bodegas Familiares convenció en su primera presentación en Madrid.
Bodegas Familiares de Rioja (BFR) surge cuando una veintena de viticultores y pequeñas bodegas de Rioja constituyen en el año 1991 la asociación para defender los intereses del modelo de negocio familiar. Las Bodegas Familiares fueron clave en aquellos años para ocupar un espacio ante los grandes e históricos operadores del sector que nos llevó al Consejo Regulador y al resto de instituciones. En la actualidad, la Asociación cuenta con casi cincuenta asociados.