Cristina Bernedo. Enóloga Grupo Valdemar 

Las Mujeres del Rioja X

Texto: Natalia Olarte / Redacción

En un mundo de hombres como es el del vino, las mujeres ocupan cada vez más el puesto técnico más importante de las bodegas.  Cristina forma parte de Bodegas Valdemar desde 1988. Nacida en Oyón hace de 56 años, ha heredado su amor por el vino de su entorno y su curiosidad. Con formación en Enología y actualmente en Comunicación, ejerce en una de las bodegas con más proyección internacional a poner en valor la marca Rioja.

– Cuándo se despertó en ti el interés por el mundo del vino?
Como es lógico en nuestra tierra al nacer y vivir en un pueblo siempre tienes contacto de una forma u otra con el mundo de la viña y el vino, además empecé a trabajar en Bodegas Valdemar con 21 años recién cumplidos, curiosamente un 7 de marzo (víspera del día de la mujer trabajadora). Entonces era la única chica de la bodega y para mis compañeros era una más. Realizaba los análisis de los vinos y colaboraba con ellos en tareas propias de la bodega. Tuve la suerte de tener grandes maestros y mi cabeza era como una grabadora, absorbía todo lo que me enseñaban, veía y oía. El mundo del vino me atrapó desde el principio y he podido compaginar, con mucho esfuerzo, familia (tengo dos hijos), trabajo y estudios. Hoy por hoy sigo aprendiendo de mis compañeros.

– ¿Crees que todo el mundo que dice que entiende de vinos, sabe realmente lo que está catando?
Cada vez hay más información y transparencia de cómo trabajamos en las bodegas. Si tienes un poco de curiosidad aprendes mucho. Sin duda todo el mundo sabe qué le gusta y qué no le gusta. Mi experiencia me dice que, si un vino tiene un defecto, no gusta. De ahí que parte de nuestro trabajo sea enseñar y educar para mostrar todo el trabajo que hay detrás. Catar no es abrir una botella de vino y ya, catar es conocer todo ese mundo tan apasionante.

– Cuáles son las grandes diferencias, desde tu experiencia con Bodegas Valdemar y Valdemar Estates, entre la cultura del vino española y la estadounidense?
La cultura del vino en nuestro país la llevamos en la sangre o por lo menos la deberíamos llevar. Está en la calle, en nuestra historia, en el arte, en nuestros orígenes, pero la normalizamos demasiado. Sin embargo, en Estados Unidos es algo nuevo, atractivo, seductor y muy curioso. En la bodega de Valdemar Estates se sorprenden de nuestros vinos junto con los pinchos cosa que nosotros en este país lo vemos muy corriente.

. – ¿Cómo se lleva la presión que tiene un enólogo al trabajar con esa exigencia máxima de calidad?
Cada uno la gestiona como buenamente puede. Las vendimias concretamente son meses muy duros, sobre todo, para mí, cuando mis hijos eran pequeños. Cuando terminamos me gusta ir al Cantábrico, ver el mar y respirar. Sé que a otros compañeros les gusta ir al monte o a una ciudad a ver gente.

– Qué es más importante a la hora de conseguir un gran vino: ¿el arte de la viticultura o el trabajo en bodega?
Es todo, de unas malas uvas es imposible hacer buen vino y de unas buenas uvas puede que metas la pata y la fastidies. En Valdemar hay un gran equipo humano que, tanto en viticultura como en bodega, todos damos el máximo para que nuestros vinos tengan la máxima calidad.

– Un consejo para principiantes?
Que no dejen de aprender nunca y que no pierdan la perspectiva creativa y apasionada que tiene nuestro trabajo.