Bodegas Queiron
Viña La Bartola

BODEGA DEL MES

Texto: Mirian Terroba
redaccion@laprensadelrioja.com

 

Entre las faldas de la Sierra de Yerga y el río Cidacos, un proyecto vitivinícola reescribe la historia de Rioja Oriental con uvas centenarias y calados del siglo XVIII. Bodegas Queirón -impulsada por la familia Pérez Cuevas- encarna la síntesis perfecta entre memoria y vanguardia, la historia, territorio y futuro. En sus vinos y en su filosofía late el alma de Rioja Oriental: austeridad, terruños extremos y un respeto profundo por la tradición.

Bodegas Queirón es un referente de cómo la tradición puede dialogar con la modernidad, dando lugar a vinos con alma, historia y visión de futuro.

Rescate del patrimonio

Situada en el corazón del histórico Barrio de Bodegas de Quel, un complejo del siglo XVIII con más de 200 calados excavados en la roca, Queirón ha devuelto la vida a técnicas y saberes que habían quedado silenciados bajo siglos de piedra y tierra. En estos calados, la vinificación por gravedad -un método ancestral- convive hoy con herramientas de precisión y tecnología puntera, fusionando pasado y futuro en cada vendimia.

La bodega ha logrado recuperar tradiciones centenarias e integrarlas con la enología actual, posicionándose como referente en la puesta en valor del patrimonio vitícola local. Su compromiso con una viticultura de calidad e identidad propia se traduce en vinos que cuentan la historia de su territorio.

El trabajo de recuperación de viñedos realizado por Gabriel Pérez durante más de 25 años ha permitido a Queirón contar con un valioso patrimonio de parcelas en diferentes enclaves de Rioja Oriental, priorizando la biodiversidad, el respeto medioambiental y la identidad del territorio.

Sus viñas, muchas de ellas centenarias, se cultivan en las laderas de la Sierra de Yerga a altitudes que alcanzan los 800 metros. La garnacha en vaso y el tempranillo son protagonistas, cultivados en suelos pobres que exigen mucho a la cepa, pero ofrecen vinos de gran carácter y autenticidad.

Tradición con pulso moderno

El resultado son vinos de gran personalidad, que combinan la fuerza del paisaje y la tradición con la precisión y creatividad de la enología contemporánea. Cada botella cuenta una historia de territorio, familia y futuro.

El respeto por las prácticas tradicionales -como los sistemas de conducción propios del barrio- se reinterpreta para el siglo XXI.

La gama experimental Ensayos Capitales es buena muestra de ello: aquí se ensayan elaboraciones con graciano sin sulfitos añadidos o tempranillo blanco en tinaja de barro, sin perder el hilo de la herencia queleña.

Mi Lugar es un ‘vino de pueblo’ en el sentido más noble del término. Garnacha y tempranillo se funden en una interpretación poética del terroir, inspirada en versos de Manuel Bretón de los Herreros. Su paso por barrica y tina aporta profundidad y una gran capacidad de guarda.

El Arca es un viaje al pasado. Elaborado con garnachas centenarias y mínima intervención, expresa la fragilidad y la belleza del patrimonio vitícola de Rioja Oriental.

Queirón de Gabriel (Reserva 2011) es un homenaje al patriarca fundador. Elegancia clásica y estructura se combinan en este vino que refleja tanto el legado familiar como la esencia de la tierra.

Identidad cultural

Queirón no solo centra su actividad en la producción de vinos, sino también en la recuperación del patrimonio histórico y vitícola de la región. Además, promueve prácticas sostenibles en el viñedo, evitando el uso de riego artificial y fomentando la polinización natural mediante flora autóctona.

La dimensión social también forma parte del proyecto, ya que la bodega contribuye al fortalecimiento de la identidad cultural y económica de Quel y Rioja Oriental, revitalizando una tradición vitivinícola con raíces profundas.