La cosecha 2017 marcará un antes y un después para el vino de Rioja. El bodeguero Juan Carlos Sancha, vicepresidente de Bodegas Familiares de Rioja (BFR) y vocal de la asociación en el Consejo Regulador, presentó en una jornada formativa las nuevas categorías de vinos Rioja ante un nutrido auditorio representativo de unas cincuenta pequeñas y medianas bodegas.
La principal novedad es que los vinos de la presente vendimia podrán ser ya elaborados bajo las nuevas categorías, con lo que por primera vez en la larga historia de Rioja -únicamente a la espera de que los acuerdos del Consejo Regulador se plasmen en el pliego de condiciones-, el consumidor podrá empezar a encontrarse con botellas que diferencian los vinos por orígenes más concretos: “Las decisiones que se han tomado este verano en el Consejo Regulador son, sin lugar a dudas, históricas, ya que se está mirando por primera vez a los viñedos en casi cien años de trayectoria como denominación de origen en lugar de a la madera, que se había convertido injustamente en el actor protagonista de la ‘película’ Rioja”, explicó Juan Carlos Sancha.
El vicepresidente de Bodegas Familiares recordó en este sentido que las bodegas interesadas podrán elaborar ya para esta misma vendimia sus vinos como zona o municipio, siempre que cumplan con los requisitos de trazabilidad exigidos, mientras que en el caso de Viñedos Singulares aquellos operadores interesados podrán solicitar ya a los técnicos del Consejo Regulador el seguimiento de la trazabilidad del viñedo y de las uvas, que deberá confirmarse en las próximas dos cosechas. Así las cosas, los vinos de Rioja podrán indicar ya con la añada 2017 su procedencia de zona o municipio, mientras que en el caso del Viñedo Singular los vinos podrán salir al mercado después de tres cosechas de demostrada trazabilidad, incluyendo la vendimia 2017 como la primera de ellas.
Las nuevas figuras de calidad
Vinos de Viñedos Singulares: el viñedo deberá tener al menos 35 años de edad y el rendimiento máximo admitido será de 5.000 kilos por hectárea para uvas tintas y de 6.922 para blancas (77% sobre el rendimiento normal del 100%) y del 65% en transformación en bodega (70% habitual). Se exige propiedad de los viñedos o contratos de arrendamiento estable durante al menos diez años.
Vinos municipales: Al menos el 85% de las uvas deberán proceder de la localidad a que se haga referencia o de municipios limítrofes. No se establece limitación alguna de rendimientos (las mismas que el conjunto de la DOCa), como proponía Bodegas Familiares de Rioja (BFR) a un máximo del 100% en campo y del 70% en bodega. Se exige que la bodega esté ubicada en el municipio, en contra de lo que sucede con el vino de Viñedo Singular y que defendía BFR también para esta categoría.
Vinos de zona: Al menos el 85% de las uvas deberán proceder de la comarca a que se haga referencia (Rioja Alta, Rioja Oriental -antes Baja- y Rioja Alavesa) y el resto de municipios limítrofes. Tampoco se establecen limitaciones de rendimientos y se exige que la bodega esté ubicada en la zona.
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